La prueba de Corea del Norte muestra el fracaso continuado del control de armas.
AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – La tentación en la mayoría de las capitales del mundo será denunciar la prueba nuclear de Corea del Norte del miércoles pero hacer poco más allá de sobornar al dictador Kim Jong Un con más dinero en efectivo a cambio de más promesas de desarme.
La visión más realista es ver este como otro paso gigante hacia una nueva era peligrosa de proliferación nuclear que el mundo ignora para su peligro.
Pyongyang dice que la explosión, su cuarta hasta ahora y primera desde el 2013, fue una prueba “completamente exitosa” de una bomba de hidrógeno miniaturizada. Eso representaría un salto tecnológico, ya que las bombas H pueden ser miles de veces más fuertes que las armas atómicas que Corea del Norte probó con anterioridad. Pyongyang miente a menudo, y la Casa Blanca dijo el miércoles que el análisis estadounidense inicial sugiere que no fue una bomba H.
Pero incluso una bomba atómica mejorada utilizando fisión impulsada daría a Kim un arma más poderosa que las bombas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki. Se estima que Kim tiene suficiente uranio y producción de plutonio para 50 a 100 bombas para el año 2020.
Esta amenaza está creciendo mucho más allá de Asia cuando Corea del Norte hace progresos en miniaturización de ojivas y envío de misiles. El Almirante Bill Gortney del Comando de Defensa Aeroespacial Norteamericana dijo el año pasado que Pyongyang tiene “la capacidad de llegar a la patria [E.E.U.U.] con un arma nuclear desde un cohete.”
El Norte condujo una prueba de misil submarino aparentemente exitosa el mes pasado. Pyongyang ayudó a Siria a construir un reactor secreto de plutonio que la fuerza aérea israelí destruyó en el año 2007, y ha trabajado con Irán en misiles de largo alcance y posiblemente en tecnología nuclear.
La historia más grande aquí es la rápida erosión del régimen de proliferación antinuclear del mundo, ayudada por la ilusión del control de armas. El fracaso con Corea del Norte se remonta al Marco Acordado de Bill Clinton de 1994, al cual él saludó como “un buen acuerdo” porque “Corea del Norte “congelará y luego desmantelará su programa nuclear” a cambio de ayuda alimentaria y energética. El Norte tomó el dinero en efectivo y siguió trabajando para una bomba de plutonio y uranio.
El gobierno de Bush intentó un enfoque más duro en principio pero perdió su nervio en el segundo mandato y también siguió la ruta del soborno. Nosotros hemos elogiado al Presidente Obama por no hacer lo mismo, pero la administración no logró ninguna respuesta a la prueba nuclear del Norte del 2013 y apenas sanciones leves después de su ataque informático del 2014 contra Sony. El Norte ahora ha intensificado.
El Occidente quiere creer que el acuerdo nuclear con Irán es un triunfo contra la proliferación, pero los vecinos de Irán lo ven como una acción dilatoria en el mejor de los casos. Ellos creen que garantiza que Irán construirá finalmente un arma. Con el tiempo esto alentará a otros en el Medio Oriente a buscar su propia disuasión nuclear.
En Asia, también, la pregunta es si el creciente arsenal nuclear de Corea del Norte ahora causará que Japón y Corea del Sur obtengan su propia disuasión. La presidente surcoreana, Park Geun-hye advirtió en el 2014 que después de una cuarta prueba norcoreana “sería difícil impedir que ocurra en esta zona un dominó nuclear.”
La última prueba de Corea del Norte debe provocar una nueva resolución global contra Pyongyang, pero probablemente no lo hará. China expresó una vez más su desaprobación pero nunca ha estado dispuesta a presionar a su estado cliente.
Estados Unidos podría revivir las sanciones económicas selectivas que en el 2005 golpearon al Banco Delta Asia de Macao y obligaron a otros a cortar vínculos con Pyongyang, aplastando sus suministros de armas y bienes de lujo. Estados Unidos tampoco ha designado a Corea del Norte como una “preocupación primordial del lavado de dinero” a pesar de su estafa en divisas falsas y drogas. El Acta de Aplicación de Sanciones a Corea del Norte, estancada hace mucho tiempo en el Congreso, arreglaría tales descuidos.
Muy al menos, E.E.U.U. y Corea del Sur podrían desplegar finalmente el sistema de defensa misilística conocido como Thaad, por Terminal High-Altitude Area Defense. Beijing ha presionado a Seúl para que no utilice su plataforma construida por Estados Unidos, la cual se integraría con las defensas estadounidenses y japonesas. Pero Thaad es el sistema disponible más fuerte, y el patronazgo de China sobre Pyongyang es una razón principal por la que la región está bajo amenaza.
La única solución real es poner el cambio de régimen en el corazón de la política estadounidense. Esto significaría defensas más fuertes en el Sur, sanciones aumentadas y ejecución para recortar el comercio ilícito y acceso a bienes extranjeros por parte de Pyongyang, tanto como campañas expandidas para facilitar el flujo de refugiados del Norte.
El gobierno de Obama no ha mostrado ninguna inclinación a hacer algo de esto, y es improbable que comience ahora. El resultado es que aunque el Sr. Obama asumió el cargo prometiendo perseguir “un mundo sin armas nucleares,” él partirá habiendo liberado una nueva era de proliferación nuclear.
Fuente: The Wall Street Journal- Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México
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