STEPHEN M. FLATOW
Si los disturbios violentos no son “ataques terroristas”, entonces el uso de la fuerza de Israel se convierte en excesivo por definición.
SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – ¿Cuándo el terrorismo palestino contra los israelíes no cuenta como terrorismo? Cuando la administración Obama lo redefine con fines políticos.
La semana pasada se publicó el informe anual del Departamento de Estado sobre los derechos humanos en todo el mundo, incluía una denuncia sin precedentes de Israel.
Las fuerzas de seguridad israelíes son culpables del “uso excesivo de la fuerza” contra los árabes palestinos, según el Departamento de Estado. Obviamente, el Departamento de Estado tiene derecho a condenar las tácticas de seguridad de Israel si cree que esas tácticas son injustificadas. Ningún país, ni siquiera el más firme aliado de Estados Unidos, debe estar por encima de la crítica. Pero la administración no tiene derecho a redefinir algunos tipos de terrorismo palestino, con el fin de clasificarlos como no violencia, para calificar la respuesta de Israel como “excesiva”.
El Departamento de Estado no niega el principio de que los soldados israelíes están justificados cuando disparan a palestinos que les están atacando. Pero ahora está redefiniendo lo que constituye un “ataque”.
Como ejemplos de “fuerza excesiva”, el informe señala que durante el año pasado, hubo “numerosas” instancias de “la FSI (fuerzas de seguridad de Israel) de matanza de palestinos durante los disturbios, manifestaciones, en puestos de control, y durante operaciones de rutina …” Entonces, si un soldado israelí mata a un palestino “durante disturbios” o “manifestaciones”, automáticamente constituye “fuerza excesiva”, según el gobierno de Obama. En otras palabras, los “disturbios” y las “manifestaciones” no están en la categoría de acciones que podrían justificar una respuesta letal israelí.
Quien haya visto imágenes de “disturbios” y “manifestaciones” palestinos –el material está disponible gratuitamente en YouTube– sabe que por lo general consisten en turbas de palestinos lanzando cócteles molotov, ladrillos y piedras a los soldados israelíes. Si un cóctel molotov golpea a un soldado, prende fuego. Puede quemarlo hasta morir. Si un ladrillo o una piedra golpea a un soldado israelí en la cabeza, puede cegarlo o incluso matarlo. Al menos quince israelíes han sido asesinados por palestinos lanzadores de piedras en los últimos años.
Por cierto, los tribunales norteamericanos – y los periódicos norteamericanos – no tienen problema en reconocer que los lanzadores de piedras son asesinos potenciales. He escrito anteriormente sobre el caso de tres adolescentes que lanzaron piedras a los coches en Capital Beltway en Washington, DC, en 1990. Treinta conductores o pasajeros resultaron heridos, entre ellos una niña que sufrió daño cerebral irreversible. Los atacantes fueron condenados por “asalto con intento de asesinato” y condenados cada uno a 40 años de prisión. Un editorial en el Washington Post en el momento correcto preguntó, “¿Cuál es la diferencia entre ataque con arma mortal – un tiroteo – y ataque con piedras que golpean coches a velocidades potencialmente letales?”.
Entonces, ¿por qué el gobierno de Obama trata de redefinir a los alborotadores que lanzan cócteles Molotov, y manifestantes lanzadores de piedras como no-terroristas? Porque de lo contrario no tendría ninguna justificación para culpar a Israel, no habría manera de criticar a Israel, ninguna base para tratar de presionar a Israel a hacer más concesiones a los palestinos.
Toda la política de la administración hacia Israel y los palestinos se basa en la premisa de que los palestinos merecen un estado totalmente independiente en Judea y Samaria y en Gaza, lo más rápidamente posible.
La administración quiere que Israel haga más concesiones, y más retiradas, para acelerar el avance hacia la condición de Estado. Es por eso que no reconocerá que las turbas palestinas están involucradas en intentos de asesinato – porque admitir este hecho pondría en peligro toda la estrategia de la administración. Significaría reconocer que los palestinos son los agresores, que los israelíes son las víctimas, y por lo tanto que los palestinos son los que deben hacer concesiones, y no Israel. Se quitaría la justificación de la administración para presionar a Israel. Volcaría a la opinión pública estadounidense tan firmemente contra la Autoridad Palestina que el Congreso podría bloquear, o al menos reducir, los $ 500 millones de donación anual de Obama a la AP.
El intento de la administración de blanquear a los manifestantes palestinos no es sólo desconcertante. Es peligroso para Israel. Si la idea de que los alborotadores no son terroristas se convierte en la nueva norma, entonces cualquier soldado israelí que se atreva a defenderse contra un atacante con bomba incendiaria será declarado culpable de usar “fuerza excesiva”. Y se convertirá entonces en una justificación para condenar a Israel, presionarlo, practicar el boicot a Israel, y peor aún – todo con la bendición del gobierno de los Estados Unidos.
Fuente: Arutz Sheva – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico
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