Primeros y breves apuntes sobre atentados en Bélgica

MAURICIO MESCHOULAM

Atacar una capital europea como Bruselas –la cual es además el corazón de la Unión Europea- adquiere de manera natural una atracción especial por parte de medios y redes sociales.

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A reserva de escribir un texto más completo para mi columna del sábado cuando conozcamos más información al respecto, y debido a que estos atentados me encuentran fuera de funciones en la Semana Santa, ofrezco acá unos primeros apuntes sobre los ataques terroristas de Bélgica ocurridos en este triste día:

1. Como ya lo he explicado en este blog, la eficacia de un atentado terrorista no radica en la magnitud del daño físico o en el número de las siempre lamentables muertes que ocasiona, sino en su impacto mediático y en su capacidad de producir efectos psicológicos en terceros.
2. Es ese el sentido en el que estos atentados serán conocidos como algunos de los más dañinos de los últimos tiempos. Desafortunadamente hay decenas de ataques terroristas en muchos otros países casi cada semana. Se estima que el 80% de atentados terroristas se cometen únicamente en cinco países: Irak, Afganistán, Pakistán, Nigeria y Siria. Sin embargo, atacar una capital europea como Bruselas – la cual es además el corazón de la Unión Europea– adquiere de manera natural una atracción especial por parte de medios y redes sociales.
3. Es ello lo que consigue de manera automática e inmediata la retransmisión y reproducción masiva de los hechos violentos, a través de lo cual el ataque, o más precisamente, la narrativa del ataque llega a millones de personas de manera simultánea. Eso es justo lo que propaga el terror, el sentido de desesperanza, la sensación de vulnerabilidad: cualquiera de las personas de la audiencia se siente víctima potencial.
4. Por consiguiente, si a lo largo de los últimos meses las autoridades belgas han sido eficaces en detener cientos de atentados, y han sido capaces de desactivar decenas de células que operan en su país, en los momentos actuales, para la psique colectiva eso parece no ser relevante. Basta que un par de atentados haya tenido el éxito que hoy vemos, para que las personas u organización responsables del ataque hubiesen asestado el golpe psicológico, político y simbólico que necesitaban para proyectar su poder de dañar.
5. En efecto, a lo largo de los últimos meses, en Bélgica las redadas en contra de jihadistas no han parado. Tras darse a conocer que los autores de los ataques de París en noviembre, utilizaron el territorio belga para planear y operar los ataques, las autoridades belgas se colocaron en alerta roja. Durante varios días, incluso, Bruselas estuvo completamente detenida en todas sus actividades. Los arrestos de jihadistas se incrementaron, muchas células fueron desactivadas. El último de los arrestos fue hace solo 4 días. Uno de los atacantes y potenciales orquestadores de los atentados de París fue detenido. De hecho, ha surgido la hipótesis de que los ataques actuales son una respuesta a esa detención. La realidad es que, aunque narrativamente se desee conectar esa detención con los atentados de hoy, los intentos de cometer ataques terroristas en Bélgica son cosa de todos los días.
6. Esto no es casual. El jihadismo se ha alojado en ese país desde hace muchos años. Bélgica tiene un alto porcentaje de población musulmana (6%). Como sucede en gran cantidad de países europeos, una parte de esa población se autopercibe excluida, sin posibilidades de integrarse o tener acceso a las mismas oportunidades que los demás ciudadanos de su país huésped. De acuerdo con el índice Global de Terrorismo (2015), la actividad terrorista en países de la OCDE se correlaciona con indicadores socioeconómicos como la marginación y la pobreza entre estos sectores de la sociedad.  Ese es el caldo de cultivo ideal para que los reclutadores de organizaciones jihadistas encuentren eco en su discurso de adoctrinamiento. Desde hace años existe un número importante de células y grupos jihadistas operando en ese país. Uno de estos grupos, quizás el más conocido, se llama Sharia4Islam.
7. La mayor parte de estos jihadistas, en el pasado, mantenía lazos de afiliación con Al Qaeda. A medida que esa red perdió poder de atracción, y fue sustituida por ISIS como el líder de la jihad, esos grupos se fueron afiliando a esta última.
8. Así, desde hace un tiempo se sabe que Bélgica es per cápita, el país occidental de donde más combatientes ha ido a parar a las filas de ISIS en Siria e Irak. Un gran porcentaje de esos combatientes ha regresado a ese país y se ha mantenido planeando ataques desde entonces.
9. Por otro lado, hay que añadir que ISIS en su corazón de operaciones –Siria e Irak- ha estado sufriendo gran cantidad de derrotas. Se calcula que el grupo ha perdido alrededor del 40% de territorio que controlaba en Irak y un alto porcentaje del territorio que controla en Siria. Sin embargo, ello no reduce la actividad terrorista de esta organización; al revés, la incrementa puesto que resulta una estrategia enormemente eficaz para “devolver los golpes” y así, proyectarse como omnipresente y omnipotente.
10. Aún así, como en este blog hemos explicado, una mínima cantidad de ataques terroristas son directamente planeados y operados desde la matriz en Siria e Irak. La gran mayoría de atentados en países occidentales (80%) es perpetrada por actores o lobos solitarios o células muy pequeñas de personas. Algunas veces, sin embargo, como sucedió en París en noviembre, la planeación y el grado de coordinación entre las células locales y la matriz en Siria/Irak es elevada. Tratándose de Bélgica, es altamente probable que los perpetradores hayan ido a combatir a las filas de ISIS y hayan recibido entrenamiento por parte de esta organización.
11. No obstante, para entender la naturaleza de estos últimos atentados, necesitaremos obtener más datos acerca de la complejidad de los explosivos empleados, y el grado de planeación y coordinación que pudo haber habido entre distintos atacantes.

Como dije, escribiré más al respecto en cuanto tenga más información

Twitter: @maurimm

Fuente:eluniversal.com.mx