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jueves 21 de noviembre de 2024

“Cómo logré evitar que mi padre me sometiera a una mutilación genital”

“Zara” se ha convertido en la primera persona en Reino Unido que recibe un mandato judicial para protegerla tanto de un matrimonio forzado como de una mutilación genital.

BBC MUNDO

La impactante historia de esta joven que vive en West Midlands, en el centro de Inglaterra, pone de relieve las presiones religiosas, culturales y sociales que deben enfrentar las mujeres de algunas comunidades del país.

“Yo tenía 17 años cuando la familia de mi padre en el sur de Asia comenzó a decirle que yo ya debería estar pensando en casarme”, explica Zara, cuyo nombre hemos cambiado para proteger su identidad.

“Ese mismo año surgió una propuesta de matrimonio arreglado. Yo estuve de acuerdo en que el hombre era una pareja adecuada y comenzamos a hablar en internet”.

“Fijamos una fecha para la boda cuando de pronto ésta fue cancelada”.

Zara descubrió posteriormente que la razón había sido que ella no se había sometido a una ablación del clítoris, más conocida como mutilación genital femenina (MGF).

Entre las “voces tradicionales” dentro de la comunidad de su padre, explica Zara, la MGF a menudo es vista como algo esperado, y por no haberse sometido a ella la joven fue catalogada como “no respetable, no musulmana”.

Su padre comenzó a recibir amenazas, incluso de sus parientes, que decían que él “no estaba cumpliendo con su trabajo como padre” al permitirle no someterse a la operación.

Presión

Esta presión aumentó con el paso del tiempo, y otros matrimonios potenciales fracasaron por la misma razón.

El temor de tener que someterse a una MGF condujo a que Zara desarrollara problemas de salud mental.

“Llegó un momento en que dejé de comer. No tenía esperanza en mi futuro. Me desmayaba a menudo”, cuenta.

“Mi ansiedad estaba al máximo. No podía estar quieta, temblaba, me tropezaba”.

Para entonces, la continua conversación sobre MGF dentro de la familia condujo a que Zara considerara a la circuncisión como algo “normal” y ella pensó que no le quedaba más opción que someterse a ella si es que deseaba casarse.

Entonces, Zara hizo una cita para discutir la MGF con su médico familiar a principios de este año y rápidamente se le dijo que ese proceso era ilegal.

La policía Jody Edwards solicitó órdenes de protección a nombre de Zara.

Se le aconsejó que contactara a una sociedad de protección infantil, la que a su vez la refirió a la policía regional.

Zara les informó que creía que estaba en riesgo inminente de que su padre la obligara a una matrimonio forzado yque la podían llevar al exterior para someterla a una MGF.

La policía les asignó el caso de Zara a dos agentes.

Una de ellos, la mujer policía Jody Edwards, solicitó a un tribunal civil una orden de protección conjunta contra el matrimonio forzado y contra la MGF, a nombre de Zara, para asegurarse de que estaría a salvo.

Era la primera vez que se hacía algo semejante en Reino Unido.

El padre de Zara fue interrogado por los alegatos de MGF y matrimonio forzado, aunque no fue acusado de ningún delito.

Edwards también le ofreció apoyo emocional a Zara.

“Cada día yo la llamaba por teléfono, para ver cómo iban las cosas y para informarle sobre la situación, ofreciéndole apoyo constante… diciéndole que podíamos evitar que ocurriera la MGF”, explica la policía.

“Zara pensó que tendría que presentarse ante la corte (y testificar contra su padre). Pero cuando le expliqué que yo me encargaría de eso, que yo presentaría toda la información al tribunal n su nombre, eso marcó una gran diferencia”.

Mutilación genital femenina

Incluye “el retiro parcial o total de los genitales femeninos externos u otras lesiones en los órganos genitales femenino por razones no médicas”.

Se practica en 29 países en África y en algunos países de Asia y Medio Oriente.

Se calcula que tres millones de niñas y mujeres en el mundo están en riesgo cada año. Se cree que unas 125 millones de víctimas viven con las consecuencias de una MGF

Comúnmente se lleva a cabo en niñas pequeñas, a menudo entre la infancia y los 15 años.

A menudo está motivada por creencias sobre lo que se considera conducta sexual apropiada, para preparar a la niña o mujer para la adultez y el matrimonio y asegurar “una feminidad pura”

Los riesgos incluyen hemorragia severa, problemas para orinar, infecciones, infertilidad, mayor riesgo de complicaciones durante el parto y muerte del neonato

Unas dos semanas después de la solicitud se otorgaron las órdenes de protección.

Esto aseguró que podían tomarse medidas prácticas para proteger a Zara, como el retiro de su pasaporte para que no pudieran llevarla al exterior para una MGF.

Zara asegura que se obligó a su padre a cambiar su número de teléfono y correo electrónico para evitar el contacto con quienes podrían influir en sus opiniones sobre la ablación genital.

Las órdenes de protección contra la MGF existen en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte desde julio pasado. Desde 2015 se han otorgado 32,según cifras del Ministerio de Justicia.

Ha habido críticas por los números tan bajos, y el Centro Nacional de MGF está pidiendo a los profesionales que estén en contacto con niñas y mujeres en riesgo que sean “valientes” y utilicen el recurso legal.

Las órdenes de protección contra matrimonio forzado han existido desde 2007 en Reino Unido y el año pasado se otorgaron 217.

“Enorme tensión”

Con el paso del tiempo, y con la aprobación de Zara, la policía continuó trabajando con su padre para explicarle que en Reino Unido es ilegal forzar a alguien a un matrimonio o a una MGF.

Desde 2015 se han otorgado 32 órdenes de protección contra la mutilación genital femenina en Reino Unido.

Zara asegura que el proceso está funcionando y continúa viviendo en su casa con su padre.

“Ha sido muy extraño pero sé que hice lo correcto”, dice.

“Ha causado una enorme tensión en mi familia, pero vamos a tratar de seguir adelante. Es una enorme conmoción (para mi padre)”.

“También he estado en terapia. Ahora estoy estudiando, pero sufro ansiedad severa”.

Pero Zara afirma, con una sonrisa en su rostro, que “se siente segura, como si tuviera una nueva vida”.

La joven espera que su historia estimule a otros a ir a la policía y a incrementar la concientización.

“Quiero que la gente sepa que la MGF no es sólo sobre África. Está ocurriendo en todas partes y la presión sobre la gente está presente”.

 

Fuente:cciu.org.uy

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