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jueves 21 de noviembre de 2024

Peyton, el maestro del “ajedrez”

En más de una ocasión he escuchado que el fútbol americano podría ser equiparable al ajedrez, muchos me han dicho que en el deporte de las tacleadas los entrenadores tienen que convertirse en ajedrecistas y  que con la estrategia correcta ganarán los partidos. Si alguien me llegase a pedir mi opinión acerca de esas creencias, francamente contestaría que a esas ideas las considero unas infames falacias. No me lo tomen a mal pero es la verdad, el futbol americano y el ajedrez no son ni remotamente parecidos, por más que leo, veo partidos y busco similitudes, jamás he encontrado alguna… bueno, posiblemente habría un caso en el cual me sería prácticamente imposible refutar el hecho de que pudiera haber ciertas similitudes. Lo curioso de esta situación es que el único caso que hace ver mal mi propuesta, es la historia y la carrera del jugador que más he disfrutado ver, la historia de Peyton Williams Manning.

Peyton Manning1

ISAAC SHAMAH

Para comenzar a contarles la leyenda de Peyton, me tengo que remontar a principios de los 90’s, donde él se encontraba jugando en la preparatoria Isidore Newman de Nueva Orleans, curiosamente él y sus hermanos fueron a esta escuela que fue fundada por un filántropo judío, en ella se aceptan niños de todas las religiones y hasta la fecha se enseñan las bases del amor por el prójimo que se mencionan en el judaísmo; desde el principio Manning fue el Mariscal de campo titular y en sus tres años de estancia logró meter al mapa a una escuela que no era muy conocida por tener grandes equipos de fútbol americano, además de quedarse con prácticamente todos los records como el mariscal de la Isidore Newman.

Al terminar la preparatoria, Peyton sorprendió a muchos al elegir la Universidad de Tennessee como su nuevo destino, para esos momentos a Peyton se le conocía más por ser el hijo de Archie, ex quarterback de los Santos de Nueva Orleans, que por ser él mismo, así que la decisión de que Peyton no acudiera a la Universidad de Misisipi, donde estudió su padre, asombró a varias personas que rodeaban a la familia Manning.

Su periodo colegial inició con algo de fortuna, ya que en un inicio Peyton no estaba destinado a ser el mariscal titular de los Voluntarios de Tennessee, pero gracias a que los que formaban el primer y segundo equipo salieron lesionados, Manning tuvo la oportunidad de ser el titular.

Con los Voluntarios, Manning tuvo una gran estadía en la cual ganó campeonatos y se quedó con varios records pero lo que más impactaba era el tipo de juego que ejercía en ese nivel, ese manejo de partidos lo iba metiendo poco a poco a la NFL.

Al terminar su carrera en Tennessee, Peyton era uno de los favoritos para ser escogido con la primera selección global de la NFL, para no hacérselas cansada les cuento que a pesar de que en la misma generación de Peyton habían jugadores como Charles Woodson y Randy Moss, sin embargo la realidad era que básicamente habían dos quarterbacks que podían ser el pick número uno, estos eran Ryan Leaf y el mismo Peyton Manning.

Echándonos un poco atrás en el tiempo, podíamos ver que Leaf era un tipo  más atlético que Manning y de hecho muchos analistas lo consideraban un mejor prospecto, pero Manning tenía un juego muy pulido para su edad, en verdad la decisión que enfrentaban los Potros de Indianápolis, quienes en ese momento sostenían la primera elección, era bastante difícil, sobre todo considerando que si elegían mal pondrían a su franquicia en riesgo.

Para los que no conozcan mucho cómo funciona el proceso de selección para un jugador colegial que desea ingresar a la NFL, les cuento que la liga les hace pruebas físicas y a los jugadores que están proyectados como los mejores los equipos les pueden hacer entrevistas y hasta pruebas individuales; si me preguntan a mí yo creo que fue en esto en donde Peyton se diferenció de Ryan; en las pláticas que tuvo con los Colts, Peyton llevó preguntas para el equipo, les dijo cuál era su plan para levantar a la franquicia y con toda la seguridad del mundo expresó “ No hay problema si no me toman con la primer selección general, de verdad no va a haber ningún rencor pero eso sí, no me culpen a mí por ganarles por los siguientes 10 o 15 años”.

Después del proceso los Potros decidieron tomar a Peyton Manning con la primera selección, la elección de los Potros fue la correcta, mientras la carrera de Manning fue un éxito, a Leaf se le considera uno de los más grandes fiascos de la historia.

Al entrar a la liga, Manning decidió utilizar el número 18 en honor a su hermano Cooper, quien no pudo llegar a la NFL debido a una enfermedad que le hizo abandonar el fútbol americano en la universidad.

En sus primeras temporadas, Peyton se adaptaba con los Colts, la adaptación no fue fácil por varias razones, la más importante quizá era que Manning quería revolucionar el juego, quería cambiar las jugadas en la línea y volver a los tiempos donde el quarterback era el jugador estratégico. El cambio que buscó “El hijo de Archie” lo hizo convertirse en leyenda y poco a poco ya nadie lo conocía por ser el hijo de un Quarterback, sino por ser Peyton Manning.

El 6 de octubre de 2003, Peyton Manning se encontraba en su sexta temporada en la NFL, para este momento la gente ya sabía que Peyton implementaba un juego estratégico y cerebral, a pesar de no haber tenido aún éxito en la postemporada, los rivales sabían que enfrentaban a un jugador peligroso, pero ese día se dieron cuenta de lo que Manning era capaz. Ese lunes por la noche los Potros se enfrentaban a los Bucaneros de Tampa Bay; los Bucaneros ganaban 35 a 14, al partido le restaban menos de 4 minutos por disputarse y entonces vino Manning con sus cambios en la línea, sus pases precisos y su juego cerebral que confundió a una defensiva que había sido campeona poco tiempo antes. Manning logró darle la vuelta al partido y en tiempo extra ganaron los Potros 38 a 35. Después del juego se supo que Peyton estaba destinado a ser leyenda.

Las historias siguen y siguen, los logros, anillos, anotaciones y pases completos se quedaran en los libros y recuerdos de muchos, pero para mí hay situaciones que nunca se mostrarán en papel, una de ellas es uno de sus tantos partidos contra Nueva Inglaterra, para ser exactos el del 15 de noviembre del 2009, en donde los Patriotas iban ganando en el cuarto periodo, Tom Brady tenía la posesión del balón y no pudo convertir en tercera oportunidad en su propio terreno, era momento de despejar y darle a Manning una última oportunidad de ganar el partido, sabiendo esto Bill Belichick decide intentar evitar esto ya que consideraba que Manning anotaría desde cualquier parte del campo, así que uno de los mejores entrenadores de la historia decide rifársela. ¡Se la juega en cuarta y dos, en su propio terreno! La puesta no pagó dividendos, Manning tuvo la posesión y ganó el partido, pero esta fue una muestra del miedo que este hombre podía causar en sus adversarios.

Otra muestra de las decisiones que tuvieron que hacer sus adversarios para intentar ganarle a Peyton, fue en el Super Bowl XLIV, en donde los Potros le ganaban 10 a 0 a los Santos al medio tiempo, para la segunda mitad el entrenador de los Santos decidió patear corto intentando recuperar el ovoide para que Manning no tuviera otra posesión y los pudiera liquidar, en esta ocasión la apuesta salió, el factor anímico cambió y los Santos ganaron su primer campeonato, pero este tipo de “locuras” eran hechas para combatir a Peyton.

Después de su segunda aparición en el Superbowl, Peyton tuvo una buena temporada que no culminó con el éxito esperado en la postemporada y al siguiente año vino la famosa lesión de los nervios del cuello, Peyton no pudo jugar ni un partido en 2011, tuvo cuatro operaciones en el cuello y su paso por Indianápolis acabó.

Al siguiente año los Potros lo cortaron, pensando en el futuro del equipo y tomando a Andrew Luck  con la primera selección del Draft como su reemplazo. Al ser agente libre por primera vez en su carrera, Manning escogió jugar para los Broncos.

Al perder algo de fuerza en el brazo y sensibilidad en los dedos, Peyton adaptó su juego y lo hizo mucho más mental, en su etapa en Denver ganó su quinto MVP, rompió varios records, inmortalizó la palabra Omaha, fue suplente por primera vez en su carrera, retomó el puesto de titular y se despidió ganando su segundo “Lombardi”.

En Denver rompió los records de más pases de touchdowns y más yardas en una temporada, en ese año comandó a una de las mejores ofensivas de todos los tiempos y lo hizo lanzando pases muy precisos y efectivos que posiblemente no parecían los envíos más éticos.

Al retirarse, el mismo Manning aceptó que no es ni por mucho el más atlético, que hay varios que son más fuertes y veloces que él, pero que nadie se preparaba más que él.

Para mí, Peyton es el jugador más inteligente que ha tenido la NFL, en especial tomando en cuenta que hay varios atributos físicos en donde no sería el mejor ni por mucho, así que por mí llámenlo ajedrecista, cirujano, robot o artista, pero este quarterback amó el juego con su dedicación y trabajo, y lo revolucionó con su atributo más especial, su mente.

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