LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO
Reflexiones Existenciales
El año pasado comenté en este espacio que se estaba extinguiendo la generación de judíos que llegaron a México previo a la Segunda Guerra Mundial y en los primeros cinco años posteriores a la misma. En este sentido, me sorprende que todavía aparezcan esquelas de judíos que mueren de 90 años y más, como es el caso de la madre de una compañera de primaria, Paloma, que murió hace dos semanas a los 96 años. A los hijos de esos inmigrantes que nacieron al final de los treintas y hasta mediados de los cuarentas también les ha llegado la hora de partir. Con amigos judíos y gentiles nos preguntamos con cierto temor ¿cuándo moriremos? Claro está, hay que echarle ganas para sobrevivir en las mejores condiciones que permite la vejez, es importante mantener una dieta específica, realizar deporte, si el médico lo recomienda, y practicar la medicina preventiva, no esperar a que se manifiesten las enfermedades. Estas sugerencias no son una garantía de que se puede vivir más años, por lo demás, como dijo un rabino en un sepelio al que asistí hace 3 ó 4 años, desde que el individuo nace ya carga su lapida con fecha.
La vejez es una etapa de transición hacia Dios o a la fuerza creadora del universo, cuando en la vejez se tiene una familia que vela por ti y una condición económica que te permite mantener un nivel de vida decoroso, viajar, asistir a actividades de entretenimiento como el cine, el teatro, conciertos, exposiciones de arte y ballet o reunirte a comer en restaurantes con amigos, se puede disfrutar de la vida. Lo cierto es que en México, y en el mundo, un gran número de ancianos viven en una profunda soledad, abandonados por sus familias, su situación económica es precaria y el deterioro físico y emocional es evidente por insuficientes cuidados de salud.
Una faceta importante en la vejez es el elevado grado de introspección que experimentan muchas personas; en este proceso, en buena medida se vive evaluando el pasado, lo bueno y malo, y la visión hacia el futuro suele ser limitada. En este ámbito, en lo personal he pensando con intensidad la relación que he tenido durante décadas con varios amigos, y el resultado ha sido el alejamiento de alguno de ellos, o de ellos de mi, en virtud de que la relación se ha vuelto rutinaria, y por tanto, se pierde interés en mantenerla o después de muchos años de conocer a una persona se descubre que no es quien se suponía que era, y ello conlleva una connotación negativa que te aleja del amigo o este advierte en ti lo mismo y también se aleja.
Las distancias físicas en una ciudad de infernal tránsito vehicular como la de México también entorpecen las relaciones de amistad en la vejez. Algunos de mis amigos ya no manejan, sólo lo hacen en recorridos limitados, yo estoy entrando en esta última categoría, en virtud de que se ha agravado una lesión que tengo en el hombro izquierdo. Las alcabalas (especie de impuesto al tránsito de personas y mercancías en la época feudal) que se pagan en la vejez son inevitables para mantenerse con vida.
El Día del Niño: Pobreza y Violencia
El pasado 30 de abril se celebró el Día del Niño, al igual que el Día de la Madre o el Padre, tienen un trasfondo comercial. No obstante, el Día del Niño induce a dedicar un tiempo para analizar lo que está pasando con los niños y adolescentes, que cada vez más deambulan por las calles de las distintas localidades de la República buscando su sustento, y quizá el de sus progenitores, y/o o son víctimas de mafias o de sus propios padres que los utilizan para explotarlos pidiendo limosna, vendiendo chicles y otras golosinas y/o obligándolos a realizar piruetas o espectáculos gimnásticos denigrantes.
De acuerdo a un estudio del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF) y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), denominado Pobreza y Derechos Sociales de Niñas, Niños y Adolescentes en México, 2014, 21.4 millones de menores de 18 años eran pobres, lo que significó más de la mitad de la población de hasta 17 años; empero, aún más grave es el hecho de que uno de cada nueve menores vivía en pobreza extrema. En los hogares indígenas 78.6% y 90.8% de los que hablan una lengua autóctona, viven en situación de pobreza.
Otra fase dramática de la pobreza infantil en México es la desaparición de niños y adolescentes; unos huyen de la violencia a la que están sujetos en sus hogares y otros son “enganchados” para actividades vinculadas con el tráfico sexual, de órganos y de drogas. La Fundación Nacional de Investigaciones de Niños Robados y Desaparecidos en México señaló que hasta el año pasado había 45 mil niños desaparecidos, y una lista oficial de 3 mil averiguaciones previas por menores robados durante el último año y medio, que son sustraídos para explotación sexual, venta y tráfico de órganos.
La pobreza infantil es un fenómeno generalizado en el mundo, por esta causa muere un niño cada 3 segundos, lo que significa 30 mil diariamente. Más allá de la dimensión económica, la pobreza afecta derechos fundamentales de los niños, como la dignidad y la autoestima; la pobreza impide a un niño su desarrollo físico, mental, cultural, social y espiritual. Los niños pobres generalmente nacen en un entorno de pobreza; “la pobreza engendra pobreza y crea un círculo vicioso”, un niño vive en la pobreza por que su familia y/o su país la padecen; hoy día la pobreza extrema afecta a más de mil millones de seres humanos en el mundo.
Un ángulo desgarrador de la situación que viven los niños en varios países de África, donde son secuestrados para convertirlos en mercenarios y traficantes de drogas. Asimismo, utilizan adolescentes para realizar sus atentados terroristas. Los secuestros de niñas y adolescentes cristianas por los yihadistas de Boko Haram en Nigeria y del Estado Islámico en Siria e Irak para utilizarlas como esclavas sexuales es un fenómeno inaudito en pleno siglo XXI. Miles de niñas y adolescentes viven en cautiverio, vejadas por las crueles milicias de los radicales islámicos en espera de ser rescatadas.
Educación básica para el desarrollo de la gente
La Reforma Educativa que instrumenta la actual administración ha generado un violento rechazo por grupos magisteriales disidentes que ven amenazados sus intereses políticos y económicos. Los líderes de la disidencia, agitadores profesionales, han convocado a miles de maestros y a “mercenarios” pagados, para realizar marchas y plantones en las principales ciudades de la República, a destruir instalaciones de gobiernos estatales y municipales, a quemar autobuses y vehículos oficiales, a tomar casetas de cobro en autopistas para apropiarse de las cuotas que pagan los vehículos que las utilizan. Detrás del magisterio disidente está la izquierda mesiánica. Los costos de la violencia de la disidencia han sido elevados para las finanzas públicas y para la ciudadanía. La sociedad está irritada por el caos de los disidentes y millones de alumnos se quedan sin clases y su desarrollo escolar se deteriora.
En este contexto, el Director General de Nacional Financiera, Jacques Rogozinsky (JR), escribe una columna semanal en el Financiero, en la del 17 de marzo pasado, en su artículo aporta ideas valiosas sobre la educación; menciona que en México se culpa al gobierno por el bajo nivel educativo existente debido a que gasta mal, existe alta corrupción y no pone orden, de aquí que la baja calidad institucional lo hace un culpable perfecto. No obstante, considera otras razones por las cuales la educación es deficiente en el país relacionadas con el entorno familiar.
JR menciona que durante el último año, en varias conferencias y reuniones informales ha planteado a alrededor de dos mil ejecutivos, empresarios y algunos intelectuales ¿cuántos de ustedes voluntariamente han dedicado una hora en un año para ir a una escuela, incluyendo la de sus hijos, a compartir con estudiantes sus experiencias, enriqueciendo sus vidas?… la respuesta fue que menos del 2.0% contestaron afirmativamente, lo cual, de acuerdo a JR, significa que se podrá cuestionar al Estado mexicano por sus muchas fallas, empero, que no cambiarán muchas cosas si la sociedad no toma cartas en el asunto, se refirió a que los padres deben ser corresponsables de la educación de sus hijos.
JR señala que los padres asiáticos están íntimamente involucrados con el seguimiento del desempeño de sus hijos; controlan su tarea, los incentivan a aprender más. Igualmente, en Finlandia, los padres participan en las reuniones escolares a menudo y en EUA, las madres y padres destinan varias horas todas las semanas para hacer de voluntarios en las escuelas de sus hijos; concluye que el Estado falla, hará muchas cosas bien y otras tantas mal, no obstante, no resolverá solo el problema educativo. Las familias deben asumir un papel participativo, es una sociedad sin compromisos la que deja sólo en mano de servidores públicos las decisiones en las que debería tener voz y ser parte ejecutora.
Considero que JR tiene razón, si por ejemplo hubiera más involucramiento de los padres judíos en la educación y en la transmisión de valores judíos se podrían evitar los desmanes como los que escenificaron alrededor de 200 jóvenes de entre 15 y 19 años de la comunidad judía en Cuernavaca en una fiesta hace dos semanas en la que el consumo de alcohol y drogas desató actitudes de violencia que provocaron destrozos en instalaciones y varios jóvenes heridos que tuvieron que ser trasladados a hospitales.
Una joven judía de 19 años estudiante de la carrera de Comunicación expresó que “la permisividad de los padres y la indolencia y prepotencia de los jóvenes que promueven y participan en este tipo de actividades y conductas, representan una vergüenza familiar y comunitaria. Hoy todos tenemos que asumir un papel autocrático y no quedarnos de brazos cruzados, solamente enfrentando nuestras carencias con valentía y honestidad, podremos apostar por un mejor futuro”.
Lo sucedido en Cuernavaca representa una actitud frecuente entre jóvenes judíos y no judíos, en gran medida porque muchos padres a falta de un compromiso auténtico en la educación de sus hijos, buscan compensarlos dándoles satisfactores materiales, se les da demasiado, esto sucede en México y en todo el mundo.
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