Las historias de amor más trágicas del mundo del corazón

Rainiero de Mónaco y Grace Kelly, Aristóteles Onassis y María Callas… Triángulos de amor, accidentes trágicos y abortos dramáticos. Éstas han sido las relaciones de algunos de los personajes más importantes.

John Lennon y Yoko Ono se conocieron en una galería de arte en Londres en 1966 y se convirtieron en una se las parejas más emblemáticas de finales de los 60 y 70. Desde entonces, ella, que tenía 33 años, no dejó de perseguir al cantante, que tenía seis años menos que ella. Años después, los poderes de persuasión de Yoko comenzaron a surtir efecto y contrajeron matrimonio. Sin embargo, la fama, la adicción a las drogas y varias peleas llevaron a que Lennon se distanciase durante varios meses de su mujer. Luego volvió y consiguió recuperarla.

Yoko dio a luz a su único hijo y vivieron unos años de felicidad. Hasta el 8 de diciembre de 1980, cuando Lennon era asesinado en Nueva York por el fanático Mark David Chapman.

Elizabeth Taylor y Richard Burton se conocieron durante el rodaje de «Cleopatra», donde ambos tenían un papel protagonista. No les importó estar casados porque durante los sets de rodaje la tensión y atracción entre ellos era palpable. Comenzaron una relación que no duró demasiado tiempo en secreto, a los pocos meses varios medios de comunicación se hacían eco del romance.

Dejaron a sus respectivas parejas y se casaron en 1964. Diez años más tarde se separaron porque entre ellos había problemas con el alcohol que derivaban en innumerables peleas. Sin embargo, un año después aparecían juntos otra vez en varias portadas de revistas del corazón, donde anunciaban nuevamente su matrimonio. Pero la unión volvió a no durar demasiado.

Elizabeth rehizo su vida con el senador Warner, con quien se casó por tercera vez. Hasta que una noche, en uno de los eventos a los que la pareja acudía, Burton irrumpió con una gran cantidad de alcohol en sangre, gritando y afirmando que él era el único hombre en la vida de Elizabeth que sabía satisfacerla. La actriz se disculpó y desapareció diciendo que Burton la necesitaba.

Al poco tiempo, Elizabeth se divorciaba de Warner y volvía con el hombre al que ella más amó en su vida.

Cuando Rainiero de Mónaco conoció a Grace Kelly en el festival de Cannes la siguió hasta Estados Unidos y le regaló un anillo de compromiso. Mientras tanto, los Grimaldi reclamaron un examen ginecológico que confirmara si la famosa actriz de Hollywood podía tener hijos. Una prueba que supuso un mal trago para Kelly, a la que le preocupó mucho que revelase que ya no era virgen. Aunque así fue, el compromiso siguió adelante y la pareja contrajo matrimonio el 18 de abril de 1956. Fruto de esta unión nacieron Carolina de Mónaco, Alberto II de Mónaco y Estefanía de Mónaco.

La maldición de los Grimaldi volvió a aparecer el 13 de septiembre de 1982, cuando la princesa Grace sufrió un terrible accidente de coche. En el automóvil se encontraba su hija Estefanía, que por aquel entonces tenía 17 años. La joven salió ilesa del suceso, sin embargo, su madre, que tenía 53 años, quedó inconsciente y murió al día siguiente por una hemorragia cerebral.

Rainiero de Mónaco nunca superó la muerte de su gran amor y poco a poco fue desapareciendo de la escena pública, viviendo completamente aislado en palacio.

El 6 de abril de 2005, a los 81 años de edad, el príncipe Rainiero era hospitalizado y fallecía horas después.

El julio de 1996, Diana de Gales y Carlos de Inglaterra anunciaban su divorcio después de 15 años de matrimonio. La princesa recibiría 3.000 millones de pesetas de la época y dejaría de ser alteza real. Al verano siguiente, el empresario egipcio Mohamed Al Fayed, y su segunda esposa, Heini Wathén, invitaron a la princesa de Gales y a sus hijos a pasar las vacaciones en su finca de Saint-Tropez. El propietario de los grandes almacenes invitó también a su hijo Dodi, a quien la princesa casi no conocía.

Durante aquellos días de julio de 1997 se fraguó la relación sentimental entre Diana y Dodi. Volvieron en dos ocasiones más para estar juntos en la villa, hasta que realizaron un crucero por el Mediterráneo. En la cubierta del yate de los Al Fayed fue donde se tomaron las famosas fotografías de la princesa Diana abrazada a Dodi Al Fayed. Poco después, al pareja viajaba a París. El 31 de agosto, cuando todavía disfrutaban de la «ciudad del amor», el chofer oficial de la pareja salió antes del Hotel Ritz como señuelo, después de las imágenes de ellos dos en el yate, a Diana y Dodi no dejaban de perseguirles la prensa, eran la pareja más buscada de ese verano. Mr. Paul, guardia de seguridad durante once años, había bebido más de una botella de vino esa noche y fue el encargado de conducir el coche de Diana y Dodi. Durante el trayecto, decidió desafiar a unos paparazzis que perseguían su coche. La carrera les llevó a la muerte.

Ésta es, sin duda, una de las historias de amor más trágicas. El 3 de noviembre de 1959, Maria Callas dejó a su marido Giovanni Meneghini por el magnate naviero griego Aristóteles Onassis, un idilio que la prensa de la época exprimió por todos los medios. El triángulo amoroso entre la soprano, Onassis y Jackie Kennedy se convertiría en toda una tragedia.

Callas y Onassis se conocieron en Venecia, en 1959. El romance comenzó a bordo de un crucero. Callas y Onassis se acostaron en el camarote privado del millonario, sin importarles que una pequeña Tina Onassis les descubriera y que el marido de la cantante padeciera un gran mareo en el camarote. la atracción del uno por el otro acabó con sus respectivos matrimonios. «¿Qué le puede ofrecer un hombre como tú salvo dinero?», preguntó Meneghini a Onassis. El millonario se bajó los pantalones, y, señalando su miembro viril, le dijo: «Esto es lo que puedo ofrecerle a tu mujer». Con el tiempo, Callas descubriría que el millonario no podía ofrecerle mucho más, su relación con él provocó el declive de su carrera.

Con una vida laboral venida a menos, Callas se convirtió en un juguete para Onassis, que la visitó, peinó y embaucó como quiso. En la cama, según reconoció la soprano, Onassis era muy agresivo y fuera de ella la apaleaba sin miramiento. Además, las infidelidades del millonario eran constantes. Callas comenzó a tomar tranquilizantes para poder cantar. Llegó a retirarse durante un tiempo, a su regreso era evidente que su voz había perdido fuerza.

En la primavera de 1966, Callas le comunicó a Onassis que estaba embarazada de dos meses. «Si lo que querías era atarme con ese bastardo, lo llevas claro», dijo él. María abortó al día siguiente y se sometió a una operación «para no volver a disgustar» a su marido. Ya no podría volver a tener hijos. Su relación terminó cuando Onassis dejó a Callas para casarse con Jackie Kennedy, viuda de John F. Kennedy. «Me quería morir», dijo María Callas. El 20 de octubre de 1968 Onassis y Jackie se casaron. María volvía a los tranquilizantes y antidepresivos. Cuando Onassis murió en el 75, a Callas la encontraron muerta en su apartamento parisino de la avenida Georges-Mandel. «Yo soy la viuda», había dicho poco antes de quitarse la vida. «¿Sabes por qué el papel de Norma siempre es el que más me ha gustado?», le preguntó a un amigo antes de morir. Y añadió: «Ella elige morir antes que dañar al hombre que ama, aunque la hubiera despechado».

Fuente: ABC España

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