La normalización de relaciones con Turquía, casi un hecho

BEN ARIEL
El vicecanciller de Turquía, que estaba a cargo de las negociaciones con Israel, fue reasignado como embajador en la ONU. No están claras las implicaciones de esta medida.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Feridun Sinirlioglu, vicecanciller de Turquía que estaba a cargo de las conversaciones de reconciliación entre Turquía e Israel en los últimos años, ha sido retirado de su cargo, informó Canal 2 Noticias el viernes.

De acuerdo con el informe, Sinirlioglu será nombrado Embajador de Turquía ante las Naciones Unidas. En el pasado sirvió como embajador de Turquía en Israel.

No está claro qué consecuencias, en su caso, tendrá su nuevo destino en las conversaciones en curso entre Israel y Turquía en un intento de renovar los vínculos que se cortaron después del incidente del Mavi Marmara 2010.

El editor de noticias internacionales de Canal 2 Noticias Arad Nir especuló que la medida podría ser un intento de Ankara de eliminar cualquier resto de funcionarios del gobierno del ex primer ministro Ahmet Davutoglu, que recientemente dejó el cargo tras una discusión con el presidente Recep Tayyip Erdogan.

Nir señaló que el acuerdo de normalización formulado por los equipos negociadores israelí y turco encabezado por Sinirlioglu fue presentado al primer ministro, Benjamín Netanyahu, de quien se espera que lo apruebe.

El incidente Marmara 2010, que llevó a cortar los lazos entre ambos países implicó a una flotilla turca tratando de romper el bloqueo naval a Gaza. Más tarde se encontró que la nave principal no transportaba mercancías humanitarias a pesar de sus reclamaciones, desobedeció la orden de dar la vuelta y llevó a que soldados de las FDI lo abordaran, allí fueron atacados y heridos por islamistas armados con cuchillos y barras de metal. Los soldados se vieron obligados a abrir fuego para defenderse, matando a diez.

«Israel asesino, fuera de Palestina». Miles de personas entonaban este y otros cánticos similares por las calles del centro de Estambul hace apenas unos días. Allí se congregaron para conmemorar el sexto aniversario del asalto israelí al Mavi Marmara.

Bajo presión del presidente Barack Obama, Netanyahu pidió disculpas a Turquía por el incidente, y el pasado mes de diciembre Israel habría aceptado pagar $ 20 millones en compensación a las familias de los islamistas.

Sin embargo, las conversaciones se estancaron por el control de Gaza – y después de los informes, Turquía exigió a Israel levantar sus restricciones a la importación y exportación en el reducto terrorista de Hamas.

El lunes, Netanyahu dijo a una delegación de congresistas de Estados Unidos de visita en Israel que el acuerdo sobre la reconciliación con Turquía está muy cerca.

Netanyahu se mostró muy optimista acerca de las relaciones con Turquía, repitiendo sus declaraciones sobre el asunto en tres ocasiones durante la reunión.

El jueves, el ministro de Vivienda Yoav Gallant (Kulanu) dijo que “Israel y Turquía se están acercando a un acuerdo”.
Los máximos mandatarios de ambas partes así se han manifestado; el último ha sido el ministro israelí de Energía Yuval Steinitz: «Yo diría que ya hemos terminado de negociar satisfactoriamente el 90% de los asuntos».

¿Pero por qué se produce este acercamiento justo ahora? En dos palabras: geopolítica y gas.

«En la región se han producido cambios políticos importantes que hacen que compartan intereses», afirma por teléfono Enes Bayrakli, investigador del «think tank» turco SETA y experto en política exterior del país. “Sobre todo debido a la implicación de Rusia, Irán y Hizbolah en la guerra de Siria y al aumento de la influencia de los dos últimos en toda la región”.

Turquía e Israel podrán tener mejor o peor relación, pero eso no quita que tengan enemigos en común. Esto, además, ha sucedido mientras Estados Unidos e Irán han alcanzado un pacto nuclear mediante el cual los antiguos persas dejan de estar aislados del mundo. «Turquía ve la oportunidad de aumentar su influencia regional arreglando los lazos con Israel», señala Nimrod Goren, fundador y director del Instituto Israelí para Políticas Exteriores.

El país euroasiático vio la oportunidad de convertirse en una potencia regional con la explosión de las Primaveras Árabes en 2011. El sistema turco, tildado de modelo ejemplar de democracia e islamismo, era alabado en Occidente.

Carteles en Ankara sobre el incidente del Mavi Marmara

No obstante, en pocos años Turquía se ha acabado enemistando con todos sus vecinos, al mismo tiempo que viraba hacia políticas más autoritarias dentro de su territorio. Fuentes cercanas al gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) creen que el reciente cambio de primer ministro es una oportunidad para cambiar el rumbo de la política Exterior turca. Las palabras de Binali Yildirim, nuevo líder del Gobierno, parecen apuntar en esa dirección al referirse al conflicto sirio como «una guerra sin sentido» y abogar por una acción exterior que cree «más amigos que enemigos».

La otra razón para el acuerdo se encuentra en las reservas de gas descubiertas por Israel en el Mediterráneo oriental. Pero para dar un uso adecuado a este recurso energético necesita lograr compradores y establecer una ruta de distribución. Turquía es el aliado perfecto para este menester, un país que tiene poca energía propia y que recientemente se ha complicado la vida al enemistarse con una de las grandes potencias en materia de reservas. “La posibilidad de que Israel exporte su gas natural a Turquía ha aumentado la motivación turca para lograr un acuerdo, especialmente dadas las tensiones entre Turquía y Rusia», apunta Goren.

No obstante, dadas los pocas simpatías que Israel levanta entre la sociedad turca, este asunto podría llegar a pasar factura al apoyo popular del presidente Recep Tayyip Erdogan y del AKP. Sobre todo cuando se acaba de nombrar ministro de Defensa israelí a Avigdor Lieberman, conocido por sus opiniones públicas en contra de los árabes y los musulmanes.

«Hay solo una parte de la opinión pública turca, algunos grupos, que están muy interesados en este asunto [el asalto del Mavi Marmara]», sostiene el analista turco Enes Bayrakli. «La mayoría de la sociedad, sí, cuando sucedió reaccionó y protestó, pero el tiempo ha pasado y ya no prestan tanta atención».

Ankara ha marcado tres líneas rojas para materializar el acuerdo: una disculpa, una compensación a las familias de las víctimas y el fin del bloqueo a Gaza. Las dos primeras no presentan problemas, al contrario que la tercera.
En este asunto los expertos creen que se conseguirá llegar a alguna solución intermedia que los dos países puedan firmar. En palabras de Bayrakli: «Tendrá que haber alguna fórmula sobre el acceso a Gaza en la que Turquía tenga un cierto tipo de acceso especial, porque si no es así va a ser muy difícil para el Gobierno turco venderlo a su opinión pública».

“Este acuerdo es esencial para la seguridad nacional de Israel, y tiene una importancia trascendental económica. Israel tiene muchos enemigos, no necesitamos más. Turquía es uno de los principales países musulmanes de la región junto con Egipto, Arabia Saudita e Irán”, agregó.

Fuente: Ynet y ABC (en español) – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico

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