JAMES WOOLSEY Y PETER VINCENT PRY
Obama y los ‘expertos’ miden erróneamente las intenciones nucleares de Corea del Norte.
El 9 de marzo, el dictador norcoreano Kim Jong Un, un psicópata paranoico, exhibió una ojiva de misil nuclear que amenaza con lanzar contra Estados Unidos y sus aliados.
El público está siendo engañado por la Casa Blanca, algunos llamados “expertos” y los medios de comunicación tradicionales tienen dudas sobre si la amenaza del “Gran Líder” es real. Ellos afirman que Corea del Norte no ha demostrado suficiente “miniaturización” de un arma nuclear para ser enviada por un misil.
Sin embargo, los funcionarios de las Comunidades de Defensa e Inteligencia advierten que Corea del Norte probablemente ya tiene misiles armados nuclearmente. El informe del 2016 del Departamento de Defensa “Acontecimientos Militares y de Seguridad que Involucran a la República Popular Democrática de Corea del Norte” advierte que, además de misiles de mediano alcance, ellos tienen seis misiles balísticos intercontinentales (ICBMs) móviles armados nuclearmente KN-08 que pueden atacar Estados Unidos.
Hace poco el Pentágono advirtió que Corea del Norte lanzó un nuevo ICBM de alcance más largo, el KN-14, que probablemente puede enviar una ojiva nuclear a Chicago.
Así que la noción de que no tenemos que preocuparnos acerca de los misiles nucleares norcoreanos porque ellos no pueden “miniaturizar” ojivas es un mito. El Alm. William Gortney, Comandante del Comando de Defensa Aeroespacial Norteamericano (NORAD) dice que es correcto suponer que este el caso y hay que prepararse para defenderse contra la amenaza, como ya lo dijo en octubre pasado.
Tecnológicamente, “miniaturizar” una ojiva nuclear es mucho más fácil que desarrollar una bomba atómica o un misil de múltiples etapas para satélites en órbita — como ya ha hecho Corea del Norte. Desde que la URSS puso en órbita el Sputnik en 1957, los analistas han dado correctamente crédito a cualquier nación que ha probado armas nucleares y puesto satélites en órbita con la capacidad para hacer una ojiva de misil nuclear.
La miniaturización no fue ningún gran obstáculo para Estados Unidos.
Según el “Archivo de Armas Nucleares” apenas algunos años después de destruir Hiroshima con una bomba atómica que pesaba 9,700 libras, el Ejército de Estados Unidos tuvo la T-1, una mina terrestre atómica transportada por hombres que pesaba 150 libras.
En 1958, Estados Unidos desarrolló su primera ojiva para ICBM, la W49 para el Atlas, en aproximadamente un año. El desarrollo pudo haber sido más rápido sin la Fuerza Aérea de Estados Unidos estancando porque prefería bombarderos, según el libro “Desarrollando el ICBM” de Edmund Beard.
Un problema principal con la miniaturización de ojivas fueron los voluminosos y pesados tubos electrónicos de vacío de la década de 1950. La microelectrónica fue en parte consecuencia de los programas para miniaturizar armas nucleares.
Una ojiva de misil nuclear también necesita amortiguadores para suavizar las fuerzas de aceleración durante el lanzamiento y desaceleración cuando reingresa a la atmósfera. También es necesario un escudo térmico para penetrar la atmósfera, a fin de volar una ciudad — estos son tecnológicamente simples y están dentro de la capacidad de Corea del Norte.
De hecho, en el año 2013, una foto publicitaria por parte de los medios estatales del interior del satélite KSM-3 de Corea del Norte muestra una caja amortiguadora, supuestamente para una cámara de observación terrestre pero adaptable para un arma nuclear pequeña. Corea del Norte hace poco condujo otra prueba ilegal de misiles demostrando un vehículo de reingreso y un escudo térmico.
El presidente y la prensa están perdiendo, o ignorando, la mayor amenaza de Corea del Norte: sus satélites. El 7 de febrero, Corea del Norte puso en órbita un segundo satélite, el KSM-4, para unirse a su satélite KSM-3 lanzado en diciembre del 2012.
Ambos satélites están ahora en órbitas del polo sur, evadiendo muchos radares de defensa de misiles estadounidenses y volando sobre Estados Unidos desde el sur, donde nuestras defensas son limitadas. Ambos satélites — de estar armados nuclearmente — podrían hacer un ataque de pulso electromagnético (EMP) que podría ocasionar un apagón de la red eléctrica estadounidense durante meses o años, matando así a millones.
Tecnológicamente, tal ataque de EMP es fácil — ya que el arma detona a alta altitud, en el espacio, no es necesario ningún amortiguador de ondas, escudo térmico, o vehículo para reingreso atmosférico. Ya que el radio del EMP es enorme, miles de kilómetros, la precisión importa poco. Casi cualquier arma nuclear lo hará.
Además, Corea del Norte probablemente tenga armas nucleares diseñadas especialmente, no para hacer una gran explosión, sino para emitir grandes cantidades de rayos gamma para generar EMP de alta frecuencia. Importantes generales rusos advirtieron a los comisarios de EMP en el 2014 que su diseño de ojiva nuclear de EMP se filtró “por accidente” a Corea del Norte, y científicos rusos desempleados encontraron trabajo en el programa de armas nucleares de Corea del Norte.
El informe del 2004 de la Comisión de EMP advierte: “Ciertos tipos de armas nucleares relativamente de bajo rendimiento pueden ser empleadas para generar efectos de EMP potencialmente catastróficos sobre amplias zonas geográficas, y diseños para variantes de tales armas pueden haber sido traficados en forma ilícita durante un cuarto de siglo.”
Tal ojiva nuclear de EMP podría semejar una Ojiva de Radiación Reforzada (ERW, también llamada bomba de neutrones), una tecnología que se remonta a la década de 1950, desplegada por E.E.U.U. en la década de 1980 como el proyectil de artillería ERW W48, pesando menos de 100 libras.
¿Las ojivas de EMP están en esos satélites norcoreanos?
El enfoque inmediato debe estar en la aprobación por parte del Senado de la Ley de Protección de Infraestructura Crucial para proteger la red eléctrica de Estados Unidos — no en el mito del problema de la miniaturización.
–R. James Woolsey fue director de la CIA y es presidente de la Fundación para la Defensa de las Democracias. Peter Vincent Pry es director ejecutivo de la Fuerza de Tareas en Seguridad Nacional e Interna.
Fuente: The Washington Times
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México
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