Jungreis estuvo el 20 de octubre en Aish Center México, impartiendo la conferencia: “Volver al Edén”. Esto es lo que dijo:
ELENA BIALOSTOCKY PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO- “Generalmente cuando vea a una pareja peleando o discutiendo me pregunto ¿Cómo llegó esta pareja a esta situación? Pienso que ellos estuvieron bajo la Jupá, mirándose a los ojos con amor, sintiéndose las personas más felices, pensando que el otro es el amor de su vida, que estarían juntos para siempre. Sabemos que muchos matrimonios terminan en divorcio, pero hay mucho que no se divorcian y en sus hogares no hay Shalom Bait (paz en el hogar). Uno de los grandes regalos que nosotros como padres les podemos dar a nuestros hijos en precisamente Shalom Bait”.
EL SECRETO DEL SHALOM BAIT
¿Cuál es el secreto de Shalom Bait? Para mí lo mejor es volver a la Torá. Tengo una anécdota que contarles, “En una ocasión iba a dar una plática en New Jersey, tomé un taxi y me di cuenta que no iba por el lugar indícalo, le dije que no me llevaba por el camino correcto, su respuesta fue yo sigo a mi Waze” Nuestro Waze es la Torá; la Torá no habla acerca del amor: si leemos la Torá veremos cuantas veces se habla del amor.
EL AMOR
El amor es cuando estas en un cuarto con tu pareja y sin hablar con solo mirarse a los ojos se entienden, saben que hay un problema, lo que se dicen es todo va a estar bien, no tengas miedo, estamos juntos para resolver el problema.
Habrá tiempos en el correr de nuestra vida en que miraremos a nuestra pareja y diremos ¿Quién es esta persona? No lo reconozco, en ese momento no digan nada, véanse a los ojos, los ojos no cambian, recuerden cómo se veían el uno al otro bajo la Jupa, regresen a ese momento y verán con quién se casaron. La única parte del cuerpo que nunca cambia son los ojos.
EL HUBIERA NO EXISTE
Lo importante en las relaciones de un matrimonio es nuca preguntarnos “Que hubiera pasado si…” Si mi esposo tuviera el empleo de mi vecino, si me hubiera casado con el otro novio que tuve, si tuviera la casa de enfrente, si mis hijos estudiaran mejor. Dejemos de preguntarnos “Qué hubiera pasado si…”
NO CULPAR
Cuando Adán y Eva comieron de la fruta prohibida, se dieron cuenta que hicieron mal y se escondieron bajo un árbol. D-os que todo lo ve, no los encontraba y preguntaba ¿Aieka? (¿Dónde estás?) Ésa es la pregunta que debemos hacernos, ¿Adónde estas parado en tu vida? Cuando Hashem los encontró les preguntó ¿Por qué habían pecado? Adam contestó: fue Eva y ella respondió: fue la víbora. Generalmente nunca somos nosotros, es mi madre, mi suegra, mi esposo, etc.
Cuando abrimos la boca para decir algo a nuestra pareja lo primero tenemos que pensar si lo que estamos por decir pondrá en peligro el Shalom Bait. Tenemos que hacernos responsables de nuestros actos dejando de culpar al otro u otros de mis acciones. Quiero paz en mi casa.
LUCHAR
Cuando tenemos problemas en el hogar, tenemos que luchar, trabajar, sacrificar, sientes el dolo, vives y sientes el dolor, eso es Shalom Bait. Es muy importante que la pareja se vea a los ojos y se complementen uno con el otro. Uno de los problemas más comunes que veo en parejas es lamentar por el pasado, por lo que hicimos o no hicimos y me dicen “Ojalá hubiera oído esta platica hace diez años” Pero nunca es demasiado tarde porque estamos presente y nunca es demasiado tarde mientras los cambios los hagamos ahora, no nos lamentemos cuando ya no esté presente mi pareja.
Un último consejo para un Shalom Bait: “Habrán tiempos en el correr de nuestra vida en que miraremos a nuestra pareja y diremos ¿Quién es esta persona? No lo reconozco, en ese momento no digan nada, véanse a los ojos, los ojos no cambian, recuerden cómo se veían el uno al otro bajo la Jupá, regresen a ese momento y verán con quién se casaron. La única parte del cuerpo que nunca cambia son los ojos”
LAS 5 ETAPAS DEL MATRIMONIO
1. La pasión
Los intensos sentimientos de deseo y amor, de ver a tu pareja como “la indicada” y de estar ansiosos por pasar tiempo juntos, ayudan a que la pareja se comprometa. Los pequeños problemas no te molestan. La excitación y el descubrimiento de esta nueva persona en tu vida te aportan energía positiva y te ayudan a tener una actitud positiva.
2. Dejar ir la fantasía
Las dificultades comienzan cuando te das cuenta que tu pareja es humana. Quizás te pone nervioso sus ronquidos o su risa demasiado fuerte. Pelean. Ella parece demasiado sensible, él parece indiferente. La decepción se hace presente en el ambiente. Te preguntas si tomaste la decisión correcta. Los hijos pueden agregar tensión, pues comienzas a discutir sobre el cuidado de los niños, las tareas domésticas y las finanzas.
La misma Jennifer Garner dijo el año pasado: “Cuando tuvimos nuestro primer hijo, éramos unos bebés. Ocurrió tan rápido, me cuesta recordar cómo éramos antes de tener hijos”.
Te encuentras en una bifurcación importante de tu matrimonio. ¿Eres capaz de dejar ir la fantasía? La travesía comienza aquí. Una vez que comprendes que para que dure el matrimonio debes dejar de lado tus sueños de Disney y debes enfrentar la realidad de que estás listo para vivir como marido y mujer. Casarse no es el destino final, sino que es sólo el comienzo. El desafío es hacerlo funcionar.
3. Manos a la obra
Comienza el trabajo del amor. Trabajar en una relación significa que usarás músculos espirituales que difícilmente has utilizado en el pasado. Perdonar, entender al otro, ser sensible, tener compasión, tener paciencia, expresar gratitud, ser humilde… todas estas son características de personalidad que te ayudan a reencender la chispa del amor. Cada día trabajas otro músculo; incluso si estás cansado, no te rindes.
4. Encontrar la calma
Has descubierto que está bien estar en desacuerdo, siempre y cuando el respeto se mantenga como parte de la ecuación. La comunicación crece a medida que se abstienen de rebajar al otro, de los comentarios sarcásticos y de las acciones dañinas. Decides poner una actitud positiva en la relación por medio de desarrollar tu ‘ayin tov’, tu ‘ojo positivo’. Trabaja en culpar menos y en escuchar más. Asiste a talleres y clases de Torá, lee artículos y rodéate de amigos que te motiven de manera positiva.
Algunas preguntas para hacerte a ti mismo:
¿Siempre necesito ganar? o ¿Podría alguna vez estar equivocado?
¿Levanto mi voz, insulto, degrado, o me voy en medio de la discusión?
¿Soy demasiado sensible ante las críticas? ¿Escucho el otro punto de vista?
¿Soy egocéntrico? ¿Arrogante? ¿Impaciente?
5. Paz
Has decidido dejar de intentar cambiar a tu pareja. Has comenzado a apreciar la alegría que trae el amor. A medida que van pasando los años van disfrutando cada vez más de la compañía mutua. En lugar de distanciarte, has descubierto a tu mejor amigo/a. Comparten recuerdos y sueños para el futuro. Has dejado de luchar contra las diferencias y has comenzado a enfocarte en cambio en lo valioso que es tener a esta persona en tu vida. La confianza llena tu corazón. La aceptación crece junto con un amor que es maduro pero tierno a la vez. Incluso las épocas difíciles te asustan menos porque tu pareja está a tu lado. Sabes que tu matrimonio durará.
Lamentablemente muchas parejas nunca se permiten llegar a la etapa de paz. Las crisis o desilusiones aparecen y tiramos la toalla.
Recordemos que el matrimonio es nuestra mayor fuente de bendición. Los hogares que están llenos de armonía se transforman en un lugar donde reposa la presencia divina. Sí, se requiere trabajo. Pero la alegría dura por siempre.
Información: Halajá Diaria
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