A sus 30 años como rabino de Bet El, el homenaje completo a Marcelo Rittner

MAY SAMRA PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO- Este año, en mi cumpleaños, recibí una felicitación, a través de Facebook, de un rabino, el Rabino Marcelo Rittner. Era la primera vez que un rabino me felicitaba en esta fecha, y la primera vez que veía un rabino usar Facebook para contactarse conmigo.

Desde los inicios de Enlace Judío, el Rabino Rittner es uno de nuestros columnistas más leídos. Sus escritos, modernos y profundos, tienen la virtud de relacionar eventos actuales con el espíritu de la Torá. Su sermón de Kipur, el cual inicia con una canción de Leonard Cohen, me dio vueltas durante mucho tiempo en la cabeza. Recuerdo que, hace tres años, estando yo en el extranjero,en una difícil situación, las palabras de Marcelo, que llegaban a mi mail para ser publicadas, me procuraban un gran consuelo, pues parecían escritas específicamente referente a mis circunstancias. Y es un verdadero privilegio encontrárselo por los pasillos de Bet El, donde se encuentran las oficinas de Enlace Judío.

Por ello, al ver el slogan “Tocando el alma de todos nosotros”, que acompañaba el anuncio del homenaje al Rabino, intuí que, así como a mí, el rabino había alcanzado, en su bondad, a muchas personas de Bet El como de otras comunidades. Mi suposición se vio comprobada al ver la multitud de personas (calculé unas mil) que se acercaron, al borde de las lágrimas, a felicitar al rabino después de la celebración; hombres (y mujeres) que lo arroparon, abrazaron y envolvieron, no sólo con la admiración que se prodiga a un ícono, sino con el amor sincero y la gratitud que desbordan del corazón. Marcelo Rittner no es un rabino encerrado en su torre de marfil, limitado por su aureola de dirigente espiritual comunitario, de escritor y de líder del movimiento Masortí a nivel mundial; es un amigo cuya alma -y puerta- están abiertas a la consulta y a las minorías, cuya modestia lo lleva disfrazarse de pitufo en Purim, y que ha aceptado desaires con filosofía, convencido que la inclusión es el futuro de la Comunidad.

Como en todos los eventos que involucran la feliz combinación de Ari Litvak y de Guillermo Treisman, ésta fue una super producción hollywoodense que unió música, humor y audiovisual- inspirada en la ópera -rock “José el Soñador” con la que iniciara Rittner sus funciones como líder espiritual en Brasil- y que quedó como símbolo de su gestión rabínica a los largo de sus 30 años de labores en México. Además, incluyó el detalle maravilloso de los nietos del rabino entregándole un Talit multicolor, el “manto de los sueños” de Yosef, bajo el cual recibió la bendición del rabino Leonel Levy y de los notables de Bet El.

Aprendimos que el Rabino no ve en su casa los partidos que involucren Brasil y Argentina, que siempre viste traje azul y camisa blanca, que su comida favorita es pizza y pasta, que es hijo único, que sus cuñados son como sus hermanos, y que su primer perro se llamaba Blacky. Ah, y que su vocación nació en Argentina, cuando su padre lo encontró rezando de rodillas para pasar un examen y lo envió a la sinagoga de la Calle Libertad.

¿Qué otra persona iniciaría sus palabras, en dicho homenaje, sacando su celular e iniciando un diálogo imaginario con sus padres fallecidos, preguntándoles si pudo darles los najes que ellos esperaban de él? ¿Quién más diría: disculpen las lágrimas, estoy estrenando zapatos nuevos?¿Quién más agradecería su presencia al padre Manuel Olimón, con quien fraguó la Confraternidad Judía cristiana? ¿Quién más le diría al Jazán Leíbele Jinich: tú eres Emeritus y yo…ya méritus? ¿Quién más pronunciaría: nos completamos cada vez que zapatos visten pies descalzos, que damos de comer al hambriento? Y también: ¿”Ser Bet El es ser México?

Rabino, gracias por estar cercano a D-os, pero también a los hombres; y en especial también a nosotras, las mujeres.