ARIEL BEN SOLOMON
Experto en Siria yihadista: El proyecto del Estado Islámico de construir una estructura estatal es un fracaso, lo que podría llevar a sus miembros a regresar a al-Qaida
SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – “Los Estados del Golfo se están volviendo gradualmente nucleares” y es probable que Arabia Saudita desarrolle su programa nuclear a nivel de Irán, dijo el martes Yoel Guzansky, ex funcionario israelí en el Consejo Nacional de Seguridad en la Oficina del Primer Ministro e investigador en el INSS (Instituto Nacional de Estudios de Seguridad, por sus siglas en inglés).
Guzansky fue uno de los muchos máximos expertos internacionales en Arabia Saudita y el Golfo que hablaron durante el primer día de una conferencia de dos días en el Centro Begin-Sadat de la Universidad Bar-Ilan de Estudios Estratégicos (Centro BESA).
Argumentó que el acuerdo nuclear iraní establece un precedente por el que EE.UU. llegaría a acuerdos con cada país por separado. Guzansky también dijo que, sobre todo debido a la amenaza de Irán, Arabia Saudita probablemente acelerará su programa como parte de una estrategia de cobertura.
El acuerdo nuclear entre Irán y las potencias mundiales “compra a los saudíes una década para rearmarse sin romper compromisos de no proliferación”, dijo, señalando que existen planes en obras para 16 plantas como parte de un programa civil. Sin embargo, la caída de los precios del petróleo probablemente afecte el ritmo de estos planes, añadió.
La energía nuclear es atractiva para los saudíes ya que proporcionaría energía más barata a largo plazo, pero en realidad está siendo utilizada “como excusa para un programa nuclear”, dijo Guzansky.
Ha habido una erosión en la confianza de algunos actores regionales dado que el “Golfo teme un giro de Estados Unidos hacia Asia”, pero “el mayor temor es un iro respecto a Irán”, dijo.
Hay motivos ideológicos y estratégicos para que Arabia Saudita se vuelva nuclear, continuó Guzansky.
“El acuerdo nuclear puede establecer un estándar preocupante en la región y una cascada de estados de umbral nuclear”, advirtió, agregando que es difícil disuadir a los países de perseguir lo que Irán recibió en su acuerdo nuclear.
“Los saudíes están entrando en pánico”, y a medida que Irán se refuerza, están “preparando planes de contingencia”, ha aseverado, llamándolo un “movimiento lento en la carrera de las armas nucleares”.
Preguntado si los saudíes tienen capacidad técnica para un programa nuclear, respondió que los saudíes tienen un pequeño grupo de científicos, algunos de los cuales estudian en EE.UU., pero también tienen acuerdos con Egipto, que tiene un buen número de científicos. Los pakistaníes son otra opción para la adquisición de know-how (conocimientos). Emiratos Árabes Unidos tampoco tienen científicos, pero los surcoreanos están construyendo una planta nuclear allí.
El Prof. Joshua Teitelbaum, experto en Arabia Saudita y Medio Oriente moderno del Centro BESA, describe cómo la comunidad chiíta minoritaria en Arabia Saudita “hizo todo lo posible” en persistentes protestas después del estallido de los levantamientos de la “primavera árabe”.
Estas protestas fueron en gran medida en solidaridad con sus hermanos chiíes en la vecina Bahrein, donde Arabia Saudí y EAU enviaron fuerzas en 2011 para ayudar a lidiar con las protestas.
“Los saudíes ven a Bahrein como EE.UU. a Puerto Rico”, señaló Teitelbaum, diciendo que la anexión de Bahréin por los saudíes podría ser sondeada en el futuro si se desarrollara una crisis de seguridad.
“Los saudíes se sienten amenazados por Irán y los chiíes locales están sintiendo el peso de eso”, dijo, señalando que la ejecución del país del clérigo chií Nimr al-Nimr en enero “es una señal para Irán”.
Mientras los saudíes se sientan amenazados interna y externamente, continuó Teitelbaum, “los chiítas seguirán pagando el precio de ser el último marginado”.
Aymenn Jawad al-Tamimi, un compañero en el Foro de Medio Oriente que sigue de cerca los grupos islámicos de oposición en Siria e Irak, dijo que el proyecto del Estado Islámico de construir una estructura estatal es un fracaso, lo que podría llevar a sus miembros a regresar a al Qaeda.
Tamimi mostró un documento de un disidente del Estado Islámico que argumentó que el grupo no debería dar a conocer los votos de lealtad de lejanas “provincias” en lugares como Yemen o Arabia Saudita, debido a las difíciles circunstancias locales que impiden su crecimiento.
“El problema está proyectando credibilidad en la gobernabilidad que se está desarrollando”, algo que no existe en Yemen y Arabia Saudita.
Guido Steinberg, del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad, dijo que al-Qaida puede estar teniendo dificultades de reclutamiento ya que más del 80 por ciento de los que se unen al Estado islámico son extranjeros. Para los jóvenes, “Al Qaeda es una fuerza desgastada”, argumentó.
Fuente: The Jerusalem Post – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico
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