Lo que el presidente llamó un ‘gesto de una vez’ hará menos probable enjuiciar a los delincuentes similares
AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – La liberación el sábado durante un intercambio de prisioneros de cuatro estadounidenses retenidos por Irán, incluido el periodista Jason Rezaian y el pastor cristiano Saeed Abedini, es ciertamente noticia bienvenida. Pero los detalles de este acuerdo, arreglados después de un año de negociaciones secretas, son preocupantes.
A cambio, EEUU liberó a siete iraníes, seis con doble ciudadanía estadounidense -aunque ellos parecen haber decidido contra regresar a Irán. La mayoría fueron acusados de violaciones de exportación: en otras palabras, contrabandear bienes y tecnología, incluidos aquellos con aplicaciones militares, desde EEUU a Irán. Haciendo este acuerdo, el cual intercambió a ciudadanos estadounidenses respetuosos de la ley por acusados iraníes con cargos o condenados por delitos federales que ponen en riesgo la seguridas nacional estadounidense, el gobierno se ha agachado al nivel de Irán. Ese es un alto precio que pagar, y coloca un peligroso precedente para la aplicación de la ley federal.
Yo me desempeñé como fiscal adjunto de EEUU durante 23 años, trabajando con agentes de contra-proliferación de las Investigaciones de Seguridad Interna para investigar y procesar la adquisición ilegal de armas por parte de Irán. La razón para nuestra concentración en Irán fue su campaña sostenida durante décadas para obtener municiones de Estados Unidos.
Uno de los acusados a quienes ayudé a enjuiciar fue Amir Ardebili, un agente operando desde Shiraz, Irán, quien trató de comprar componentes de armas a empresas estadounidenses. Comenzando en el año 2004 el Sr. Ardebili trató con Cross International, una compañía fantasma con sede en Pennsylvania manejada por agentes encubiertos. Entre los componentes que él aceptó comprar de Cross había microchips utilizados en radares con antenas en fases (para rastrear misiles y adquisición de blancos) y una computadora digital de datos aéreos para los aviones de combate Phantom F-4. En el año 2007, el Sr. Ardebili aceptó reunirse con agentes encubiertos en Tbilisi, Georgia, donde fue arrestado y extraditado. El ingresó una declaración de culpabilidad en el año 2008, admitiendo que él violó deliberadamente y a sabiendas las leyes de exportación estadounidenses para adquirir armas para Irán. El cumplió una condena de cinco años, y fue deportado de regreso a Irán en el año 2012, así que no estuvo entre los liberados.
Pero los siete hombre liberados el sábado tienen historias similares. Uno fue condenado por hackear a un contratista de defensa estadounidense para robar software. Un segundo hombre fue condenado por conspirar para facilitar a Irán lanzar su primer satélite en el año 2005. Otro fue condenado por conspirar para comprar y exportar componentes de navegación marina (giroscopios de fibra óptica) y componentes electrónicos militares (tubos de electrones). Tres estaban esperando juicio por participar en una red de adquisición ilegal para suministrar a Irán microelectrónica controlada utilizada en los misiles crucero tierra-aire. El séptimo fue condenado después de juicio por contrabandear a Irán componentes industriales avanzados.
Los delitos de estos hombres presentaban una amenaza directa para la seguridad nacional estadounidense. El Presidente Obama describió el intercambio como un “gesto de una vez.” Pero este gesto disminuye cualquier esfuerzo disuasorio que puedan haber tenido sus arrestos y condenas. También borra años de duro trabajo por parte de investigadores y fiscales.
Las acciones de esta administración envían una clara señal a los agentes y fiscales federales que sus trabajos no producen nada más que capital político, a ser intercambiado cuando es políticamente conveniente. Las investigaciones de adquisiciones de armas son siempre difíciles y trabajo intensivo. Echarle el guante al Sr. Ardebili requirió años de esfuerzo sostenido, viaje a Europa Oriental, al Medio Oriente y Asia, y un gasto significativo del tesoro nacional. Estos procesamientos requieren pruebas más allá de una duda razonable que el acusado sabía que estaba violando las leyes de exportación de Estados Unidos y estaba haciendo algo malo. Por esta razón, pocas acciones de aplicación de exportaciones son traídas para empezar. Ahora, probablemente habrá aún menos.
Lo más preocupante, la administración está equiparando a los estadounidenses respetuosos dd la ley -culpables de nada más que informar para un diario, defender mejores relaciones entre iraníes y estadounidenses, y predicar la fe cristiana- con iraníes arrestados por violar las leyes federales y enviar componentes y tecnología a un país que está preparándose para la guerra con Estados Unidos.
Cuando el Sr. Ardebili se reunió con los agentes encubiertos en Georgia, dijo que los líderes de Irán “piensan que la guerra está llegando.” La prueba del misil balístico de Teherán el otoño pasado, su disparo de cohetes cerca del portaaviones estadounidense USS Harry S. Truman, el mes pasado, y su captura y humillación pública de marinos estadounidenses en el Golfo Pérsico la semana pasada cuentan la misma historia. Liberar a los que transfieren tecnología estadounidense a tal agresor parece un muy mal acuerdo en verdad.
Fuente: The Wall Street Journal- Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.
El Sr. Hall, un ex funcionario del Departamento de Justicia y funcionario de inteligencia en la Reserva de la Armada de Estados Unidos.
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