GUY MILLIÈRE
La administración Obama no sólo no condena explícitamente los asesinatos de israelíes y estadounidenses por terroristas palestinos, sino que el presidente estadounidense prepararía actos hostiles a Israel para el final de su mandato.
AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Hubo un tiempo en que los líderes estadounidenses se esforzaban en hacer pruebas de amistad hacia Israel. Eso no ocurría necesariamente sin problemas ni hipocresía. George Bush padre tenía, en su entorno, anti-israelíes convencidos, y Bill Clinton está muy lejos de haber sido un amigo franco de Israel: los verdaderos amigos no dejan a un pueblo amigo en una oleada de atentados atroces sin tomar posición. Pero al menos se guardaban las apariencias de amistad.
Con Obama, las apariencias están llenas de fisuras y quienes quisieran ver gestos de amistad entre Obama e Israel tendrían que barrer muchos elementos voluminosos y sangrientos debajo de la alfombra. He enumerado estos elementos en artículos recientes y siempre disponibles, destacando, que más allá de algunas apariencias, Obama está en guerra contra Israel desde enero de 2009.
Estando en los últimos meses de su presidencia, el presidente de Estados Unidos [pretende aumentar las grietas y crear, si puede, lo irreversible; en particular, absteniéndose de hacer uso del derecho de veto americano en el consejo de seguridad de las naciones unidas cuando se presente un texto el próximo otoño, reconociendo un estado palestino en las líneas de armisticio de 1949, con “Jerusalem Este” de capital, y condenar a Israel por “ocupación ilegal” de los territorios del estado palestino.
Obama quería reunirse con Binyamin Netanyahu en Estados Unidos cuando se encuentre allí los próximos días, para hacer presión sobre él y tratar de presentarlo como un “enemigo de la paz”. Binyamin Netanyahu ha esquivado, y no verá a Obama.
De repente, Obama ha enviado a su vicepresidente Joe Biden en Oriente Próximo para que ejerza las presiones necesarias en su nombre. Eso es lo que ha hecho Biden.
A efectos de dejar al gobierno israelí en mal lugar, tenía la misión de hacer aprobar por Mahmoud Abbas una propuesta que éste no podía rechazar: le ha ofrecido el establecimiento de un estado palestino en las líneas del armisticio de 1949, con “Jerusalem Este” por capital. Joe Biden debía prometer, por supuesto, la condena de Israel por “ocupación ilegal” que iba de la mano con la propuesta. Joe Biden no pidió a Mahmoud Abbas más que una contrapartida: la renuncia al “Derecho al retorno”.
Pero Abbas rechazó la oferta de Washington, lo cual es lógico: los dirigentes “palestinos” nunca han deseado un estado al lado de Israel, lo que quieren, es la destrucción de Israel.
Obama y Biden estaban al corriente de las exigencias de los dirigentes “palestinos”, Ellos también querían únicamente que Mahmoud Abbas fingiera. Pero el interesado no ha visto el interés de fingir.
Joe Biden ha sido ridiculizado y ha tenido que asumir el desaire.
Pero esto no es lo peor: Joe Biden vino a Oriente Próximo en plena campaña de asesinatos de judíos israelíes mantenida por el propio Mahmoud Abbas. De momento, ni Obama ni Joe Biden han condenado, explícitamente y sin ambigüedades, esta campaña de asesinatos. Mucho menos han condenado a Mahmoud Abbas, poniéndolo al frente de sus responsabilidades.
Joe Biden estaba en Israel en el momento en que se cometieron varios asesinatos, cuando, además de judíos israelíes, un estadounidense, Taylor Force, fue asesinado por terroristas alentados por Mahmoud Abbas. Fatah y Mahmoud Abbas, en efecto, celebraron el asesinato, como hacen con todos los asesinatos de judíos cometidos desde septiembre por asesinos “palestinos”.
Joe Biden ni siquiera ha condenado los asesinatos cometidos durante su estancia en Israel. Se ha dedicado a su misión hostil en lugar de condenar a Mahmoud Abbas, el principal instigador de asesinos. Biden se reunió con él, le dio la mano y le sonrió.
Ni siquiera ha mencionado el hecho de que Mahmoud Abbas acababa de celebrar el asesinato de un americano. De este modo se convierte en cómplice de los asesinatos, según el principio de que quien no dice nada consiente.
Barack Obama y Joe Biden no son los únicos que se comportan de esta manera. El mundo occidental en su totalidad no cesa de exonerar a Mahmoud Abbas por su apoyo a los asesinos, y financiar su Autoridad Palestina. El mundo occidental es el cómplice-financiero del asesinato de decenas de personas inocentes en Israel.
Viendo a Joe Biden y Mahmoud Abbas de costa a costa, sonrientes, no pude evitar sentir una absoluta repulsa, y decirme que he visto a dos individuos obscenos, cómplices de asesinatos. Uno bendice y eleva al rango de héroe a los asesinos de judíos israelíes y estadounidenses (Taylor Force es el segundo estadounidense muerto desde el comienzo de la tercera intifada). El otro, como representante de los Estados Unidos, ratifica sin decir palabra dichos asesinatos.
Abbas: “Nunca dejaré que los judíos manchen nuestros lugares santos con sus asquerosos pies”, “Cada gota de sangre derramada en Jerusalem (por los asesinos) es sangre pura”.
Biden: “¿Nos hará rodar una?”
Fuente: Noticias de Metula Agency © – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico
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