Quién es quién en la guerra en Siria

RON BEN ISHAY

El “cese de actos hostiles” que debía comenzar ayer en toda Siria no se cumplió como era de esperar. Los ministros de relaciones exteriores de Rusia y EE.UU. anunciaron oficialmente el viernes de la semana pasada en la conferencia de Munich el “cese del fuego parcial”, pero antes de pasar las dos horas del anuncio Sergei Lebrov y John Kerry desde el podio “pusieron en duda” abiertamente la posibilidad real de llevarlo a cabo. Esto debido a que desde el comienzo, según la redacción de la declaración quedaba claro que no trataba de un “cese del fuego” verdadero que todas las partes debían acatar.

Al término de intensas negociaciones, Estados Unidos, Rusia y otros 15 países llegaron a un acuerdo sobre un cese de hostilidades en Siria. Foto: EFE
Fuente: El Comercio.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Por ejemplo, los rusos están exentos del acuerdo. Ellos están autorizados a bombardear “terroristas” – es decir todos los rebeldes contra el gobierno de Assad sin diferenciarlos. Lo que realmente sucede es que como consecuencia del “cese de actos hostiles” es que el gobierno y los rebeldes acuerdan el alto el fuego alrededor de algunas rutas de transporte principales para permitir el paso de caravanas de ayuda humanitaria a ciertas ciudades sitiadas en territorio sirio, ya que sus habitantes bombardeados necesitan desesperadamente agua, alimentos y medicamentos. Pero los bombardeos y la lucha en otras áreas continuarán.

La declaración de Munich fue un “pato diplomático”, uno de los tantos en lo que a Siria se refiere. Otra demostración de cuán enclenque es la conexión entre lo que se dice en declaraciones oficiales de todas las partes y entre lo que sucede en la realidad. Por ejemplo cuando Rusia declaró oficialmente que su intervención militar en Siria es para luchar contra Daesh, esa fue sólo la excusa destinada a darle legitimidad a toda la maniobra rusa destinada a salvar el gobierno de Bashar Assad de la derrota y de esta forma cuidar sus intereses estratégicos, económicos y la imagen de la Madre Rusia en el Medio Oriente.

Y esto, aprovechándose de la decisión oficial del Consejo de Seguridad que exige de la comunidad internacional para destruir el fenómeno de Daesh. La lucha contra Daesh es el subterfugio existente para utilizar por todo aquel que quiera intervenir a favor de una u otra parte en la lucha en Siria. Y verdaderamente, en la realidad los aviones de Putin bombardearon principalmente los grupos armados sunitas locales que amenazan con derrocar a Assad y masacrar a los alauíes. Los rusos atacaron y siguen atacando a Daesh, pero sólo parcialmente.

Militantes de Estado Islámico disparando misiles en Hassakeh, Siria difundida por el grupo EI.

La amenaza Saudita:

Aquellos que apoyan a los rebeldes también usan a Daesh (como excusa). Cuando los rusos inclinaron últimamente la lucha a favor de Siria y los iraníes en el norte de Siria, el ministro de relaciones exteriores saudita declaró repentinamente que la monarquía enviará sus fuerzas especiales para luchar contra Daesh en tierra siria en el marco de la coalición occidental. Los sauditas, probablemente tienen serias intenciones de enviar fuerzas especiales a Siria, pero no tanto para luchar contra Daesh. Ellos quieren ayudar a los grupos rebeldes sirios que gozan de su apoyo y se encuentran necesitados de ayuda en Alepo.

Assad: los rusos le salvaron de la derrota.

En su declaración el ministro de relaciones exteriores saudita pretendió amenazar a Rusia, Siria e Irán: si no levantan el pie del acelerador en Alepo e Idlib, nosotros, los saudíes, enviaremos ayuda a los rebeldes sitiados, nuestros mejores combatientes con misiles contra vuestros aviones y armamento modernos. La mención de Daesh en el anuncio de Arabia Saudita está destinada también a suavizarla de forma tal que no se interprete como un desafío demasiado brusco a Rusia e Irán.

Guerra de Siria y Rusia contra EI

El interés turco

Quien hace uso intensivo y especialmente cínico de este “juego de palabras” diplomático es Turquía. El gobierno islamista sunita de Erdogan tiene varios intereses básicos que trata de promover mientras utiliza cínicamente el caos en Siria e Iraq. Erdogan quiere derrocar el gobierno Alauí-laico de Damasco y poner en su lugar una mayoría sunita, que en su mayor parte es religioso. Si es posible, de paso, desgarrar de la Siria desmembrada una cantidad de territorios que Turquía reclama propios. Turquía ya envió una brigada dentro de Irak para promover intereses parecidos, pero parecería que evitará una invasión a Siria.

El principal interés de Ankara es evitar la creación de un país o autonomía de los kurdos sirios en territorio sirio. Y esto para evitar que se rebelen millones de kurdos con ciudadanía turca, que quieren también autonomía cultural y territorial, tal como tienen los kurdos en Irak y como la que según parece tendrán próximamente los kurdos en Siria. Además los kurdos de Siria (YPG) son considerados con justicia como los que apoyan el grupo terrorista y guerrillero kurdo turco (PKK). Este grupo turco-kurdo, quien probablemente cometió el atentado en Ankara el miércoles pasado, es también el responsable en gran medida de las brillantes victorias de los kurdos sirios contra Daesh, que continúan hasta el presente.

Erdogan enviaría sin titubear su ejército a enclave turco pegado a la frontera turca para combatir a la resistencia que actúa desde allí en su contra y cortar las aspiraciones nacionales kurdas en su nacimiento, pero teme la reacción de Washington y Moscú quienes galantean con fervor a los kurdos sirios. Obama ve en los kurdos sirios una punta de lanza efectiva en la guerra terrestre contra Daesh y por lo tanto les equipa con armamentos y ayuda de todo tipo. Putin ve en los kurdos sirios aliados potenciales en la guerra contra los rebeldes sunitas que amenazan al régimen de Assad. Los kurdos son en realidad musulmanes sunitas, pero a ojos de los islamistas sunitas y principalmente Daesh y Al Qaida ellos son herejes a quienes hay que exterminar.

Presidente de Turquía Erdogan

Erdogan: excelente en juego de palabras 

Turquía tiene interés de crear una “zona segura para refugiados” en territorio sirio, pero pegado a la frontera turca. Erdogan está interesado también que la ONU declare a los cielos sobre la zona segura como “zona de vuelo prohibido”. La razón de esto es que Ankara desea evitar el flujo de refugiados a su territorio, dado que ya más de dos millones de sirios se escaparon a Turquía.

Pero esta no es la única razón. Resulta que en el norte de Siria, pegado al límite con Turquía, vive una minoría de turcomanos cuya lengua es el turco y es turca también por sus orígenes étnicos. Erdogan siente el compromiso de defender a esta minoría que se rebeló a Assad. Actualmente los aviones rusos los atacan desde el aire y el ejército sirio ataca sus poblaciones en tierra. Si se creara una “zona segura para refugiados” en tierra y una “zona de vuelo prohibido” los turcomanos gozarían de inmunidad, evitaría la creación de un enclave autonómico kurdo y el territorio de desgarraría de la soberanía siria bajo el control de Assad. Tres pájaros de un tiro, es decir bajo un solo acuerdo. Pero Ankara no lo dice específicamente, sino alza los ojos al cielo como un inocente y declara tercamente que esa exigencia está destinada sólo para evitar que los refugiados sufran y aliviar el peso económico intolerable que los refugiados le representan.

Turquía también finge estar luchando contra Daesh junto con EE.UU, pero en realidad Ankara mantiene una agenda egoísta que en definitiva fortalece a Daesh. Por ejemplo, hace caso omiso cuando los nuevos reclutados para Daesh pasan por Turquía a los centros islamistas de Siria e Irak. O cuando los comerciantes de petróleo turco y también los del régimen de Assad, compran petróleo en secreto de Daesh – y lo deniegan enérgicamente. Erdogan se enoja con Daesh cuando lleva a cabo atentados en su territorio y desea también complacer a Washington, por lo cual de vez en cuando actúa contra Daesh – no muy resueltamente por cierto – y principalmente declara que lo hace. Mientras tanto, decenas de miles de sirios morirán y millones encontrarán su camino a Europa con el aliento silencioso de Erdogan. Hay quienes dicen tenazmente que Turquía tiene una política dirigida a impulsar a los refugiados musulmanes hacia Europa a través de Grecia, a fin de lograr un cambio demográfico, cultural y religioso en el “viejo continente cristiano”.

Quienes realmente combaten con Daesh son EE.UU. y los miembros de la coalición árabe y occidental. Los miembros de esta coalición reconocieron el peligro a la paz mundial y su estabilidad emergente de la organización Salafista-Jihadista y de la idea del califato mundial que sea consumado por su acción. Por esta razón los aviones de la coalición bombardean los centros de Daesh y las fuerzas especiales de EE.UU. e Inglaterra actúan en tierra en Irak y Siria. Como consecuencia de esta lucha, Daesh perdió muchas de sus capacidades militares y económicas y se redujeron los territorios en su poder, principalmente en Irak pero también en Siria.

Militantes de Daesh

Daesh se detiene 

La presión internacional sobre Daesh da sus frutos también en otros sitios. En Europa se impidieron últimamente varios atentados y en Sinaí el ejército egipcio logró varios éxitos importantes en sus últimos ataques contra la rama de Daesh allí. Fue tal el éxito que el grupo “Aznar Beith Al Kuds”, quien actúa como representante de Daesh, se vió obligado a pedir ayuda a los palestinos de la franja de Gaza en armamentos para su lucha y tratamiento de sus heridos. Los grupos salafistas en la franja de Gaza, la comisión de resistencia popular e incluso Hamas de forma limitada les dieron ayuda. Ellos dan a Daesh en Sinaí raquetas de fabricación propia palestina y reciben de allí heridos egipcios y beduinos y los tratan en sus hospitales. Mundo al revés, este movimiento, que se maneja en los túneles que todavía no fueron destruidos por los egipcios en la zona de Rafah, atestigua que Hamas y Jihad Islamista palestinos no reciben más armas de Irán y deben fiarse solo de su propia producción de los cuales les entregan también a Daesh.

La destrucción en Alepo: los saudíes quieren ayudar a los rebeldes

Según la situación que se presenta actualmente se ve que el ímpetu de éxitos que cosechara Daesh en Asia, Europa y África se detuvo. Una importante fuente política israelí que está bien al tanto de lo que sucede, se aventura a estimar que no está lejos el día en que Daesh y la idea que lo motiva sean derrotados y se transformen de una amenaza global a una molestia global. Por esta razón, la fuente estima que la amenaza estratégica y real se le presenta principalmente al Estado de Israel y sus habitantes es por el eje shiita-radical bajo la conducción de Irán y no por los Salafistas-Jihadistas sunitas (Daesh y Al Qaida).

Pasividad norteamericana

Como resultado de esta evaluación, los encargados de la evaluación en Israel y también los países árabes pro-occidentales están preocupados por la manera que se conduce y actúa la administración Obama en el Medio Oriente en general y en Siria en particular. Esta conducta de Washington en nuestra zona se caracteriza por una falta de estrategia total y principalmente pasividad. Como consecuencia, la administración Obama no está decidida a definir nuevamente los intereses de EE.UU. en Medio Oriente y no está dispuesta a actuar determinadamente para conseguirlos – siendo así es forzado y arrastrado detrás de los más débiles aunque mucho menos dubitativos que los EE.UU. – como Rusia.

Aviones de ataque rusos: éxito tras éxito

El mentiroso acuerdo “cese de actos hostiles” declarado por Lebrov en Munich hace una semana y que debía entrar en vigor ayer es un ejemplo. EE.UU., que no tenía un plan propio, renunció y acordó que Rusia siga bombardeando a los rebeldes sitiados en Alepo durante el cese del fuego. Pero EE.UU. no solo fue arrastrado por la súper potencia que es Rusia sino también detrás de Arabia Saudita y principalmente detrás de Irán. La conducta norteamericana en Irak aclara que ellos apuestan por la minoría shiíta en el mundo musulmán dirigido por Irán y no por la mayoría sunita. Siendo así, la administración norteamericana que no quiere escoger una parte en el conflicto y apoyarlo, o que no es capaz de hacerlo, falló en todo lo que hizo en Siria.

Obama anunció hace ya años, ciertamente, que Assad, quien masacra a su propio pueblo, no es un gobernante legítimo y que estará al frente de la coalición que luchará contra el presidente Assad y sus partidarios hasta que caiga, pero Washington demuestra una vacilación preocupante. Por un lado teme que si Assad es derrocado, Daesh y Al Qaida se hagan del poder. Por el otro, si Assad no es derrocado y sigue la lucha, cientos de miles de sirios morirán y millones de refugiados inundarán Europa. Esto es una elección entre dos malas opciones idénticas, pero una súper potencia mundial debe escoger.

La opción razonable desde el punto de vista occidental es que EE.UU. cree una coalición en cuyo marco actúen todos aquellos que apoyan directa o indirectamente a la oposición en Siria incluyendo a Arabia Saudita y los países del golfo, Turquía, Jordania, Líbano e incluso Israel. Esta coalición coordinará sus actividades, actuará resueltamente y por ejemplo otorgará misiles contra aviones a los rebeldes. Actualmente EE.UU. e Inglaterra evitan entregar misiles como estos a los rebeldes por el temor que los mismos caigan en manos de Daesh y le sirvan para actos de terror, pero ya hace tiempo que Daesh tiene estos misiles que saqueara de Libia o comprara en China y la ex Yugoslavia. La administración norteamericana trato en vano de diferenciar a los rebeldes como “buenos” y “malos” y finalmente dio ayuda a grupos débiles que finalmente fueron obligados en entregar la ayuda a Daesh o Gabat Al Nusra.

Kerry y Lebrov: la posibilidad de realización del acuerdo, casi nula 

Sin conducción norteamericana coherente, que una e incluya a todos los oponentes a la hegemonía shiita-iraní y la continuación del régimen de Assad en Siria, cada uno de los representantes pro-occidentales que apoyan a los rebeldes actúa de forma independiente y no efectiva. Por el contrario, del lado que apoya al régimen los rusos se preocupan de organizar disciplina y acción estratégica determinada y coordinada, de acuerdo a los resultados en el terreno. El ejército sirio y sus “apoyos de combate” logran éxitos en distintas zonas y lograron sitiar Alepo, la segunda ciudad de importancia en Siria.

El eje sirio-iraní-ruso cree que su estrategia triunfa y que aún no logró todo lo que puede conseguir en el campo de batalla. Los rusos creen que si expulsarán a los rebeldes de tres-cuatro zonas y ciudades clave en el norte, podrán imponer a los rebeldes sirios aceptar las condiciones para rendirse que se redactarían en la mesa de negociaciones. Ellos estiman que EE.UU. no promoverá nada y seguirá siendo arrastrada por ellos. No obstante, los rebeldes sirios y sus aliados no se rinden y por lo tanto la lucha en siria está lejos de definirse y por supuesto que no se encuentra cerca del fin. Al menos no dentro de poco.

Extracto de la nota de Ron Ben Ishay, comentarista de asuntos militares de Ynet. Publicado el 20.02.16.

Traducción: Mario Ben Hirsch – Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico

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Silvia Schnessel: Silvia Schnessel es corresponsal de Enlace Judío en España. Docente y traductora, maneja el español, el hebreo, el francés, el inglés y el catalán. Es amante del periodismo, del sionismo y de Israel.