Esa monstruosidad llamada causa palestina

A veces atribuida a Adolf Hitler, a veces a Joseph Goebbels, una frase dice: “Repite una mentira diez veces, seguirá siendo una mentira; repítela diez mil veces, se convierte en verdad”. Sea cual sea su autor, esta frase es una lección para todos los manipuladores y propagandistas del mundo.

El principio que enuncia fue utilizado mucho antes del nacimiento de Hitler o de Goebbels, y Lenin en este campo fue un maestro del que Joseph Stalin, Mao y docenas de otros dictadores totalitarios comunistas fueron los discípulos. Entre estos discípulos, están todos los fundadores de la “Organización de Liberación de Palestina”, y entre sus innumerables logros al servicio del crimen en todas sus formas, hay uno, que es casi inigualable.

Inventaron una causa que no tenía ningún fundamento, la “liberación” de un “pueblo” que no existe.

Inventaron una causa que no tenía ninguna base, inventando la “lucha de la liberación” de un “pueblo” que no existe. Inventaron este pueblo, y, a fuerza de llenar el cráneo hicieron entrar en las mentes de millones de seres humanos la certeza de que eran miembros de ese “pueblo”. Para perfeccionar la invención, le inventaron un pasado a ese “pueblo” y una historia relatando lo que pasó. También definieron un territorio que nunca fue de ese “pueblo” (y con razón), y comenzaron a decir que este territorio era, desde hace milenios, el del “pueblo”.

Su objetivo no es ninguna “liberación”, sino la total destrucción de otro pueblo, uno muy real, y portador de cuatro mil años de historia, hicieron del “pueblo” que inventaron una máquina al servicio de la destrucción completa del otro pueblo, incluso precisamente por eso inventaron al “pueblo” que inventaron.

Y, en palabras de David Horowitz, el “pueblo palestino” es el primer “pueblo” que se ha “inventado para ser un instrumento de genocidio”.

Los fundadores de la “Organización para la Liberación de Palestina” no han hecho esto solos: fueron ayudados por ex nazis contratados por los regímenes de Egipto y Siria, y muchos, por la KGB.

Su negocio vil debería haber sido denunciado rápidamente por los líderes del mundo occidental.

Pero eso no ha sucedido.

Los grupos de influencia soviética han utilizado sus dispositivos para difundir propaganda de apoyo a la “causa”. Repitieron las mentiras que constituyen la “causa” más de diez mil veces. La gente de la derecha antisemita más extrema se colocó al servicio de la “causa”.

Los líderes del mundo occidental se han mostrado seducidos por la “causa” y vieron que el “apoyo” a la “causa” podría aportarles contratos y la consiguiente remuneración ya que muchos líderes del mundo árabe mostraron su apoyo a la “causa”.

Y esto condujo gradualmente a esta situación.

La “Organización para la Liberación de Palestina” bajo su nombre de fachada de “Autoridad Palestina” es una organización tratada como honorable en todo el mundo occidental, sin que nadie le recuerde su genealogía ni evoque la razón por la que nació.

La “causa” palestina se ha convertido en una “causa” sagrada para la mayoría de los líderes occidentales, y millones de idiotas útiles en Occidente.

El “pueblo palestino” está considerado en casi todo el planeta como un verdadero pueblo, con una historia, y tierras que le fueron “robadas”.

El pueblo judío es sospechoso de ser ladrón de tierras “palestinas” o (para los judíos que viven fuera del estado judío, Israel) compuesto de cómplices de los ladrones de tierras “palestinas”.

El estado judío, Israel, es el país más odiado en la tierra.

En muchos mapas, Judea y Samaria se llama Cisjordania (nombre que fue suyo sólo dieciocho años de 1949 a 1967, el tiempo de la ocupación militar jordana) o muy a menudo “territorio palestino ocupado”.

Los sitios judíos desde su fundación como la Tumba de Raquel y la Cueva de los Patriarcas, son desarraigados de lo que son y se redefinen como musulmanes en los sitios web palestinos, con el apoyo de instituciones como la Unesco.

Millones de árabes mantenidos en situación de rehenes en el mundo árabe (con la complicidad del mundo occidental) en “campos de refugiados” donde pueden ser “refugiados” de cuarta generación (lo que no tiene equivalente en ningún otro lugar del mundo) tienen el cerebro drenado, hueco y cargado de odio “antisemita” que va a la par de su transformación en “pueblo palestino” y se transforman en fragmentos del pueblo inventado para ser un instrumento genocida.

Toda esta situación en sí debería ser denunciada.

No lo es. Y entonces, los líderes occidentales se vuelven cómplices de un crimen atroz, puesto que financian la transformación de los árabes en “pueblo palestino” y en fragmentos de un instrumento genocida.

Son cómplices de los delincuentes, ya que financian a la Autoridad Palestina y la tratan como si fuera honorable.

Muchos periodistas son cómplices de los delincuentes, algunos a sabiendas de lo que hacen los demás, simplemente siguiendo a la manada.

Las consecuencias de esto son cataclísmicas.

Israel debe dedicar enormes recursos a su defensa y la seguridad de su población.

Los millones de árabes que convertimos en “pueblo palestino” están imbuidos de odio antijudío, deseos genocidas, y muy a menudo, por lo tanto dispuestos a comportarse como asesinos y terroristas.

La Autoridad Palestina, única entidad terrorista, antisemita, con objetivos genocidas mantenida y financiada por el mundo occidental

La Autoridad Palestina es la única entidad terrorista, antisemita, con objetivos genocidas que es mantenida y financiada por Occidente, y la “causa” que la ha originado como un tumor canceroso que produce metástasis, ha suscitado algo peor que ella: Hamas, la Jihad Islámica.

La “causa” jugó un papel decisivo en la creación de otras metástasis y avivó las llamas del Islam radical en todas partes en la tierra.

Fue la matriz de la cual salieron la mayoría de las técnicas que constituyen el terrorismo yihadista moderno, incluyendo el uso de terroristas suicidas y cinturones explosivos.

El mundo occidental se enfrenta a los efectos de una monstruosidad de la que ha subestimado sus nocivas consecuencias. Y sufre los efectos de la monstruosidad.

Los ataques del 13 de noviembre fueron algunos de esos efectos, y no serán, por desgracia, los últimos.

Israel se enfrenta aun más directamente a los efectos de la monstruosidad.

No hay solución a la vista, algo que saben muy bien quienes conocen el dossier.

Los que apoyan la “causa” han encontrado sin duda toda una solución: la aniquilación de Israel. Algunos de ellos hablan hipócritamente de la creación de un “Estado palestino” viviendo en paz, demostrando que son tan inteligentes como alguien que frente a un asesino en serie psicópata, dice que hay que darle un cuchillo de carnicero, y colocarlo cerca de las víctimas potenciales, imaginando que de golpe se convertirá en algo distinto de lo que es.

Los líderes occidentales comparten la hipocresía de los partidarios de la “causa” que hablan hipócritamente.

Los líderes israelíes deben gestionar de alguna manera una situación muy difícil de manejar.

Los Acuerdos de Oslo los han colocado en una situación aún más difícil de manejar.

A veces llegan noticias que recuerdan lo que son los monstruos de la “causa”. Estas noticias se desvanecen rápidamente.

Aquí se reveló poco el horror absoluto de los actos que se cometieron durante la toma de rehenes y el asesinato de israelíes en los Juegos Olímpicos de Munich en 1972.

Este horror absoluto es sólo una pequeña parte de los horrores absolutos perpetrados durante décadas en nombre de la “causa”.

El patrocinador y financiero del horror absoluto cometido en Munich en 1972 se llamaba Mahmoud Abbas: ya sabes, ese moderado recibido como jefe de Estado en los cinco continentes, el hombre que condenó los ataques terroristas en París el 13 de noviembre, pero que, según lo revelado por Palestinian Media Watch (cf.forward.com) dejó que aparezcan en la prensa que él controla artículos y dibujos “humorísticosque atribuyen los ataques al Mossad y Netanyahu. Los líderes occidentales podrían sacar conclusiones. Apuesto a que no lo harán.

© Guy Millière para Dreuz.info. 

Traduce y edita: Silvia Schnessel para Enlace Judío México

https://www.enlacejudio.com/2015/12/21/esa-monstruosidad-llamada-causa-palestina/

Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico

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Silvia Schnessel: Silvia Schnessel es corresponsal de Enlace Judío en España. Docente y traductora, maneja el español, el hebreo, el francés, el inglés y el catalán. Es amante del periodismo, del sionismo y de Israel.