LAHAV HARKOV
Como dice Catch-22: Sólo porque seas paranoico no significa que no vayan a por ti.
SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Si hay un epíteto que los expertos utilizan en repetidas ocasiones sobre el primer ministro Benjamin Netanyahu, sea en relación con su política exterior o su política interna, es “paranoico”.
Y, sin embargo, como dice Catch-22: “Sólo porque seas paranoico no significa que no vayan a por ti”. Si Netanyahu siente que las paredes se ciernen sobre él y los enemigos están en su puerta estos días, no le faltan motivos.
Desde hace años, desde que el ministro de Finanzas Moshe Kahlon se tomó un descanso de la política después de un término como ministro del Likud, se ha hablado de la formación de un bloque de derechas alternativo que pudiera hacer caer a Netanyahu. Kahlon aparentemente disparó el arma; su Partido Kulanu recién formado participó en las siguientes elecciones en una plataforma sobre todo económica y sólo obtuvo 10 escaños en comparación con el Likud liderado por Netanyahu, con 30.
Y, por supuesto, tanto el nuevo socio de coalición Avigdor Liberman formó su partido Yisrael Beytenu como el ministro de Educación Naftali Bennett compitió para líder de Bait Yehudí como ex empleados descontentos de Netanyahu con mayor o menor éxito en diferentes elecciones, pero aún no se han convertido en verdaderos contendientes para la jefatura del gobierno.
Ahora, sin embargo, parece que varias figuras prominentes de la derecha han puesto a rodar los vagones.
Observando el discurso de dimisión de Moshe Yaalon como ministro de defensa y la rueda de prensa del ex-ministro de protección ambiental Avi Gabbay cuando anunció, también, que dejaba el gobierno, algunos temas se superponen, el más prominente de los cuales acusa a este gobierno de Netanyahu de extremismo y de suprimir el disenso.
Hay cierta ironía en esas afirmaciones, tanto si uno está de acuerdo con ellas como si no.
Yaalon dijo que el Likud no es el Likud que él conoce, aunque él no haya crecido en el partido; en los años que van desde que se postuló por primera vez en la lista del Likud, en 2009, el flanco de Moshe Feiglin de la derecha dura del partido – que él complacía en sus eventos – se estrelló, se quemó y se cerró.
Gabbay fue ministro en el Partido Kulanu, que ayudó a fundar. No tiene un sistema de primarias y está dirigido por un hombre, Kahlon, cuyos diputados nunca, nunca hablar en contra de él, aunque se puede asumir con certeza, ya que Kahlon es humano, que tenga defectos.
Independientemente de los hechos que socavan sus mensajes, se trata de mensajes que se están extendiendo entre otras figuras públicas de la derecha y alimentan rumores persistentes, e incluso las primeras conversaciones, en la esfera política de figuras de línea dura que también hacen hincapié en los valores liberales de larga data del Likud haciendo equipo, ya sea para “retomar” el Likud desde dentro, o para formar un nuevo partido opositor.
Eso es liberal en el sentido clásico, europeo, no en el americano, y significa, en términos muy amplios, libre mercado y derechos individuales.
El Likud fue fundado cuando un bloque conjunto del primer ministro eventual del Partido Herut Menachem Begin y el partido liberal se combinaron con otros partidos de derecha. Muchas personas que han abandonado el Likud decepcionados – como los ex ministros Dan Meridor o Michael Eitan – y algunos que todavía están ahí – MK Bennie Begin – lamentan la reducción del énfasis de los valores liberales.
El nombre que sigue apareciendo en este contexto es el ex ministro de educación y de interior Gedeón Saar, que ha salido No. 1 después de Netanyahu en múltiples primarias del Likud.
Él decidió tomarse un descanso de la política en 2014 después de que sus relaciones con el primer ministro se agriaran, diciendo que quería pasar más tiempo con su nueva familia. Recientemente el viernes, Saar señaló en Twitter que sigue pagando cuotas al Likud, sin embargo, es uno de los nombres al que los sondeos más a menudo sitúan como contrincante externo de Netanyahu.
Saar es amado en el Likud, como indican sus resultados en primarias, y sigue siéndolo para todos excepto para los mayores partidarios de Netanyahu y sus competidores dentro el partido, el más destacado el ministro de Seguridad pública Gilad Erdan.
Los números de las encuestas muestran, sin embargo, que tendrá que trabajar para difundir esa popularidad entre el gran público.
Otro nombre que aparece como posible candidato es el ex jefe de Estado Mayor, Gabi Ashkenazi. Sus comentarios la semana pasada en la Conferencia Anual del Jerusalem Post indican que todavía es bastante agresivo y que, tal vez, la suposición general en la esfera política de que iría al partido Trabajo puede no ser cierta.
Por supuesto, aunque el caso se cerró sin cargos, Ashkenazi está todavía fuertemente asociado al Asunto Harpaz, en el que se le acusó de conspirar para socavar de manera ilegal la elección del ministro de defensa, Ehud Barak, para sucederle.
Otro nombre posible en esta lista final podría ser el columnista Yoaz Hendel de Yediot Aharonot, otro ex empleado descontento de Netanyahu. Hendel es a menudo la única voz de la derecha en la revista de análisis del fin de semana de Yediot; aparece en la televisión con bastante frecuencia; y escribió un libro con éxito el año pasado. Una posibilidad más sorprendente de los partidos involucrados que ha flotado es el ex director del Consejo de Yesha Pinhas Wallerstein, quien últimamente ha hecho algunas declaraciones públicas de la política del lado de derecha-moderada.
Mientras tanto, en el aquí y ahora y no en el ámbito de rumores y conversaciones a puerta cerrada, Bennett aún continúa desafiando a Netanyahu sobre informes de inteligencia de los ministros del gabinete de seguridad. Ciertamente, Netanyahu no ha pasado esto por alto, cuando Bennett parece estar posicionándose como responsable número uno del ala derecha, en comparación con el primer ministro, que se sospecha pueda ser criticado sobre esta cuestión en el informe de la Contraloría sobre la Operación Margen Protector.
Esto nos lleva de nuevo a más rumores.
Durante años, desde dentro de Bait Yehudí se ha sospechado que Bennett finalmente abandonará el partido, que no será capaz de hacerlo primer ministro, y abandonará el barco pasando al Likud. ¿Podría estar hablando con alguno o todos los de la lista antes mencionada? Los expertos pueden llamar a Netanyahu “paranoico” todo lo que quieran, pero parece que tiene más que suficientes razones para estar controlando su espalda estos días.
Fuente: The Jerusalem Post – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico
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