Hay ciertas circunstancias en las que la distorsión de los medios de comunicación funciona, explica experto al ‘Post’ a raíz del artículo del NYT Magazine sobre Ben Rhodes.
SILVIA SCHNESEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – El artículo publicado el jueves en el New York Times Magazine reveló que el periodismo que cubre Oriente Medio está sumido en problemas profundamente arraigados.
La Casa Blanca manipuló una prensa dócil para impulsar su narrativa con el fin de conseguir apoyo para las negociaciones a Irán.
“Creamos una cámara de eco”, dijo Ben Rhodes, asesor adjunto de seguridad nacional de Barak Obama para comunicaciones estratégicas, según fue citado.
Explicó que reporteros despistados “decían cosas que validaban lo que les habíamos dicho que dijeran“.
“Todos estos periódicos solían tener oficinas en el exterior”, dijo Rhodes.
“Ahora no. Nos llaman para que les expliquemos lo que está sucediendo en Moscú y El Cairo. La mayoría de las publicaciones informan sobre los acontecimientos mundiales desde Washington.
El reportero medio con el que hablamos tiene 27 años, y su única experiencia de informes consiste en estar cerca de las campañas políticas. Es una diferencia abismal. Literalmente, no saben nada”.
Los medios israelíes y occidentales que cubren la región a menudo sufren de los mismos problemas debido a la falta de experiencia o distorsión y una dependencia de ciertas ONG, gobiernos o medios de comunicación locales de dudosa credibilidad.
Para los medios de comunicación israelíes, la falta de acceso al mundo árabe e Irán ha llevado a los medios de comunicación a estar alejados de la realidad sobre el terreno y con frecuencia se basan en informes de medios superficiales procedentes de publicaciones que están sesgadas ya que apoyan a una de las partes en los levantamientos regionales.
“Hay ciertas circunstancias en las que la manipulación mediática funciona, y una de ellas es cuando los periodistas tratan de lugares lejanos”, dijo el Prof. Zvi Reich del departamento de comunicación de la Universidad Ben-Gurion del Negev a The Jerusalem post en una entrevista el domingo.
Un dicho judío, señaló Reich, dice: “Si alguien quiere mentir, se distanciará de su testimonio”.
“Distorsionar no es un fenómeno independiente, ocurre en un contexto específico de los medios. No puedo manipularte sobre el barrio en el que vives, sino sólo sobre lugares de los que sabes menos o que están fuera de tu vista”, continuó.
Otros factores que facilitan la distorsión es cuando hay falta de acceso como en Irán y el hecho de que muchos periodistas que cubren la Casa Blanca en estos días son globales y no especialistas en las diversas materias que intervienen en las políticas actuales de la Casa Blanca.
Esto ha ocurrido cuando se reducen salas de prensa y presupuestos, resultando en historias de fondo menos profundo sobre países extranjeros de interés, dijo Reich, quien anteriormente trabajó como redactor en Yediot Aharonot.
“Hoy, a los periodistas se les exige hacer más con menos: menos tiempo y experiencia y más áreas que cubrir”, dijo. En el pasado, comentó Reich, los editores daban un tiempo al periodista para trabajar en una historia, pero hoy es mucho menos común con el ciclo de noticias de 24 horas.
Otro factor que contribuye a que un medio sea menos profundo es lo que se ha denominado “click-economía de los medios de comunicación”, donde estos “buscan historias de audiencia que enganchen – una noticia de eventos en contraposición a más análisis y artículos más profundos”, explicó.
En el caso que nos ocupa, continuó Reich, Irán era el país que centraba el interés. Irán no es un país “élite”, como Europa Occidental, Rusia o China, que son focos de atención de los medios.
“Si Irán no sangra no atrae”, bromea el experto en medios.
Si hay una amenaza inmediata a un país occidental, los medios de comunicación van allí, pero si la amenaza es a largo plazo, como es el caso de Irán para EE.UU., entonces Irán obtiene bajas calificaciones en los medios de comunicación, dijo Reich.
Uno de los principales problemas para cubrir Irán, así como otros países de Oriente Medio, es que la información que sale de allí no es digna de confianza.
“¿Hay datos oficiales precisos sobre los principales parámetros de la economía iraní? No, es sobre todo especulación. El problema es la falta de datos fiables”.
Consultado sobre el problema de la sobrecarga de información y cómo la cobertura de los medios de comunicación a menudo se convierte en citar informes de medios regionales de dudosa precisión, Reich respondió que la cuestión es cómo se evalúa la información.
“Un experto puede descartar un informe que considera dudoso, pero un lego podría publicarlo“, dijo Reich, comparándolo con el que va a un médico quejándose de dolores de estómago de menor importancia sólo para que el experto le diagnostique una enfermedad grave.
“Esto es porque el médico se ocupa de la imagen completa y los factores no están aislados”. El experto es capaz de saber lo que es una señal en medio de todo el ruido”, ha concluido.
Fuente: The Jerusalem Post – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico
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