En Orlando, un terrorista entró en una discoteca y asesinó a casi 50 seres humanos. Hijos e hijas, hermanos y hermanas fueron asesinados a sangre fría.
Ellos no hicieron nada malo. Estaban bailando con sus amigos y se encontraban disfrutando de la música con sus seres queridos.
¿Por qué el terrorista los asesinó?
Debido a que fue impulsado por odio fanático.
Su objetivo era la comunidad LGBT, porque creía que eran malvados.
Ahora bien, el asesino no está solo.
Regímenes y organizaciones terroristas en todo el mundo persiguen implacablemente a la comunidad LGBT.
En Siria, ISIS lanza homosexuales de los techos.
En Irán, el régimen cuelga homosexuales de grúas.
Demasiadas personas han permanecido en silencio ante esta terrible persecución.
La balacera de esta semana no fue sólo un ataque contra la comunidad LGBT. Fue un ataque contra todos nosotros, contra nuestros valores comunes de libertad, diversidad y libre elección.
El terrorismo radical islámico no hace ninguna distinción entre los distintos tipos de “infieles”.
Esta semana fueron homosexuales en Orlando. Unos días antes se trató de judíos en Tel Aviv. Antes su objetivo fueron fans de la música en París; viajeros en Bruselas; yazidís en Irak; trabajadores comunitarios en San Bernardino; cristianos y periodistas en Siria.
Todos somos probables objetivos.
Nosotros creemos que todas las personas son creadas a imagen y semejanza de Dios.
ISIS, por el contrario, cree que todas las personas que no son como ellos merecen morir.
No vamos a ser sometidos por el terror.
Vamos a luchar. Y vamos a triunfar.
Hoy les pido apoyo para la comunidad LGBT. Ofrézcanles consuelo.
Díganles que están a su lado, que son uno con ellos. Y que siempre recordaremos a las víctimas.
Díganles que nunca estarán solos, que todos somos una familia que merece dignidad y que merece la vida.
No tengo ninguna duda de que los que tratan de propagar el odio y el miedo serán vencidos.
Si trabajamos juntos, los derrotaremos aún más rápido.
Tenemos que estar unidos y firmes en la seguridad de que todas las personas, independientemente de su orientación sexual, independientemente de su raza, independientemente de su origen étnico, todas las personas merecen respeto y merecen dignidad.
Fuente: Facebook de Benjamin Netanyahu