GENERAL DE BRIGADA, YOSSI KUPERWASSER
¿El “levantamiento popular” palestino en sus manifestaciones actuales es la forma de lucha preferida del liderazgo de Fatah – en contraposición a las manifestaciones en pequeña escala en puntos de fricción focales? Cuando un entrevistador en un prominente programa de televisión en el canal oficial palestino dirigió esta pregunta a Tawfik Tirawi, un miembro del Comité Central de Fatwh, Tirawi respondió inequívocamente en afirmativo.
El ex jefe de la Inteligencia General palestina continuó para ufanarse de la consciencia de la lucha de la generación joven palestina, y, como un ejemplo, citó a su hijo, quien aunque no tiene aún tres años de edad, canta sobre los shahids [mártires] y pide a su padre que le traiga un rifle para poder vencer a Israel y los sionistas. Notando que en otros dos años se cumplirán 100 años desde la Declaración Balfour, Tirawi afirmó que los palestinos han librado una lucha en curso para liberar su tierra desde entonces.
Este es el contexto en el cual hay que observar la actual ola de ataques terroristas. Como explica Tirawi, no hay un solo acto que logre el objetivo largamente esperado, sólo una “lucha acumulativa.” En su opinión, Fatah no ha descartado ningún enfoque desde el Sexto Congreso General del 2009. Por el momento, sin embargo, no tiene ningún sentido negociar ya que no sólo Benjamín Netanyahu y su “gobierno extremista” sino también la Izquierda y centro israelí no están preparados para dar nada a los palestinos. De ahí, la necesidad de una campaña en curso que pueda regresar la cuestión palestina a la escena internacional y árabe y ganar influencia para la renovación de las negociaciones en algún momento en el futuro.
Con eso en mente, explica Tirawi, los actos que involucran “armas calientes [armas de fuego]” – como insta Hamás – deben ser evitados ya que provocan la desaprobación del mundo. La naturaleza de la lucha actual, sin embargo (aún incluyendo el asesinato de los israelíes con cuchillos), es completamente consistente con las aspiraciones palestinas.
Tirawi tiene quejas sobre el mundo: Muestra comprensión por el comportamiento de Israel, el cual, dice él, involucra terror, armas de fuego, y la ejecución de palestinos, pero acusa de terrorismo a los palestinos, quienes están recurriendo a la piedra y al cuchillo. En cuanto a los estadounidenses, él no tiene ninguna expectativa con ellos; ellos son sesgados en favor de los israelíes y él tiene una prueba contundente de ello: “John Kerry usa el término ‘Monte del Templo,’ lo que atestigua del hecho que acepta la posición de Israel sobre esta cuestión.” (Los palestinos, por supuesto, afirman que nunca hubo un Templo Judío en el sitio.)
El liderazgo palestino alienta el terror
Esa, entonces, es la posición del liderazgo palestino. Impulsada por una mezcla de odio, frustración por el continuo control israelí sobre los territorios, una perspectiva que niega la existencia del pueblo judío y su derecho a un estado-nación democrático en su patria, y una sensación de victimización que es alimentada por sus líderes nacionales y religiosos, los palestinos están sosteniendo su embate de asesinato indiscriminado aun cuando, aparentemente, no les sirve de nada. Su liderazgo alienta el terror debido a que, por un lado, temen que la cuestión palestina sea empujada a los márgenes y ya no sea percibida como la raíz de la inestabilidad regional, mientras, por el otro, parece haber creciente concientización de que no hay solución en el futuro cercano y, por lo tanto, ninguna razón para que la comunidad internacional deba invertir recursos en la cuestión.
Mientras tanto, ni el acuerdo aceptado sobre el Monte del Templo, que es importante en sí mismo, ni las medidas de seguridad, ni los intentos por cumplir las demandas palestinas en ciertos aspectos, ni el interés en el fenómeno de los apuñalamientos en Israel y el mundo cuando pierde su valor de conmoción inicial están persuadiendo al liderazgo palestino de dejar de enviar a la gente joven palestina a morir y matar. El fervor que acompaña los funerales oficiales de los terroristas indica la profundidad de los sentimientos involucrados.
Israel, junto con sus esfuerzos por llevar a un final la ola de terror, ha estado ocupándose con una serie de preguntas historiosóficas tales como: ¿La guerra durará por siempre? (Aparentemente por tanto tiempo como los palestinos se apeguen a sus demandas exageradas y a la estrategia de lucha descrita más arriba.) ¿Cuál es la conexión entre los palestinos y el Holocausto? ¿Qué habría hecho Rabin de no haber sido asesinado? (Él estaba muy distante de los caprichos de Peres y la izquierda y muy sospechoso de los palestinos, especialmente después que ellos engañaron a Israel en el tema de los “Acuerdos de Oslo.” Para él la paz era un medio para asegurar la existencia y seguridad del estado-nación del pueblo judío, como también deja en claro su último discurso ante la Kneset.) ¿El uso palestino del término “el pueblo israelí” refleja su oposición al establecimiento de un estado-nación para el pueblo judío? El mismo Mahmoud Abbas ha declarado nuevamente que nunca reconocerá a Israel como un estado judío. Él proporciona una plétora de excusas y tres razones reales también: tal reconocimiento anularía el “derecho al retorno,” haría más difícil para los árabes israelíes promover los intereses palestinos dentro de la escena política israelí, y requeriría un cambio en la narración palestina. Esas son exactamente las razones por las que Israel insiste en que sólo tal reconocimiento, que los palestinos se niegan a conceder, puede garantizar la paz verdadera.
En su discurso ante el Congreso en mayo del 2011, Netanyahu no exigió que Abbas se vuelva un sionista y reconozca el derecho del pueblo judío a un estado en la tierra de sus ancestros. Sería suficiente, dijo, que Abbas acepte que Israel es el estado-nación (democrático) del pueblo judío, sin conexión con la cuestión de un derecho. Así como muchos sionistas ahora reconocen el derecho del pueblo palestino a un estado-nación en su tierra en el marco del acuerdo permanente, en tanto este no constituya una amenaza para la seguridad de Israel, así se debe requerir que los palestinos reconozcan el derecho del pueblo judío a un estado-nación democrático en la tierra de sus antepasados.
La noción de ser rescatados de esta situación por una separación unilateral, la que algunos en la izquierda israelí han estado planteando últimamente, no es posible bajo las circunstancias actuales por la misma razón, a saber, que los palestinos no la aceptarán (vean el precedente de Gaza). La idea de un estado, también, carece de toda lógica y posibilidad. La única solución posible es la de dos estados para dos pueblos con reconocimiento mutuo. No ha muerto; simplemente aun no ha nacido porque los palestinos, y los europeos que los apoyan, se niegan a permitir su nacimiento.
Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México
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