MOSHE KANTOR
La extrema derecha está creciendo y el antisemitismo está de regreso en Europa.
Charles Dickens escribió célebremente que “las mejores de las épocas, fueron las peores de las épocas.” La semana pasada hemos visto los resultados preocupantes de la investigación de las opiniones musulmanas conducida por ICM/Channel 4, junto con Sir Trevor Philips. Estamos siendo testigos diariamente de la exposición del antisemitismo corroyendo al Partido Laborista inglés. Estamos todavía digiriendo las victorias recientes de la extrema derecha a través de Europa.
Para muchos judíos y creyentes en los valores liberales occidentales que viven hoy en Inglaterra y a lo largo de Europa, la oración de inicio de Una Historia de Dos Ciudades parece más apta que nunca.
Por lo tanto tenemos que plantearnos algunas preguntas difíciles. ¿Qué, si es que algo, conecta las diferentes caras de la intolerancia que estamos viendo en Europa hoy y qué podemos hacer con respecto a eso?
Vivir en el mundo desarrollado en el siglo XXI es una época dorada para la civilización. Tenemos más derechos y libertades que nunca antes; la tecnología ha mejorado casi todo aspecto de nuestras vidas y nuestras condiciones de vida están en su punto histórico más alto. Además, los judíos y otras minorías que vivimos en ciudades a lo largo del Reino Unido y Europa nunca antes han tenido las libertades religiosas, oportunidades empresariales e igualdad política que disfrutamos hoy.
Y sin embargo…
Y sin embargo, hay una enfermedad pudriendo el tejido mismo de nuestra sociedad. Esta enfermedad tiene muchas formas – puede llegar de los neo-nazis de la extrema derecha, la inteligencia liberal izquierdista o de fundamentalistas islámicos. A veces es obvia y descarada. Otras veces es callada y sutil. Los síntomas son la intolerancia, el prejuicio y el odio. Más a menudo, como ha mostrado el sondeo del ICM/Channel 4, el odio es dirigido a los judíos. Pero, como también muestra la misma investigación y otras, todos los miembros de la sociedad que creemos en la libertad, la tolerancia y los valores liberales occidentales estamos en riesgo de un desafío existencial a nuestra forma de vida.
Hoy estamos viviendo en un mundo donde, según ICM/Channel 4, la mitad de los musulmanes sondeados quiere proscripta a la homosexualidad. Donde un tercio de los musulmanes ingleses creen que “los judíos tienen demasiado poder en el Reino Unido” y un cuarto cree que los judíos son responsables por las guerras actuales del mundo.
Estamos viviendo en un mundo en que una concejal laborista, Aysegul Gurbuz, en este país, puede llamar públicamente a Adolf Hitler “el hombre más grande en la historia” y ha dicho que esperaba que Irán utilice un arma nuclear para “eliminar a Israel del mapa”. Ella puede incluso ser electa, como lo fue el año pasado, a pesar de haber enviado tuits antisemitas en el año 2013. Y su caso está lejos de ser aislado o único en el moderno Partido Laborista, o a través de partidos de Izquierda que están operando en el Parlamento Europeo y otras democracias europeas.
Estamos viviendo en un mundo donde partidos de extrema derecha como Jobbik en Hungría, Amanecer Dorado en Grecia y el Frente Nacional de Marie Le Pen en Francia están ganando popularidad. El NDP de Alemania ganó un escaño en el Parlamento Europeo y el AfD de derecha del país tuvo victorias sustanciales el mes pasado en las elecciones regionales de Alemania. Parece que todos tenemos memorias muy cortas.
Mientras la extrema derecha, extrema izquierda e islámicos están unidos sólo por su desdén y odio a los judíos, hay soluciones que se aplican a cada grupo demográfico. Hablando generalmente, hay dos de ellas en verdad: educación, y legislación.
Tenemos que regresar a lo básico y asegurar que a todos nuestros hijos les sea enseñado en guarderías, escuelas, instituciones religiosas y universidades la importancia de la tolerancia y el respeto por otras comunidades. Ningún niño debe crecer siendo expuesto sólo a las opiniones estrechas de sus padres. Tenemos que terminar nuestra obsesión destructiva con la corrección política y romper las barreras en las comunidades cerradas. Esto se aplica al fundamentalista islámico de Pakistán que vive en Tower Hamlets, al llamado socialista liberal que vive en Islington y al simpatizante neo-nazi en Colonia.
También está claro que nuestros marcos legislativos actuales a lo largo de Europa no son apropiados totalmente para el propósito de abordar las amenazas a nuestra civilización que hoy enfrentamos. Tenemos que respetar y proteger la libertad de expresión, pero no a costa del sentido común. En la actualidad es simplemente demasiado fácil incitar a la violencia, reclutar yihadistas, aterrorizar a estudiantes judíos en el campus y difundir mentiras racistas online. No se debe permitir actuar con impunidad a los predicadores del odio. Sí, debemos debatirlos en público y desafiar su ignorancia con ideas, pero también necesitamos el peso total de la ley.
Los desafíos que enfrentamos son muchos, pero no son irremontables. Debemos alentar a nuestros líderes a actuar, a tomar las medidas necesarias para romper las barreras de la intolerancia a través de educación y a fortalecer nuestro sistema legal a fin de salvaguardar nuestra forma de vida.
Moshe Kantor es Presidente del Congreso Judío Europeo y del Consejo Europeo Sobre Tolerancia y Reconciliación.
Fuente: The Telegraph
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México
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