Li Hertz, de madre mexicana, es soldado de combate en las Fuerzas de Defensa Israelíes

“Soy soldado en el batallón Caracal, y me encuentro en la frontera con Egipto. Me siento muy contenta porque es lo que siempre quise hacer”

ENLACE JUDÍO MÉXICO- Las FDI se enorgullece de ser una institución en la cual no hay limitaciones de género. En el año 2004, el ejército israelí continuó innovando y estableció una unidad de infantería de género mixto: el Batallón Caracal. Los soldados de ambos sexos entrenan y sirven juntos en la frontera entre Israel y Egipto.

La base de entrenamiento del Batallón Caracal se encuentra en el desierto del Negev, al sur de Israel. Después de siete meses y tres semanas de entrenamiento, los reclutas del batallón se enfrentan a otros 7 días y 21 kilómetros de una marcha final antes de poder llamarse soldados de combate.

Li Hertz Shapira, soldado de combate del FDI, cuya madre es mexicana, cuenta su experiencia como soldado combatiente. Li nació en Israel pero ha vivido en varios países, entre ellos Ecuador, Colombia, México y Argentina.

Enlace Judío – ¿Qué nos puedes decir sobre ISIS en el Sinai?

Li Hertz Shapira – Se encuentran ahí, pero para eso nos entrenan y trabajamos duro. Si algún día llega a haber peligro, sabemos cómo enfrentarlo. Por ahora está todo tranquilo.

EJ – ¿Cómo te sientes como mujer en el ejército?

LHS – Me siento muy contenta porque es lo que siempre quise hacer y me reciben muy bien. En el batallón hay varias mujeres.

Las mujeres somos aptas para muchas cosas. En el batallón donde yo estoy en general hay menos combatientes mujeres. La mayoría de ellas se encuentran en trabajo de oficina o de inteligencia.

Yo sí soy combatiente, porque siempre quise hacer esto, siento que así puedo dar y estoy dando lo mejor de mí. Siento que protejo a mi casa, mi familia y a todo Israel.

EJ-¿Cuáles son tus sentimientos hacia Israel?

LHS – Amo a Israel, siempre que piso Israel siento una sensación de casa, pertenezco acá. Estoy orgullosa de mi país.

EJ -¿Has estado en combate?

LHS – Todavía no termino mi entrenamiento, a fines de este mes sabré. Por ahora todo tranquilo.

EJ – ¿Tienes algún mensaje para México?

LHS – Los que quieran hacer aliá, bienvenidos: éste es un país maravilloso. Si quieren estar en el ejercito, son recibidos con mucho cariño, porque no todo el mundo que llega lo hace. Es importante que se mantengan informados y al tanto de lo que ocurre en Israel.

EJ-¿Hay latinos en tu batallón?

LHS – Un venezolano, una de Costa Rica y uno de Chile. Hay soldados mexicanos en batallones más grandes, como Golani y Givati. Las mujeres se encuentran más en idiomas o inteligencia.

EJ – Cuéntanos sobre la ceremonia de entrega de armas a los soldados

LHS – La ceremonia fue en mi base, y fue una de las ceremonias más emocionantes que he tenido: ya era parte de esta gran familia que es el ejército, una institución poderosa en Israel. Sentí un orgullo inmenso y fue más especial el momento porque mi familia se encontraba conmigo.

EJ -¿Alguna anécdota que quisieras compartir?

LHS – La primera vez que salí con arma a la calle, me di cuenta cómo la gente me miraba con respeto y gratitud. Fue la primera vez que sentí que estoy donde tengo que estar.