LUIS MAIZEL PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO
Estimados Amigos:
2016 empezó con una explosión financiera que se escuchó en todo el mundo. Cuando el FED subió sus tasas de interés un magro 0.25%, nadie se imaginó que en conjunción con otros eventos globales, esto traería un desplome en la riqueza del mundo de casi 10 trillones de dólares.
En lo que Estados Unidos se acomodaba a una nueva política de dinero ligeramente más caro, el petróleo se desplomó casi 25%, y los números de China indicaron que esa economía ya no iba a ser el motor que mantendría a las economías de otros países trabajando, sobre todo a las productoras de materias primas que llevaban 5 años viendo a China como su mercado principal.
El desplome del petróleo tiene varias explicaciones: a) La oferta y la demanda no están equilibradas con una producción de 96 millones de barriles al día y un consumo de 93 millones, b) La capacidad de almacenaje de crudo está saturada y los productores no tienen donde guardar lo que sacan, c) Al eliminar las sanciones económicas a Irán, este país está tratando de vender 1.1 millones de barriles diarios y los competidores como Saudí Arabia, que no quieren perder penetración de mercado, están dispuestos a seguir bajando el precio y d) los países productores están tan endeudados, que al bajar el precio tienen que producir más para enfrentar sus pasivos financieros.
El caso China es algo más complejo. Entre ellos y los Estados Unidos representan el 50% del crecimiento del PIB global de los últimos 15 años y no hace sentido que la segunda economía más grande del mundo sea una de las más pobres per cápita. Hoy China tiene el 75% del PIB que EUA y se espera que lo supere para 2021, pero cuando se hace el análisis per cápita, la relación es 1/7 del de EUA. Esto quiere decir que mientras la producción de bienes y servicios en Estados Unidos es de un poco más de $50,000 por persona, en China apenas alcanza $7,000. Esto llevó a los chinos a un cambio de política económica donde el crecimiento del futuro no debe depender de exportación, de construcción de edificios que siguen vacios, o de aeropuertos monumentales cada 30 km (a diferencia de 105 km en EUA), sino de crecimiento del consumo interno.
Para lograr este incremento hay que pagar mejores sueldos, lo que hace la exportación menos competitiva. Lograr ese aumento en el poder adquisitivo interno se puede llevar 5-10 años. Solo como referencia, el consumidor representa el 68% del PIB en EUA, 63% en Israel, 59% en México y 31% en China.
China enfrenta además otros dos problemas gravísimos. La fuga de capitales en el último año excedió a 700 billones de dólares (11% de sus reservas), y la deuda interna “mala” de sus bancos creció 14%, llegando casi al trillón de dólares.
El efecto del fenómeno chino al mundo emergente ha sido el desplome de las monedas locales a niveles nunca antes vistos como Brasil y México, creando una doble presión sobre las economías locales por la combinación de caída de ventas de exportación con el incremento en presiones inflacionarias por los componentes de importación.
En Estados Unidos la economía sigue con un paso lento pero sostenible, donde el desempleo está en niveles aceptables aunque la participación sigue muy baja. La gran sorpresa es que la caída del precio de la gasolina debería de haber creado un aumento en el gasto, y en cambio, ha aumentado el ahorro y el pago de deuda, reflejo de que la gente no está tranquila y está temerosa de que la economía se deteriore.
En las regiones petroleras del país (Texas, Oklahoma, Ohio, etc.) la situación está crítica, y la pérdida de casas, autos, etc. está a niveles similares a los de las crisis de 2009. Lo que es indudable, es que el sector industrial y de manufactura en Estados Unidos está en crisis y no se vislumbra una recuperación ni a corto ni a mediano plazo, ya que los costos no son competitivos con los países de mano de obra barata, y el incremento en productividad ha sido tan pequeño que no contrarresta la desventaja salarial.
En el aspecto político ya estamos entrando a la temporada de elecciones primarias y pronto veremos a muchos pretendientes desaparecer de la contienda.
Del lado demócrata sigo creyendo que si Hillary no tiene problemas legales que le impidan ser la candidata del partido, ella será la que llegue a las elecciones de Noviembre, aunque yo pondría a los momios de su descalificación en 30-40%, ya sea por la venta de influencia en la Fundación Clinton o por el problema de los e-mails secretos que recibía en su correo personal.
Del lado republicano, Trump ha aguantado mucho más de lo que yo suponía, pero sigo creyendo que no será el candidato del partido, ya que su estilo grosero e independiente casi garantiza la pérdida en las elecciones presidenciales. Marco Rubio puede ser el que gane la nominación, pero siento que las apuestas están muy parejas.
Es interesante ver que el ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg esta insinuando que se va a lanzar como candidato independiente. Creo que lo hará si Hillary es descalificada y los republicanos siguen igual de fragmentados.
México sigue con grave problemas, ya que avanza la administración de EPN y sigue sin haber inversión en infraestructura. El sector manufacturero tampoco está creciendo por falta de liquidez interna y poca demanda de exportación por el calentamiento global.
Veo muy difícil que el peso a $18.50 no cree graves presiones inflacionarias, y por el otro lado no veo que ayude a exportar más, ya que el problema es una reducción en la demanda y no una competencia decidida por precio.
Israel, por su lado, es uno de los pocos países con una perspectiva positiva para 2016. El sector tecnológico logró levantar arriba de $600 millones de inversión durante Enero y hubo 4 nuevas entradas a la bolsa de valores.
En 2015 el déficit comercial se redujo en 43%, el déficit presupuestal fue de 2.1% del PIB y la proporción de deuda pública contra PIB se redujo en 2015 a 64.9% contra el 98.3% que era hace 10 años.
Enero fue un mes espantoso en las bolsas de valores y aunque los dos últimos días del mes fueron muy positivos, la pérdida ascendió a casi 6% en Estados Unidos y algo más en Europa.
Los bonos se sostuvieron al buscar los inversionistas un refugio seguro para su dinero, y sólo los emitidos por países o empresas muy ligados a la producción o exportación de petróleo u otras materias primas, sufrieron pérdidas considerables.
Para terminar mi carta de este mes, quiero hacer un breve análisis del peso. Siento que el valor real debe estar entre $16.75 y $17.00 como resultado de hacer un comparativo de poder adquisitivo, inflación y crecimiento con EUA, además de que el peso está en la esfera de influencia del dólar, su principal socio comercial. Por otro lado, hay una gran desconfianza del inversionista en todo lo que es “emergente”, y la impresión de que la reforma energética, el polo de desarrollo prometido por el gobierno, entró en vigor fuera de tiempo y no tendrá ni remotamente el impacto pronosticado.
La política cambiante del Banco de México en cuanto a la defensa del peso tampoco ayuda a crear confianza, y el haber gastado casi 10% de las reservas sin ningún resultado, tiene a los inversionistas dudosos de si hay o no alguien manejando el timón económico del país.
Espero que para Febrero tengamos más calma y claridad en los mercados globales, y entre tanto, les envío como siempre un muy afectuoso saludo.
Luis
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