Nasir, de 12 años, ha escapado del Instituto Al Farouq y cuenta a CNN cómo fueron esos días junto a los miembros del movimiento terrorista
AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Con tan sólo 12 años, Nasir escapó del Instituto Al Farouq, en la ciudad siria de Racca, donde el Estado Islámico adoctrina a los niños soldado. Lo logró tras aparecer en uno de los vídeos propagandísticos del lugar y después que el movimiento terrorista lo entrenara para ser soldado suicida.
Después de meses de cautiverio, Nasir se ha reencontrado con su madre en el campo de refugiados en Kurdistán, hogar de otras 15.000 personas, y también con un pasado que creía perdido: “Cuando la volví a ver, sentí que había vuelto a la vida”.
“Éramos sesenta”, asegura Nasir en una entrevista en exclusiva con la cadena CNN. “Los ataques aéreos siempre eran los momentos más aterradores. Nos llevaban al subsuelo por túneles y nos decían que los norteamericanos, los infieles, trataban de matarnos, pero que ellos nos amaban, que nos cuidarían mejor que nuestros padres”.
De acuerdo con su testimonio, los combatientes sometían a los niños a duros entrenamientos y a lecciones sobre el Corán. Los niños más pequeños rondaban los cinco años, y ninguno estaba exento del adiestramiento militar.
Su fidelidad, cuestionada
Para probar su fidelidad, los mentores les encomendaban una única misión: regresar a casa para matar a su familia. “Nuestro primer trabajo consistía en volver y matarlos a todos”, asegura a la cadena norteamericana.
El adoctrinamiento que recibió Nasir fue similar al que reciben los demás “cachorros del califato”. Sus lecciones giraban siempre en torno a una idea clave: desechar todos los recuerdos de su vida, de su pasado. A partir de ese momento, Estado Islámico era su única familia.
“No nos permitían llorar, pero pensaba en mi madre y en su preocupación y quería hacerlo. Cuando la volví a ver, sentí que había vuelto a la vida”.
Que Dáesh entrena a niños soldado no es un hecho novedoso. El autoproclamado Estado Islámico ha difundido en diferentes ocasiones vídeos propagandísticos sobre el Instituto Al Farouq, su principal instalación para entrenar a los miembros más pequeños de su movimiento.
Nouri es otro de los niños que capturó el movimiento terrorista. En su caso, le secuestraron junto a su familia. Una vez en el campamento de Tel Aafar, en Irak, y ante su negativa a unirse a los demás niños soldado, los miembros de la organización consideraron oportuno romperle la pierna por tres lugares diferentes.
A pesar de que logró recuperarse, las secuelas de aquella agresión eran más que visibles. La ligera cojera le convertía en un ‘soldado inútil’. En vez de deshacerse de él, sin embargo, le dejaron en libertad junto a su hermano, de 5 años, quien se sigue despertando en medio de la noche. Sus padres y su otro hermano siguen en cautiverio.
Secuelas físicas y psicológicas
Aziz Abdullah Hadur, otro combatiente kurdo, asegura que cuando los pequeños se aproximan a la frontera están muy delgados, tanto que “no parecen humanos”. Cuando llegan al otro lado, cuentan que “han vivido un infierno”.
Hadur asegura que sus compañeros kurdos, en ocasiones, abren fuego contra los niños que envía Dáesh para atacar la frontera: “Muchas veces nos enfrentamos a ellos y vemos cómo los niños esperan en la línea fronteriza con cinturones bomba, les han lavado el cerebro”.
Un activista del campamento de refugiados Esyan Khalid Nermo Zedo pide ayuda psicológica para los niños que consiguen escapar.“Han sufrido tanto“, comenta a la CNN. “¿Se imagina a un niño de 12 años recibiendo entrenamiento militar, obligado a llevar armas, obligado a convertirse al Islam y a pensar que todo lo que les habían contado sus padres es falso?”, explica Nermo Zedo, que habla abiertamente sobre las secuelas más frecuentes que padecen los niños del campamento.
Uno de ellos, por ejemplo, se negó a cortarse el pelo porque le habían dicho que no podía hacerlo. “Algunos se asustan si escuchan la palabra Dáesh. Necesitan apoyo psicológico, y nosotros no tenemos capacidad aquí. Han llevado armas y han matado a gente. Necesitamos que el mundo nos ayude, no podemos hacerlo solos”.
Fuente: Cadena Ser – Edita: Silvia Schnessel para Enlace Judío México
https://www.enlacejudio.com/2016/01/13/nino-soldado-que-escapo-de-daesh-nos-mandaban-matar-a-nuestros-padres/
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