El presidente israelí se dirigió al Parlamento Europeo y habló del anhelo de paz de Israel, al tiempo que condena la participación internacional por la participación en sí que no toma en cuenta ciertas realidades y hechos históricos.
SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – El Presidente Reuven Rivlin pronunció un discurso especial ante el pleno del Parlamento Europeo el miércoles. Habló de la actitud europea hacia Israel, rechazó la iniciativa de paz francesa, y habló del proceso de paz con los palestinos.
El discurso de Rivlin se produce un día antes del referéndum del Reino Unido en un potencial Brexit y tras una conferencia de paz recientemente en París que no incluía a Israel. Fue recibido a su llegada por el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, y los dos de pie escucharon los himnos israelí y europeo.
Actitudes europeas hacia Israel
Rivlin comenzó su discurso haciendo hincapié en la importancia histórica, y la fuerza moderna de la relación de Israel con Europa y comentó sus valores compartidos, “Libertad, igualdad, justicia, pluralismo y tolerancia religiosa, democracia, son los principios básicos consignados en la Declaración de Independencia de Israel. Y son los valores constitutivos de la Unión Europea”.
El presidente señaló sin embargo que había una creciente frustración por que las preocupaciones centrales de Israel no eran apreciadas, “Igual que vosotros, Israel enfrenta retos difíciles y complejos. Pero, a diferencia de Europa, que se embarcó en un proceso de eliminación de particiones entre naciones y estados, Israel desea, y de hecho debe, ser ante todo un hogar nacional, un refugio seguro para el pueblo judío”.
Señaló, “El Estado de Israel no es de ninguna manera una compensación por el Holocausto, pero el Holocausto se ha postulado como principio básico de la necesidad y vitalidad del retorno del pueblo judío a la historia, como una nación que toma su destino en sus propias manos”.
El presidente destacó: “Creo que la crítica masiva dirigida a Israel en Europa es fruto de, entre otras cosas, un malentendido y una impaciencia hacia esta necesidad existencial de la nación judía y el Estado de Israel. Por otro lado, y a mi pesar, Israel tiene una creciente sensación de impaciencia (cuando se trata de Europa). Hay quienes sienten ira y frustración hacia ciertas acciones europeas, respecto a lo que perciben como críticas a veces injustas, a veces incluso contaminadas por elementos de condescendencia, y algunos incluso dirían doble estándar”.
Se volvió a los representantes de las naciones europeas y les pidió considerar con paciencia las preocupaciones de Israel, y respetar la democracia y la soberanía de Israel. Dijo: “Amigos europeos, no podemos estar de acuerdo en todo. Pero como amigos y verdaderos aliados, les hago un llamamiento y les pido, seamos pacientes. Por favor, respeten las consideraciones israelíes, incluso cuando sean diferentes a las suyas. Respeten la soberanía israelí, y el proceso democrático de su toma de decisiones. Respeten el compromiso firme de Israel, de hecho, su principal deber de proteger a sus ciudadanos. Para nosotros es el mandamiento más sagrado de todos”.
Proceso de paz
El presidente volvió su atención a la necesidad de encontrar una solución al conflicto entre Israel y los palestinos. Habló de la importancia de construir confianza entre las partes con el fin de crear las condiciones adecuadas para un acuerdo, y del importante papel que Europa podría desempeñar en este proceso vital.
Hablando de la voluntad de Israel para llegar a una solución, dijo el presidente, “Damas y caballeros, estoy aquí hoy y digo de forma inequívoca: desde 1993, cuando se firmaron los Acuerdos de Oslo, los líderes israelíes elegidos han estado, y están – a favor de la solución de “dos estados para dos pueblos”. Además, estando bien versado en el Parlamento israelí, sé que cualquier acuerdo político llevado ante el Parlamento israelí por un gobierno elegido será aprobado”.
Luego pasó a la tensión que “con toda la dificultad y el dolor que conllevan, hay que mirar la realidad directamente a los ojos y decir la verdad. En la actualidad las condiciones prácticas, las circunstancias políticas y regionales, lo que nos permitirá llegar a un acuerdo permanente entre nosotros-los israelíes y los palestinos – no se están materializando”.
El presidente entonces expuso lo que veía como obstáculos para el progreso. Dijo: “En primer lugar, con el fin de lograr un acuerdo permanente completo, se requiere un liderazgo efectivo. Sin embargo, la dirección palestina hoy se divide en al menos dos”, y señaló que “Hamas, que gobierna Gaza, está comprometido ideológicamente – tanto en su liderazgo político como militar con la aniquilación de Israel”.
Y continuó: “En segundo lugar, con el fin de lograr un acuerdo estable y viable, se requiere una infraestructura regional y económica razonable. Pero vivimos en una realidad donde la plaga del fundamentalismo yihadista asesino, el fanatismo religioso y la incitación … Israel está dedicando, y continuará haciéndolo, grandes esfuerzos, más que cualquier otro actor en la región, incluso a costa de asumir riesgos de seguridad, pero la intervención israelí sola no basta”.
Por encima de todo, la falta de confianza entre las partes es un serio obstáculo. “El rasgo más fundamental de las relaciones entre israelíes y palestinos hoy, es, a mi profundo pesar, una falta total de confianza entre las partes en todos los niveles. Entre los dirigentes y los pueblos”.
La participación internacional
El presidente habló sobre el fracaso repetido del enfoque de la comunidad internacional, y la necesidad de aplicar un nuevo paradigma. Dijo: “Me temo que desde hace años la comunidad internacional ha estado actuando como mediadora entre las partes basada en un paradigma inflexible, esforzándose para renovar las negociaciones hacia un acuerdo permanente. Este paradigma llega a su dicotomía: “Dos estados o un estado bi-nacional”, “Todo o nada”, “Aquí y ahora” o “nunca más”.
“Es por cierto en virtud de ese mismo paradigma que varios estados europeos se opusieron al acuerdo de paz entre Israel y Egipto, alegando que no proporcionaba una solución para el conflicto palestino-israelí. De haber sido aceptado este concepto entonces, imaginen dónde estaríamos hoy. Este paradigma se basa en la suposición de que el problema que es el quid de la cuestión en este conflicto sangriento y doloroso es simplemente la falta de buena fe por ambas partes, y que si tan sólo ejercen presión sobre “ellos”, sobre “nosotros”, se adherirán a un acuerdo permanente y un estado de paz”.
“Sin embargo, conforme pasan los años y las rondas de negociaciones fracasan una tras otra, arrastrando en su estela olas de violencia asesina y terror, parece que esta suposición de “falta de buena voluntad” no sólo demuestra ser fundamentalmente errónea, sino que hace caso omiso de las circunstancias, las capacidades y la situación actual sobre el terreno, que por definición conducirían al fracaso de cualquier intento de negociar un acuerdo permanente”.
Dijo emocionalmente, “Hablo hoy ante ustedes en nombre de los ciudadanos de Israel, abuelos y abuelas, padres y madres, enfermos y cansados de este círculo vicioso con sangre, que absorbe la sangre de nuestros seres queridos, la sangre de nuestros hijos e hijas. Hablo ante vosotros en nombre de estos hombres y mujeres jóvenes que desean vivir en su país, y no morir en su patria. Hablo hoy en nombre de una nación que aborrece la guerra y desea la vida y la paz. Y debo decir, no se puede esperar alcanzar mejores resultados, mientras se recurre a las mismas perspectivas y herramientas que han fallado una y otra vez con anterioridad”.
Iniciativa francesa
El presidente habló de la última iniciativa francesa adoptada por los responsables políticos de la UE. Dijo: “La iniciativa francesa adolece de esos fallos fundamentales. El intento de volver a las negociaciones por las negociaciones en sí”, no sólo no nos acercan a la solución largamente esperada, sino que nos arrastran más lejos de ella”.
Subrayó, “Si la comunidad internacional realmente desea y aspira a ser un actor constructivo, tiene que desviar sus esfuerzos de reanudar las negociaciones per se’, y construir confianza entre las partes, y crear las condiciones necesarias para el éxito de las negociaciones en el futuro. En las circunstancias actuales, es necesario que todos nos preguntemos: “¿Qué se puede hacer hoy?” en lugar de: “¿Qué no se puede hacer?”
Y continuó: “Y se pueden hacer cosas. Esta misión de crear las condiciones para un acuerdo futuro, la creación de una infraestructura para la confianza, y por una vida digna para ambos pueblos, exige de nosotros hoy, la comunidad internacional e Israel por igual, invertir enormes esfuerzos en cuatro vías principales”.
El presidente expuso las iniciativas que se debían perseguir para traer progreso. Llamó a cooperar con las potencias regionales moderadas, desarrollar la economía palestina, invertir en empresas conjuntas, y mejorar la educación para la paz.
El presidente reiteró el aprecio del deseo de Europa de poner fin al conflicto de Israel, pero señaló: “Si Europa está interesada en servir como factor constructivo en la lucha por un futuro acuerdo, corresponderá a ustedes, sus líderes, centrar los esfuerzos esta vez en construir una paciente y metódica confianza no a través de desinversiones, sino a través de inversiones. No con boicots, sino con la cooperación”.
Fuente: Ynetnews – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico
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