El primer ministro Benjamín Netanyahu, y el presidente de la Unión Sionista, Isaac Herzog, se reunieron el domingo en la residencia de Netanyahu en Jerusalén para intentar superar las diferencias entre ellos y formalizar la inclusión de la Unión Sionista Unión a la coalición de gobierno.
ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Mientras que fuentes cercanas a Herzog afirmaron que las negociaciones no habían progresado, Netanyahu, se mostró optimista acerca de la posibilidad de finalizar el proceso en un futuro próximo.
El ministro de Finanzas Moshe Kahlon, considerado hombre de confianza de Netanyahu, comentó que continúan las negociaciones para un gobierno de unidad y el primer ministro tiene serias intenciones de ampliar la coalición.
Según los informes, Herzog solicita obtener obtener una oferta más satisfactoria como el control de los ministerios de Justicia, Comunicaciones, o Cultura para persuadir a sus colegas del partido. Los ministros que encabezan estas posiciones se consideran señales de alarma desde la perspectiva de la izquierda y la destitución de Ayelet Shaked, Miri Reguev o el propio Netanyahu de estos puestos se considerarían un logro significativo, pero no es muy factible que el primer ministro ceda en esto.
El ministro de Educación Naftali Bennett ha dejado claro que su partido Habait Hayehudi dejaría la coalición si la ministro Shaked es sustituida por un miembro de la Unión Sionista en el Ministerio de Justicia.
Además, Herzog exige participar en la elaboración del acuerdo de gas natural y que una serie de proyectos de ley controvertidos sean retirados del orden del día.
En una reunión con miembros del “campo de Rabin” en su partido, el líder de la Unión Sionista señaló que “identificaba una excepcional oportunidad diplomática regional que puede desaparecer,” y podría suceder “únicamente a causa de un cambio en la estructura del gobierno.”
Por su parte, el diputado Yoel Hasson, un miembro de Hatnua (el partido liderado por Tzipi Livni), que se fusionó al laborismo para formar la Unión Sionista, se negó categóricamente a servir como un ministro en el gobierno de Netanyahu y advirtió que si el partido se une a la coalición, sería el fin de la alianza entre ambas facciones.
Nuevas encuestas publicadas recientemente revelan que gran parte del público se opone a la inclusión de la Unión Sionista en el gobierno de Netanyahu y si se celebrasen nuevas elecciones hoy, el partido perdería entre siete y 11 escaños mientras que Yesh Atid casi duplicaría su representación en la Knesset.
Fuente: Haaretz / Jonathan Lis
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