De acuerdo al judaísmo el que nace de madre judía, es judío; o aquel que se convierte por medio de una autoridad rabínica también es considerado judío.
MANUEL HERNÁNDEZ PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO
El judaísmo parte de la pertenencia a un grupo, y es este grupo el que se encarga de proveer las necesidades de los individuos tanto sociales, religiosas, culturales, educativas y hasta gastronómicas. Esto es lo que todos conocemos con el nombre de “comunidad judía”.
De esta forma, se supondría que cada judío pertenece a una comunidad específica, y es en ella donde se desenvuelve. Es por esta razón que no cualquiera que desee abrazar la fe mosaica puede asistir a una comunidad, cada comunidad tiene sus propios requisitos que deben de cumplir aquellos aspirantes a integrarse a éstas.
A diferencia de otras religiones, la conversión al judaísmo es un proceso muy largo y no todos logran su cometido. Ahora bien, aclarado este punto, entendemos que el “ser judío” no depende de la fe o creencias, por así decirlo. El judaísmo nos enseña que cualquiera puede creer en Dios y ser justo, y que no es necesario que se convierta al judaísmo. Se nos explica que la “salvación” o mejor dicho, el Olam Habá (el mundo venidero) no está reservado sólo para los judíos, sino para todo aquel que haya llevado una vida de rectitud en este mundo.
El judaísmo no depende de las creencias sino de la pertenencia al pueblo judío. No por hablar hebreo se es judío, ni tampoco la vestimenta hace al judío; muchas personas creen que el judío es aquel que se viste de blanco y negro y usa sombrero e ignoran que estos no llegan ni al 10% de la población judía.
¿Por qué es importante aclarar esto? En primer lugar, no se trata de desanimar a aquellos que quieren abrazar la fe judía de una forma sincera, ya sea por cualquiera de las ramas del judaísmo. Si usted desea convertirse al judaísmo puede hacerlo, es más, debería hacerlo. De lo que se trata es de alertar de un fenómeno que lleva demasiados años operando en nuestro país (tal vez sean décadas) y hasta ahorita nadie se atreve a decir nada.
De norte a sur se puede ver que cada día nacen comunidades “judías”, incluso hay ciudades como Córdoba, Veracruz, que podrían tener hasta 5 comunidades, igual Cuernavaca, Guadalajara, Monterrey, San Cristóbal, etc. Que haya un fuerte interés en el judaísmo es bueno, pero lo que no se debe permitir es que personas con muy mala fe se valgan de un disfraz para cometer los crímenes más detestables escondiéndose bajo el nombre del judaísmo.
Violaciones, golpes, fraudes, poligamia, abusos de menores, todo esto se repite de ciudad en ciudad, y lo peor es que casi nunca se denuncia.
“Malditos judíos” apareció escrito en el local de un judío cerca del centro de la ciudad, lo que el dueño no sabía es que al lado hay una pseudo sinagoga que enfrenta dos denuncias por violación de menores. En este lugar se obliga a los padres a sacar a los niños del sistema educativo formal y meterlos a estudiar en su famosa “Yeshivá”, perdiendo años de estudio por no contar con validez oficial. Haciendo alusión a su nombre debería llamarse “camino al infierno”.
Los abusos a infantes es lo primero que sale a la luz, estos depredadores no hacen diferencia entre niños o niñas, solo en Córdoba hay dos expedientes; una es la causa 128/2013 contra un supuesto “rabino israelí” por abusar de una niña de 13 años y la otra es la 202/2010 por pederastia, acusando a un rabino judío mesiánico.
¿La Aliyah se vende? Muchos de los interesados en convertirse al judaísmo anhelan vivir en Israel, tierra santa. Y esto no pasa desapercibido para los estafadores; en muchos casos los engañan con que van a emigrar a Israel y les venden tan solo un paquete de viajes turísticos, esto en el mejor de los casos, en otros, como pasó en un pueblo de Oaxaca donde las familias vendieron su patrimonio y fueron estafadas, al único lugar que llegaron fue a la quiebra.
Las conversiones también se venden, y hay gente que llega a pagar cientos de miles de pesos por un papel que no les servirá de nada. La verdadera conversión no se vende, pero por desinformación la gente cae con este tipo de gente, el caso de la venta de conversiones utilizando firmas falsificadas con nombre de rabinos reconocidos por la comunidad judía de México ya había sido documentada por este medio, y también ya se les ha advertido a las personas que las conversiones falsas no son avaladas por la comunidad, pero aun así cada día hay más incautos que siguen alimentando a estos grupos.
Con el caso del jazán que fue expulsado de la comunidad judía (nótese, la expulsión de la comunidad judía solo se da en casos muy graves), salieron a la vista los casos del famoso “rabino” Ishmael Mizraji, que al parecer sigue operando en el mismo domicilio en la colonia Polanco, sigue utilizando las fotos que se tomó con la ex embajadora de Israel en México, y con el emisario de Shavei Israel. El nombre de Ishmael Mizraji Portillo no aparece en el registro de las comunidades judías de México, la única coincidencia que hemos podido encontrar está registrada ante gobernación en la Dirección General de Asuntos Religiosos, el nombre Ismael Hernández Portillo registrando a la comunidad judía mesiánica Beth-shalom, con fecha del 15 junio de 1993, en Monterrey.
No se debe de permitir que un delincuente ande libre y se escude bajo lo más sagrado que tiene el pueblo judío: La Torá. Es por ello que se invita a todos los afectados a denunciar para que esto no les ocurra a más personas.
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