RABBI YOSEF FARHI
Si tuvieras un botón para presionar y hacer explotar toda la franja de Gaza en un instante, ¿acaso lo usarías?
Esta no es una pregunta política, sino más bien religiosa. Muchas personas tienen un error en lo que concierne al concepto de ser judío. Abraham, el primer judío, no hubiera presionado este botón; e incluso hubiera rezado a Di-s para que nadie lo presionara. Del mismo modo que rezó una y otra vez por la gente de Sedom que era tan malvada, para que Di-s les diera otra oportunidad de cambiar su conducta.
¿Quizás estos dos casos son diferentes – porque la población de Gaza representa una amenaza para los habitantes de Israel, en tanto que la maldad Sedomita se limitaba a su propia vecindad? No lo sé. Pero sí sé y estoy convencido de que la esencia del Judaísmo no es destruir y aniquilar. No a Ninvé, no a Sedom y tampoco a Gaza. Nosotros sí creemos en la auto-defensa que se refleja en detener a un asesino y matarlo en caso de que sea necesario, y así impedirle realizar sus planes. Pero también creemos en el valor de apiadarse de aquellas personas inocentes que cuidan o desear cumplir los 7 mandamientos (que fueron ordenados a todos los descendientes de Nóaj)… aunque habiten en Gaza.
La meta n° 1 del Judaísmo es על כן נקווה לך… לתקן עולם במלכות ש’ – Tenemos esperanzas y pedimos a diario, que todo el mundo entero acepte a Di-s como Rey. Esta es la cumbre de nuestras plegarias en los Días Solemnes: מלוך על כל העולם כולו בכבודך. Esta es nuestra responsabilidad y nuestra misión en el mundo; y este es el motivo de por qué Abraham rezó por los habitantes de Sedom. De Abraham, el acrónimo de אב המון גויים, “Padre de todas las naciones”, sin duda no se esperaba que sea padre biológico de todo el mundo, sino que sea responsable por toda la población. ¿De qué manera él debía ser responsable? ¿Cómo podía tomar responsabilidad por otros?
Si la única persona por quien uno puede asumir responsabilidad es por uno mismo… Ni siquiera por los propios hijos uno puede realmente asumir la responsabilidad. Uno puede hacerse responsable de ser el mejor papá o mamá que puede llegar a ser; pero no más que eso. ¡El único cambio que tus hijos te dejarán hacer por ellos es el de sus pañales! De hecho, hay sólo dos cosas que uno puede cambiar en el mundo: su conducta y su estado de ánimo… En el bolsillo de Rabí Naftalí Amsterdam encontraron cierta vez una pequeña nota con un garabato. Lo allí escrito era una determinación de arreglar el mundo entero. Sus discípulos le preguntaron cómo pensaba llevar a cabo esta tarea monumental. A lo cual él respondió: “viviendo en base al Shulján Aruj, hasta el más mínimo detalle”. Con sólo conducirse como un Judío de Torá, todo el mundo se torna más Divino.
Abraham era un judío de Torá. Todo el que lo conoció, leyó o escuchó sobre él, sabía con certeza que existe un Di-s en el mundo, a quien debemos amar y agradecer. Y Abraham estaba determinado a transmitirles esto a sus hijos y a los hijos de sus hijos, para todas las generaciones. (Bereshit 18:19) En realidad, Di-s le contó a Abraham acerca del destino de Sedom para que pudiera rezar por ellos. Pues Di-s sabía que eso es lo que Abraham simbolizaba: responsabilidad por el mundo entero. De esto se trata el Judaísmo. Y Abraham era la única persona preparada para asumir responsabilidad por el mundo. No Nóaj ni Adam. Por más grandes que ellos fueron, no alcanzaron esta tarea personal de preocuparse por la rectificación del mundo. El Judaísmo se trata de asumir responsabilidad, de ser el mejor judío que puedes llegar a ser. Recitando el Birkat Hamazón en voz alta para que otros puedan contestar Amén. Recitando el Kadish, sin importar las circunstancias o cuán oscuro se vea el mundo a tus ojos. Estudiando Torá diariamente en tus horarios fijos, no importa cuán grande la pérdida que aparente ocasionarte. Siendo un Pueblo de Ética.
En cierto punto, Hitler dijo algo correcto: los judíos son los responsables de la ética en el mundo. Y por eso quería, en primer lugar, deshacerse de nosotros, para entonces convertirse en la bestia que quería ser sin ningún cargo de conciencia. Él sentía que necesitaba deshacerse de hasta el último judío, justamente porque incluso un único judío tiene la capacidad de traer ética y moral al mundo. Porque somos los hijos de Abraham, de la persona que representa la Divinidad en el mundo.
El Tratado de Avot está lleno de consejos sobre cómo vivir como un judío perfecto. ¿Por qué se llama Avot – Padres? Pues contiene las recomendaciones que nuestros Sabios se sintieron responsables de enseñarnos sobre cómo ser responsables. Y nuestros Sabios nos enseñan que cuando acercas a otra persona a Hashem, es como si lo hubieras hecho nacer. ¿Por qué? Porque ese es el secreto de ser un Av – un padre. Ser responsable de hacer a otro responsable.
La semana pasada, un grupo de jóvenes de escuelas religiosas pero mixtas, que llegó a Israel para estudiar, me preguntó: “Rabino, ¿cómo y cuándo habré de saber que estoy listo para contraer matrimonio?”. Sin pensar demasiado, solté una respuesta: “cuando estés listo para tener un hijo y entrenarlo a venir a la sinagoga y responder Amén, Yiehé Shemé Rabá Mevoraj” (Véase Tefilat HaShelá para víspera de Rosh Jódesh Siván)
Los judíos contraemos matrimonio bajo un palio abierto en sus cuatro costados, para enseñarle a la flamante pareja cómo se construye un hogar judío ejemplar. Muy diferente al hogar ejemplar representado en las revistas, con una casa enorme, en una finca enorme retirada del resto del mundo. El hogar judío ejemplar es como una jupá. La jupá abierta en sus cuatro lados les recuerda a los novios que su hogar debe ser como el de Abraham y Sara, con las puertas abiertas hacia los cuatro puntos cardinales. Abraham y Sara hacían a la gente sentirse en casa, dándoles de comer y beber y pidiéndoles que recitaran el Birkat Hamazón, declarando que “todo lo que poseemos y todo lo que les damos proviene de Di-s, y a él ustedes deben agradecer” – este es el hogar ejemplar para un judío. Que todo lo que poseo me fue otorgado por Di-s y yo estoy listo para usarlo de la manera que más santifique Su Nombre.
La responsabilidad de un judío no es defender el orgullo de Israel, tanto como lo es convertir este mundo en un lugar que represente la presencia de Di-s. Debemos estar orgullosos de ser el Pueblo del Libro, los hijos de Abraham. Podemos y debemos estar orgullosos de nuestro apego a los niveles morales fijados por nuestros Sabios.
Ahora bien podemos entender por qué Abraham se aconsejó con sus amigos Aner, Eshkol y Mamré después de haber sido ordenado por Di-s de realizarse la circuncisión. Él quería saber si hacérsela en privado o en público. Pues, ¿qué habría de deducir la gente de su conducta? Él se sentía responsable de lo que la gente podía llegar a pensar acerca de Di-s. Y justamente por eso, la prueba de Akedat Itzjak era tan difícil para él… pues él se sentía responsable por el mundo entero y temía dar la impresión de no ser responsable por su propio hijo.
Entonces, ¿cómo podemos ser responsables por el mundo? La respuesta es una sola: estudiando Torá, rezando a Di-s y contestando con todas nuestras fuerzas: ¡Amén, Yiehé Shemé Rabá Mevoraj Lealam Ulealmé Olmaiá!
Fuente:Vayera
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