Los atletas israelíes sufren regularmente por su nacionalidad y lo último que necesitan es defenderse de sus propios compatriotas.
AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Pónganse en los zapatos del Yarden Gerbi.
Con uno de sus eventos más importantes del año incipiente, la premiada judoka se encontró en medio de una tormenta que finalmente eclipsó sus logros en el tatami.
La ex campeona del mundo de 26 años ha pasado toda su vida representando a Israel con honor, pero el sábado se encontró bajo fuego por algo completamente fuera de su control.
La decisión de competir en el Judo Grand Slam en Abu Dhabi en los Emiratos Árabes Unidos a pesar de que no se le permite hacerlo bajo la bandera de Israel desató una tormenta que parece que continuará haciendo estragos mucho después de que la mayoría de la gente recuerde que de hecho Gerbi se alzó con la medalla de bronce en el evento de categoría femenina de menos de 63 kilos.
Sagi Muki de Israel también se llevó un bronce en la competencia de hombres por debajo de 81kg, pero todos los titulares estaban dominados por el hecho de que los judokas de Israel no tenían la bandera en su uniforme de judo como en cualquier otro evento en todo el mundo, al participar la delegación en el Grand Slam como representantes de la FIJ (Federación Internacional de Judo), sin tener ISR (Israel) junto a sus nombres en el marcador o en la espalda.
El caso para no participar en el evento es claro. Después de todo, ¿por qué tiene que ser Israel sometido a sanciones, mientras se permite que cualquier otra delegación compita como de costumbre? Por otro lado, ¿qué se habría logrado adoptando una posición sobre el asunto? ¿Habría cambiado algo aparte de impulsar algunos egos y obstaculizar el intento de los judokas israelíes de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Río? El presidente de la Federación de Judo de Israel Moshe Ponte afirmó que se vio obligado a aceptar la solicitud formulada por los organizadores por preocupaciones de seguridad, pero eso no bastó para sofocar las críticas. Mientras que la peor parte de la crítica se dirigió a Ponte, no hay duda de que los atletas se tomaron a pecho todo lo que se estaba diciendo.
“Yo estaba tan feliz cuando supe que podríamos competir en Abu Dhabi, pero cuando llegamos nos dimos cuenta que sólo podíamos hacerlo bajo la bandera de la FIJ por razones de seguridad”, dijo Gerbi. “Ponte estaba en un dilema, pero decidió con valentía que debíamos participar de todos modos”.
“Ni bien supe que no competiría bajo la bandera de Israel realmente me dolió como israelí patriota. Pero cuando lo pensé, decidí que era importante competir porque todo el mundo ya sabe de dónde soy y ganar allí es mucho más importante que no competir en absoluto. Todos los que dicen que fue una desgracia competir en estas circunstancias deberían avergonzarse. Yo represento a mi país siempre, escondan mi bandera o no”.
Los políticos hicieron cola para expresar su indignación y sumar algunos puntos populistas, con la Ministro de Cultura y Deporte Miri Regev haciendo las declaraciones más fuertes.
“Prohibir la bandera de Israel en un concurso internacional de esta magnitud es un fracaso que no voy a olvidar”, dijo Regev. “Tengo la intención de reclutar todas las fuerzas de Israel, entre ellos el Primer Ministro y la diplomacia israelí, con el fin de evitar una prohibición sobre el deporte israelí, y los valores y símbolos de este país. No cederemos en este asunto.
“Los atletas no son culpables, son nuestros embajadores. Estamos detrás de ellos y estamos comprometidos para que puedan izar la bandera y cantar el himno nacional con orgullo y sin miedo”.
Muchos sienten que la delegación no debería haber aceptado participar en Abu Dhabi si no se les permitía hacerlo bajo la bandera de Israel, otros sienten que la evolución de este fin de semana fue nada menos que un gran avance en las relaciones entre Israel y el mundo árabe.
“Salimos de Abu Dhabi con muchos signos de interrogación y dudas y volvemos con mucha esperanza”, dijo Ponte a su regreso de la delegación el lunes.
“Después de muchas deliberaciones, decidí que los atletas debían competir en el evento a pesar de esta restricción y asumo toda la responsabilidad. Espero que el próximo año compitamos allí, bajo la bandera de Israel”.
El presidente de la Federación Internacional de Judo, Marius Vizer, dijo que esperaba que la situación geopolítica mejoraría de manera que los judokas israelíes puedan competir el próximo año en el Abu Dhabi Grand Slam sin ningún obstáculo.
“Cada paso que das se puede ver tanto en una luz negativa o positiva. Definitivamente vemos lo que pasó aquí en Abu Dhabi como algo positivo”, dijo Vizer. “Es el caso de los propios deportistas, hicieron historia, y se abrió una puerta para el futuro”.
“Organizar un evento aquí y en todo el mundo en el Judo World Tour no es sólo promocionar el judo, también se trata de promocionar nuestros valores entre los jóvenes”, agregó Vizer. “Ver a los jóvenes de Abu Dhabi animando a la judoka israelí es sin duda un paso adelante. Lo que la política no puede alcanzar, pueden el deporte y el judo”.
Vizer y Ponte concluyeron un comunicado de prensa conjunto, diciendo: “Nuestro deporte necesita héroes. No necesitamos mártires. Los judokas israelíes son héroes como lo es cualquier otra persona que haya intervenido para que su participación en el Grand Slam fuera posible”.
Héroes o no, sin duda no merecen ser vilipendiados.
Los atletas israelíes sufren regularmente por su nacionalidad y lo último que necesitan es defenderse de sus propios compatriotas. Ponte es quien ha tomado la decisión controvertida, que sólo se demostrará buena o mala con el tiempo.
Puede llegar a ser un precedente preocupante repetido en otros concursos en los países árabes. Por otro lado, podría llegar a ser un punto de inflexión en la participación israelí en los eventos deportivos en los países hostiles, donde los israelíes previamente tenían totalmente prohibido entrar.
La reciente acción del Comité Olímpico Internacional de revocar el estado de Clasificación Olímpica del Campeonato Asiático de Tiro en Kuwait por su negativa a expedir un visado para el israelí Yair Davidovich – que se suponía que era el delegado técnico de los Federación Internacional de Deportes de Tiro – mostró que el comité deportivo mundial finalmente está dando cuenta de un problema que ha existido por mucho tiempo.
En lugar de jugar el juego de la culpa y señalar con el dedo, sería mejor que todas las partes locales combinaran fuerzas.
Los atletas israelíes no merecen ser colocados en situaciones en las que se cuestionan si ponen sus carreras por delante de su amor por su país.
Fuente: The Jerusalem Post
Traduce y edita: Silvia Schnessel para Enlace Judío México
Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico
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