Los placeres culposos de Marcelo Rittner

Muchísimas gracias por la invitación a compartir una parte tal vez desconocida para muchos de los lectores. Gracias, no por la vanidad de ser recordado, sino por la oportunidad de hacer una pequeña reflexión sobre algunos temas que me ayudan a definirme.

RABINO MARCELO RITTNER

Incomodé a mi mamá provocando que dejara el segundo seder de Pésaj (disculpen que no recuerde en la casa de quien fue, estaba ocupado en salir), para correr al hospital. Ese año fue 1947 y el día 7 de abril. Parecía que todos estábamos muy felices, hasta que como una semana después algo me dolió y me molesté de tal manera que tuve algunas sesiones de terapia de adulto.

Todo esto fue en Buenos Aires. Mi mamá Paulina y mi papá Bernardo me recibieron con el mismo amor y devoción como lo hicieron a lo largo de los años, no muchos, que pude compartirlos. Fui hijo único, pero eso no fue motivo para que yo sea caprichoso o necio, ¿o sí?, en fin.

Mis memorias de infancia las tengo muy presentes, mucho más que mis actividades de la semana pasada. Fui a la escuela pública, primaria, secundaria, y me fascinaba jugar a la pelota en la calle con mis amigos de barrio. Claro que por la tarde tenía que ir a la Idishe Shule, donde aprendí mis primeras palabras y seguramente emociones judías.

Celebré mi Bar Mitzvá en una sinagoga de barrio, el templo de la calle Asamblea, donde en las fiestas mi papá rezaba y yo corría con otros niños y compraba helados. ¡Qué paciencia tuvieron mis padres! No fui un buen estudiante, nunca los llamaron para felicitarlos por su hijo, pero ellos estaban seguros que algún día iba a cambiar.

Tal vez el cambio se dio cuando después de cumplir 14 años mi papá no tuvo mejor idea que mandarme a un camp Ramah de otra sinagoga, donde había llegado un joven rabino norteamericano.

Me descubrí a mí mismo. Comencé a participar activamente de los grupos juveniles, fui madrij, director y sin darme cuenta estaba viviendo un cambio profundo. Estudié Sociología, a pesar que mi papá me “amenazaba” que terminaría la prepa aunque fuera lo último que él haría…

Estudiaba por la tarde en el Seminario Rabínico, por la noche en la universidad y entonces vinieron de Brasil para ver cómo funcionaba nuestro majané y conocí a Ruthy, una guapérrima chava. Este año completamos 45 años de casados, con tres hijos y nueve maravillosos nietos.

Vivimos en Israel donde en 1975 terminé mis estudios rabínicos y luego 10 años en Brasil. En 1985 una invitación de la Comunidad Bet El volvió a traer un desafío a nuestras vidas. Y una vez más lo enfrentamos.

Hoy 30 años después mirando en retrospectiva, sólo puedo agradecer a Dios por su protección y bendición de amor con el que nos acompaña a lo largo del camino de la vida.

El resto lo hemos compartido con cariño…

Un placer culpable de:

Película: Un día un gato. Una película checa acerca de un gato que podía identificar los verdaderos sentimientos de las personas y cada uno de los sentimientos tenía un color. Sobre las falsas relaciones, la falta de autenticidad, el engaño, el verdadero amor y los sueños. Maravillosa.

Alimento: Como en la película “The color of the money”, cuando en una escena Danny de Vito regresando de comer ofrece donas a su pareja y ante la reacción de sorpresa de ella, le dice: “no hay que tener hambre para comer donas”. Bueno, en mi caso es la pizza.

Programa de televisión: Me encanta ver buen fútbol, especialmente el internacional. O el noticiero nocturno de televisa que me ayuda a dormir…

Libro: Ahora sí está difícil. Tal vez el libro “El día que Nietzsche lloró”, de Irvin Yalon. Tal vez los libros de Elie Wiesel. Tal vez Abraham Joshua Heschel.

Música favorita: Cuando trabajo preparando conferencias, libros o prédicas, la música clásica está presente. Es como lo que me completa y permite volar. Mozart, Beethoven. Telemann, Verdi. Y naturalmente en otro campo Billy Joel, lo máximo.

Celebridad más guapa: Que compromiso…¿qué tal mis nietas? O ¿mis hijas?

Actor o actriz: Sin dudar, Robin Williams. Su muerte me dio mucha tristeza. Un artista que en segundo te llevaba de la risa a la lágrima. Maravilloso. Conmovedor.

Hobbie favorito: coleccionar plumas “Montegrappa”, corbatas.

Restaurante favorito: Mikes Bistro en NY

5 cosas que no pueden faltarte: mi familia, mis amigos, mi fe, mis sueños, mi misión.

A quien admiras: a D-os, ¡por su paciencia y su fe en esta errante humanidad!

Logro profesional: Son dos, el primero haber estado junto a los padres y madres de los niños que murieron en el incendio de la guardería de Sonora. Tal vez el momento más difícil de mi tarea pastoral. Nuestro círculo de plegaria me conmueve al recordarlo. Poder llevar consuelo y cariño es el mejor logro no sólo mío, sino de cualquier ser humano.
En otro espíritu, el haber organizado en 2006 la convención internacional de los rabinos del movimiento Conservador. Fue la primera vez que se celebró fuera de Estados Unidos o Israel. Más de 400 personas vivieron una experiencia sensacional.

Lo último que compraste: Un CD de Tom Jobim y Vinicio de Moraes.

Fuente:boletín wizo

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