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domingo 17 de noviembre de 2024

El espía judío de Hitler

ASGEIR UELAND

El Baron von Rolland, un espía de Alemania en las dos guerras mundiales, no era barón ni era von Rolland. Era un judío de Saloniki llamado Isaac Ezratty.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – El 6 de febrero de 1937, el SIS, el Servicio Secreto de Inteligencia británico, conocido popularmente como MI6, escribió un informe titulado “Actividades nazis en el norte de África”. Parte del informe fue remitido a la organización de la seguridad interna británica MI5 unas dos semanas más tarde. La información del SIS provenía de un informante alemán en París que afirmaba estar trabajando para una organización de emigrantes alemana que enviaba voluntarios a España, envuelta entonces en una sangrienta guerra civil. De acuerdo con el informante, los nazis se habían establecido en la ciudad de Ceuta, una parcela de terreno española en África del Norte que limita con Marruecos. El principal agente nazi en Marruecos, era, según la misma fuente, un cierto “von Roland” (sic), de quien el informante afirmó que trabajaba en estrecha colaboración con la organización nazi en Sevilla y Lisboa, y también con un grupo fascista italiano en Túnez “responsable de la agitación anti-francesa en ese territorio”.

Habían pasado 11 años desde la última vez que el MI5 había tenido noticias del Baron von Rolland. Había aparecido por primera vez en los archivos de seguridad británicos al final de la Primera Guerra Mundial, en la que había sido un agente alemán para la Abteilung IIIb, la inteligencia militar alemana Imperial. Lo que el MI5 ya sabía era que el Barón que supuestamente había reaparecido en el norte de África, no era ni barón, ni von, ni Rolland, sino un judío de Saloniki de nombre Isaac Mizrahi, o en algunos casos, Ezratty.

Visualizando su archivo, que va desde 1918 hasta 1947, no hay duda de que sirvió a los alemanes con lealtad en ambas guerras mundiales y que a partir de la década de 1930 casi hasta el final de la guerra, trabajó para la inteligencia militar de la Alemania nazi, la Abwehr.

El falso barón nació en Salónica, o en su forma moderna Tesalónica, el 15 de abril de 1893. Su padre Eliaou Ezratty, de acuerdo al expediente de su hijo, fue un comerciante de gran éxito. Cuando nació el pequeño Isaac, la comunidad judía en la ciudad consistía en unas 60.000 almas. Salónica en ese momento era parte integral del Imperio Otomano, y así fue que nació ciudadano de Turquía.

A pesar de que la presencia judía en Salónica se remonta a la antigüedad, a través de la Epístola de St. Paul a los tesalonicenses, en el Nuevo Testamento, la comunidad judía moderna era resultado directo de la expulsión judía de España en 1492. De hecho, el censo de la ciudad otomana tan sólo 14 años antes no registraba ningún judío en la ciudad. Entre la comunidad sefardí entonces remanente de la Península Ibérica se vivía en la lengua judía ladino, que se retiró mucho menos en el tiempo del español contemporáneo que su equivalente ashkenazi, el yiddish, del alemán. Ambas comunidades tenían una presencia en la ciudad, aunque la comunidad sefardí era la predominante.

Los Ezratty pertenecían a los escalones superiores de esa comunidad, pero estaban entre los pocos felices, dado que parte sustancial de la comunidad era pobre. Los judíos eran, por supuesto, sólo una parte de la población cosmopolita de la ciudad. En su libro sobre la ciudad, el historiador Marcos Mazower cita un artículo periodístico de 1911, un año que cambiaría la vida del joven Isaac Erzatty, que decía: “Salónica no es una ciudad. Se trata de una yuxtaposición de pequeños pueblos. Judíos, turcos, donmehs [cripto-judíos], griegos, búlgaros, occidentales, gitanos, donde cada uno de estos grupos que hoy son llamados “naciones”, se mantiene alejado de los demás”.

Al igual que el Imperio austrohúngaro al norte, el Imperio Otomano veía un mayor crecimiento de nacionalismo entre las naciones, que durante siglos habían sido humildes servidores. En octubre de 1912, comenzó la Primera Guerra de los Balcanes. Fue seguida de la segunda guerra de los Balcanes en junio de 1913, que finalmente llevó al control griego de la ciudad.

La comunidad judía en la ciudad sintió el ascenso del nacionalismo, pero no buscó la salvación en el sionismo. Para la mayoría, el efecto del nacionalismo balcán los condujo al nefasto movimiento otomano y más tarde a apoyar a los Jóvenes Turcos.

El archivo de von Rolland se hace eco de algunos de estos acontecimientos. El joven salió de su ciudad natal para estudiar en Alemania en 1911. En una declaración hecha mucho más tarde recordó que salió “con pasaporte turco, pero cuando volví a Salónica estaba ocupada por Grecia”. Sus nuevos amos le ofrecieron la posibilidad de elegir entre la nacionalidad griega o turca. Eligió esta última, pero su elección tuvo consecuencias. Los griegos le dijeron que tenía que salir de la ciudad en menos de ocho días. A finales de 1913 estaba de vuelta en Alemania. Para agosto de 1914 Europa estaba en guerra. Los optimistas decían que antes de Navidad habría acabado, pero la carnicería acababa de comenzar.

En algún momento de 1915, el hombre nacido bajo el nombre de Isaac Ezratty en Salónica se trasladó a Barcelona, España, bajo el nombre de Baron von Ino Rolland. Había sido enviado allí por Abteilung IIIb, la inteligencia militar alemana. Las circunstancias en torno a su contratación, y la misión, permanecen cubiertas en la niebla de la guerra, al igual que la mayor parte de sus primeros años en el servicio del Kaiser. Fijó su residencia, al menos, al final, en el número 29 de la Ronda San Pedro de Barcelona. El falso barón no era una figura destacada. Medía apenas 1,63-1,65 m. Los informes indicaban que tenía alrededor de 30 años, aunque en realidad tenía unos 20. Era muy oscuro, pálido y bien afeitado, con pequeños ojos pardos y boca grande. También llevaba anillos y alfileres de corbata. Aunque esta descripción deriva de un formulario de 1918, parecería que su aspecto siguió siendo más o menos el mismo durante los primeros años en España.

Baron von Rolland1Poco se sabe de los primeros años del barón en España, a excepción de un encuentro casual con un joven oficial de la marina, que se convertiría en su amigo y adquiriría sus servicios en otra guerra, bajo un régimen muy diferente. El nombre del joven oficial era Wilhelm Canaris, quien en 1935 se convirtió en jefe de la inteligencia militar alemana-Abwehr. Canaris había sido enviado a la España neutral a finales de 1915 para gestionar los suministros para los submarinos alemanes, que atracaban en España, mientras operaban en el Mediterráneo Occidental. El hecho de que los dos hombres se encontraran indica que el barón también tenía una mano en este negocio. También hay indicios en su archivo de que estaba involucrado en la propaganda pro-alemana.

Por lo que sabemos de su archivo, el interés británico por el Barón von Rolland no comenzó hasta los últimos meses de la guerra. El primer fragmento de información proviene de la inteligencia compartida por los italianos a principios de julio de 1918. Es seguida por información similar compartida por los franceses, y la mayor parte trata de otros agentes que trabajaban para von Rolland. El 1 de octubre, los británicos tenían razones para creer que estaba cercano a los 30, utilizaba el alias de Boyal, pero su verdadero nombre era Isaac Ezratty o Ezrati.

Una semana después de la guerra, el 11 de noviembre de 1918, los británicos tenían una visión más completa. Un informe del MI5 de fecha 18 de Nov. de 1918, da una idea bastante clara del barón y su entorno familiar, a pesar de que afirma que era sirio, con la familia en el Alto Egipto. Al final de la guerra, los británicos creían que había sido el “jefe del espionaje alemán en Barcelona”.

En lo que a la Primera Guerra Mundial se refiere, la historia del espía judío de Salónica es una mera curiosidad, puesto que los judíos combatían en muchos frentes para muchas naciones durante la masacre en masa. Su archivo, sin embargo, cuenta una historia interesante de algunos de sus movimientos también en el interludio de las guerras. Hay una grabación de un arresto cuando entró en Francia desde España. Liberado de la cárcel francesa, poco después subió a bordo del SS Dunabis y se embarcó para su ciudad natal.  Los griegos no estaban contentos de verle, y se fue a Alemania de nuevo poco después. En abril de 1920 estaba de vuelta en España, presuntamente implicado de nuevo en el espionaje para los alemanes.

Aparte de un breve interludio de 1925, cuando había falsos indicios de que el barón se había presentado en el Reino Unido, el archivo queda en silencio sobre sus movimientos hasta 1937, cuando una tal Sra. Cathryn Young llamó al Ministerio de Asuntos Exteriores. La mujer indicó que tenía la intención de ir a España, que estaba envuelta en la sangrienta guerra civil, con la finalidad de llegar a Madrid, “tan pronto como Franco la capturara”. El motivo del viaje era llegar a su apartamento de Madrid porque “estaba preocupada por algunos perros que había dejado allí”. Lo que llamó la atención del MI5 no fueron los perros, sino la información de que durante su último viaje al país había sido acompañada por un “notorio espía alemán”, cuyo nombre ella no daría. Resultó ser von Rolland. Poco después de estas observaciones apareció el informe de la red de espionaje nazi en Marruecos.

En qué medida von Rolland realmente estuvo involucrado en la red de espionaje en el norte de África sigue siendo una pregunta abierta. El informante en París podría haber suministrado a los británicos información antigua, o meros rumores, al menos si sus movimientos durante la década de 1930 son creíbles. De acuerdo con un comunicado de posguerra estuvo en España en 1931-1933 y 1934-1935, antes de dirigirse al norte de Dinamarca en 1936. Los dos años siguientes los pasó viajando en Sur y Centro-América, antes de abandonar Europa para siempre en 1939, hacia lo que habría de convertirse en su destino final durante la duración de la guerra. Los británicos por su parte estaban en la oscuridad respecto a sus movimientos, y el último informe de él antes de la guerra contenía información contradictoria de que había regresado a España o a América del Sur.  Además de un intento de localizarlo en España en 1941, el archivo permanece en silencio hasta septiembre de 1943.

Registro de los judíos en Salónica en al Segunda Guerra Mundial

Registro de los judíos en Salónica en la Segunda Guerra Mundial

Aunque el MI5 lo mantuvo en la lista de vigilancia, no lograron descubrir mucho sobre él hasta la década de 1930. Sin embargo, no hay duda de que von Rolland estaba en los libros de pago de la Abwehr, más o menos desde el día en que Canaris se convirtió en jefe de la organización. Canaris no había olvidado al joven que conoció en Barcelona hacía 20 años. De acuerdo con el falso barón, Canaris también era “el único hombre en Alemania, que yo sabía que tenía origen hebreo”. La tarea del espía judío de Carnaris era enviar informes confidenciales que iban directamente a la cabeza de la Abwehr sobre “la situación política en los países donde estaba residiendo”. Asimismo, informaba sobre los partidos políticos y qué equipo militar se podría vender. Su tarea principal era establecer empresas de fachada que pudieran atender las transacciones financieras de la Abwehr.

Una de estas empresas de fachada, Transmare, se fundó a finales de 1935 o principios de 1936 y tenía muchas ramas tanto en Europa como en las Américas. Una segunda, Compañía Comercial Escandinava de Ultramar, creada durante su estancia en Dinamarca, era totalmente suya, pero también tenía conexión con Abwehr, aunque el director local, un tal señor Whal, no sabía que era una empresa de fachada para la inteligencia alemana.

Antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939, von Rolland se había trasladado a Argentina. A continuación siguió trabajando con Transmare, aunque más tarde afirmó haber conocido muy poco de los mecanismos internos de la compañía en Europa. Bajo la dirección de von Rolland, Transmare se encargaba tanto de las importaciones como de las exportaciones. Las exportaciones consistían principalmente en cobre y bronce a granel, que era enviado a Alemania. Todo contacto con Canaris era a través de la Embajada de Alemania en Buenos Aires. Después de la guerra afirmaría que su contacto con la empresa se desvaneció alrededor de 1943, justo en la época en que los británicos tuvieron otra pista sobre el paradero del Barón.

En septiembre de 1943 los británicos establecieron que vivía en una casa de la calle Diagonal de la capital argentina. Sin embargo, el interés en su viejo conocido en la Primera Guerra Mundial se incrementó dos meses después, en noviembre, cuando el tristemente célebre triple agente yugoslavo Dusan Popov, con el nombre en código de Triciclo, proporcionó a los británicos información de que von Rolland era amigo personal de Canaris. Un agente español que trabajaba para la Gestapo, Pérez García, confirmó que von Rolland era un espía alemán, después de ser capturado a bordo de un barco y llevado para ser interrogado al campamento secreto del MI5 020.

A finales de 1943, el MI6 logró determinar el origen de von Rolland en Buenos Aires. Ahora vivía en “Mersina del Plata y gastaba al menos 10.000 pesos al mes entreteniendo a la gente de la sociedad argentina. … No se mezclaba con los principales miembros de la comunidad alemana”, según el informe. “En estrecho contacto con von Meynen, el encargado de Negocios alemán”. Unos meses después, en marzo de 1944, el MI6 informó que su dirección seguía siendo la misma, pero de acuerdo con el MI6: “dedica la mayor parte de su tiempo a las grandes apuestas”. Para entonces, el agente judío nacido en Salónica no parecía feliz. Su hermano Salomón Ezratty, que había sido vicecónsul español, había huído de su ciudad natal cuando los alemanes empezaban a reunir a los judíos. Había logrado salvar a algunos de sus amigos y, finalmente, se fue a España, antes de trasladarse a Tel Aviv a finales de 1944. Los británicos creyeron durante un tiempo que su hermano agente estaba camino a Palestina cuando interceptaron una carta que su hermano envió al cónsul general español en Atenas. Sin embargo, no fue así, y von Rolland permaneció en Argentina durante la duración de la guerra, hasta que los nazis fueron finalmente derrotados.

Después de la guerra los aliados presionaron a Argentina por la extradición de von Rolland y otros agentes alemanes. Hacia el final de 1946 él y otras 12 personas deportadas fueron enviadas en el barco argentino “Pampa” a Hamburgo. Von Rolland fue llevado al campamento 74 en Ludwigsburg, que estaba en Zona Estadounidense. Fue interrogado por el ejército estadounidense en primer lugar, a mediados de enero de 1947, pero su interés se relacionaba principalmente con el estado del comunismo en Argentina, una clara indicación de que la Guerra Fría estaba empezando a tener prioridad.

Cuando los británicos comenzaron el interrogatorio, el 5 de mayo de 1947, von Rolland hizo una larga declaración escrita sobre su trabajo para los alemanes en las dos guerras. También dijo a los británicos lo que querían saber sobre los agentes alemanes en Argentina y los contactos que había tenido en el sistema de Transmare. La declaración es bastante sencilla. El Holocausto no fue mencionado ni por Ezratty ni por sus interrogadores. Había sido un agente alemán durante casi 30 años, pero nunca dio motivo alguno para sus acciones. Al final, el archivo deja más preguntas que respuestas. ¿Qué lo motivó? ¿Dinero? ¿Codicia? ¿Acción? ¿Un salvoconducto para salir de Europa? Su amistad con Canaris? Todas estas preguntas permanecen ocultas en la niebla de la guerra, a menos que aparezca algún día su expediente Abwehr.

Qué fue de Isaac Ezratty también es un misterio. Sin embargo, Internet da algunas pistas. En 1948, cuando el Estado de Israel obtuvo su independencia, parece haberse trasladado a la España de Franco, donde uno puede imaginarlo caminando por las calles de Barcelona, la ciudad donde comenzó su carrera como espía alemán. Tal vez esperaba que su conducta fuera olvidada. Y así ha sido, hasta ahora. Isaac Ezratty ha vuelto a la vida de nuevo gracias a su archivo, pero sigue rodeado de misterio. ¿Cómo pudo servir a un país que mató al 98 por ciento de todos los judíos de su ciudad natal?

Fuente: The Tablet – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico

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