Una mezquita como megáfono extremista

STEVEN STALINSKY

Inclusive en instituciones islámicas protagónicas como Al Aqsa en Jerusalem, es común elogiar al radicalismo islámico. 

El Presidente Obama visitará el miércoles una mezquita estadounidense por primera vez en su presidencia. Según la Casa Blanca, durante esta visita “celebrará las contribuciones que los estadounidenses musulmanes hacen a nuestra nación y reafirmará la importancia de la libertad religiosa para nuestra forma de vida.” Durante los últimos dos años, dentro de los esfuerzos del presidente para contrarrestar al extremismo violento, ha hecho hincapié en la responsabilidad de los “estudiosos y clérigos” musulmanes para ayudar a asegurar que las mezquitas no sean utilizadas como una plataforma para predicar el extremismo islámico.

Tal extremismo no está limitado a las mezquitas lejanas donde los clérigos radicales operan en las sombras. Está ocurriendo en mezquitas tradicionales y protagónicas mundialmente, incluyendo en una de las más importantes instituciones religiosas en el Islam, la mezquita Al Aqsa en Jerusalem.

Consideren un sermón del 16 de enero en Al Aqsa por parte del Jeque Abu Taqi Al-Din Al-Dari, un clérigo palestino que llamó a la yihad contra el Occidente y Europa, y a un floreciente Estado Islámico a “conquistar Roma, Washington y París.”

A pesar de la importancia de Al Aqsa para el Islam—es considerado el lugar más santo de la religión fuera de Arabia Saudita—pocos occidentales están al tanto del contenido de los sermones, conferencias y lecciones ofrecidas allí. Muchos de estos sermones son subidos en los dos canales oficiales de YouTube de la mezquita y han sido traducidos del árabe por mi organización, el Middle East Media Research Institute.

Lo que hemos encontrado en Al Aqsa es un flujo constante de llamamientos a la yihad y martirio, ataques venenosos contra los judíos, cristianos y otros no musulmanes, y elogio por al Qaeda, el Estado Islámico, o ISIS, y otros grupos yihadistas.

Los llamados a la destrucción de E.E.U.U. y el Occidente, incluidas promesas que el Islam capturará al mundo, son otros temas comunes. El 24 de julio del año pasado, el Jeque Ahmad Al-Dweik—un conferencista frecuente en la mezquita y clérigo palestino, como los otros líderes religiosos citados aquí—dijo: “El califato llegará a ser, y será producida la bomba nuclear”, agregando que este futuro califato islámico—“combatirá a Estados Unidos y lo derrotará” y “eliminará al Occidente en su totalidad.”

El 6 de julio del 2015, el Jeque Muhammad Abed, conocido como “ Abu Abdallah,” declaró que de “la tierra del viaje nocturno del Profeta”—una referencia a Jerusalem—“partirán ejércitos para conquistar Roma, para conquistar Constantinopla,” y luego agregó a la lista “Washington y Londres.”

En un discurso del 27 de octubre en Al Aqsa, el Jeque Khaled Al-Maghrabi llamó al aniquilamiento de los judíos en todo el mundo, justificándose citando la muy conocida hadith (refranes del Profeta Mahoma) de la piedra y el árbol: “Oh musulmán hay un judío detrás mío, ven y mátalo.” Anteriormente en la mezquita, el 29 de mayo, el Jeque Al-Maghrabi explicó el motivo por el cual los judíos fueron asesinados en el Holocausto. “En Pascua,” dijo, los judíos “amasarían la masa para estos matzos con sangre de niños. Cuando se descubrió esto, los israelitas fueron expulsados a lo largo de Europa . . . Llegó al punto en que fueron incinerados en Alemania.”
Tal antisemitismo es conocido en Al Aqsa. En otro sermón allí, el 28 de noviembre del 2014, el clérigo Omar Abu Sara llamó a los judíos—a quienes dijo “les ha sido atribuido todo rasgo vil”—las “criaturas más malvadas que han caminado en esta Tierra.” Y agregó que “fue a los judíos a quienes Alá convirtió en simios y cerdos.”

Si sermones incendiarios tales como los de Al Aqsa estuvieran siendo dados en cualquier ciudad occidental, las autoridades no los tolerarían. Durante el año pasado en Europa, muchos jeques han sido procesados o expulsados por discursos extremistas similares. En Alemania, un imán de Dinamarca que habló en el 2014 en la mezquita Al Nur, en Berlín, enfrentó cargos criminales después de solicitar el asesinato de judíos, diciendo: “Cuéntenlos y mátenlos hasta el último.” Hace dos meses fue multado con €1,300 (u$s1,420). Las autoridades italianas, españolas y danesas han manejado asuntos similares que involucran sermones de odio.

En Al Aqsa es también muy fuerte el apoyo a grupos yihadistas. El 26 de junio del verano pasado, el clérigo palestino Issam Amira elogió un ataque inspirado por el ISIS en el pequeño poblado francés de Saint-Quentin-Fallavier, al sudeste de Lyon, después de que un radical islámico decapitó a su empleador y luego chocó su vehículo provocando una explosión. “Los musulmanes han dado surgimiento al ISIS, y a los atacantes vehiculares,” dijo el clérigo. “Son valientes.” Además, agregó su deseo de que “Alá pronto recompense a la nación islámica con un segundo califato guiado correctamente.” Entonces- dijo-podría lograrse destruir a “la entidad judía” Israel.

El día que fue asesinado Osama bin Laden, el 2 de mayo del 2011, un predicador le hizo una elegía. En un video de Al Aqsa subido a YouTube, el orador prometió que a pesar de la muerte de bin Laden, la “nación de mil millones de musulmanes dará nacimiento a cientos de millones” de bin Ladens. Luego llegó una amenaza al Presidente Obama: “Tú en persona diste la orden de matar musulmanes… Pronto llegará el día en que te encuentres colgando de la horca.”

Nuestra investigación en Memri indica que el discurso de odio en exhibición en Al Aqsa no es único de esa institución—incitaciones similares pueden encontrarse en mezquitas prominentes e institutos islámicos a lo largo del mundo. Nuestro archivo de videos en memritv.org contiene miles de ejemplos.

Hace un año en Washington, D.C., en la inauguración de la Cumbre sobre Contrarrestar al Extremismo Violento, el Presidente Obama instó a los musulmanes a “repeler” al extremismo en las mezquitas. El miércoles, en Baltimore, tendrá la oportunidad de volver a pronunciar ese mensaje. Reconocer la amenaza islámica, y a los que la apoyan, debe ser parte de cualquier intento realista de contrarrestar al extremismo violento.

 *Stalinsky es el director ejecutivo del Middle East Media Research Institute (Memri).

 

 

Fuente: The Wall Street Journal

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.

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