ROBERT PAPE- WALKER GUNNING
Usar los métodos de Hollywood para hacer que los jóvenes occidentales piensen que están protagonizando un “Viaje del Héroe.”
La transcripción de la llamada telefónica de Omar Mateen al 911 durante el tiroteo en el club nocturno de Orlando pinta a un hombre en una misión inquebrantable de terror en el nombre del Estado Islámico, o ISIS. Aunque el llamado es un recordatorio escalofriante del acto horrible de Mateen, no es la única ventana que tenemos en la mente del asesino. Igualmente desconcertantes son las selfies que han surgido mostrando a Mateen en poses más comunes de un adolescente narcisista que de un agente del ISIS.
¿Cómo procesamos ver al perpetrador del tiroteo masivo más letal en la historia de Estados Unidos acicalándose en una remera del Departamento de Policía de New York, o sonriendo a la cámara, sin camisa? ¿Cuál es la verdadera imagen de Mateen, la rata de gimnasio obsesionada por la imagen o el asesino de ojos inexpresivos?
La respuesta es ambas, y juntas resuelven un rompecabezas que confunde a los expertos en terror: ¿Por qué el ISIS es tan exitoso en reclutar occidentales?
El grupo terrorista ha pasado de las viejas tácticas de reclutamiento de grupos tales como al Qaeda, que buscaban conectarse con los musulmanes profundamente observantes. En su lugar, el ISIS está buscando un nuevo tipo de recluta, uno que pasa tanto tiempo en el múltiplex como en la mezquita.
Un estudio reciente por parte de uno de los autores de este artículo, Robert Pape, y Dana Rovang del Proyecto Chicago sobre Seguridad y Terrorismo (CPOST) muestra que el núcleo de la estrategia del ISIS es una apelación al sentido del ego del individuo—no su deber con la comunidad. El ISIS cuenta a sus reclutas que serán reconocidos en formas en que nunca antes lo fueron. Sus talentos especiales finalmente serán advertidos, y luchar y morir por el ISIS los convertirá en héroes. El enfoque permite a los hombres enojados con egos sobredimensionados identificarse con el grupo, y finalmente utilizar el kit de herramientas del ISIS para llevar a cabo sus propias agendas violentas.
Mateen se ajustaba a la perfección. Él era un hombre en sus veintitantos largos con una conexión con el Medio Oriente pero no necesariamente Siria o Irak donde el ISIS es más fuerte; musulmán practicante, quien no siempre fue especialmente devoto. Estas características no hacen un valor atípico a Mateen, lo hacen la norma.
Un examen por parte del CPOST de estadounidenses acusados de crímenes relacionados con el ISIS desde marzo del 2014 a diciembre del 2015 revela que casi un cuarto de los acusados fueron convertidos recientemente al Islam. Un 23% adicional no se identificó como especialmente religioso, mientras que al menos el 70% no tenía ninguna asociación personal con Irak o Siria.
¿Cómo se hace sentir a estos reclutas que ellos pertenecen al ISIS? La respuesta radica en la operación compleja y prolífica de vídeos del grupo.
Aunque muchos vídeos del ISIS no se elevan por encima de simples películas del campo de batalla, las producciones de gama superior, hechas por el Centro de Medios al-Hayat del grupo son brillantes guiones cuidadosamente diseñados para reclutar occidentales. Uno de los vídeos más prominentes—“Al-Ghuraba (El Extranjero): Los Pocos Elegidos de Diferentes Tierras”—sigue una técnica popular de escritura de guiones de 12 pasos llamada el “Viaje del Héroe,” formulada por primera vez por un ejecutivo de Disney y conocida para cualquier fanático de “Star Wars.” Después de que el protagonista de la película, André Poulin, decide renunciar a una vida idílica en Canadá para seguir el llamado de la aventura, el vídeo rastrea su viaje mientras llega a Siria, toma el nombre de Abu Muslim, se une al ISIS, y muere combatiendo para el grupo.
El vídeo termina con una toma enfocada suavemente de Poulin hablando, como si fuera desde más allá de la tumba. Él está calmado, confiado y satisfecho con su elección, instando a otros a prestar atención al llamado.
Propaganda como esta está lejos de los vídeos de mártires producidos por grupos terroristas en el pasado. Los vídeos de al Qaeda, más conocidos por mostrar a Osama bin Laden o Ayman al Zawahiri parados frente a un fondo estático y mirando directamente a la cámara, utilizaban un marco explícitamente islámico para atraer a los reclutas.
Un masivo golfo separa las campañas de reclutamiento del ISIS de este viejo estilo, pero las técnicas occidentales para combatirlas no han sido alcanzadas. En una campaña altamente publicitada, el Departamento de Estado produjo una serie de vídeos y mensajes en los medios sociales titulados “Piensa nuevamente, da la vuelta.” La campaña que buscó pintar al ISIS como no islámico, fue fenomenalmente infructuosa. Ridiculizada ampliamente por dar sin querer una plataforma mayor al ISIS, su dependencia de la lógica de mensajes de al Qaeda estuvo detrás de los tiempos.
Para ponerse al día, Estados Unidos y sus aliados tienen que combatir al ISIS en sus propios términos. Eso significa exponer las técnicas del ISIS y revelar que los combatientes occidentales no son libertadores sino ocupantes y asesinos extranjeros. Tenemos que golpear al ISIS donde le duele—su identidad cuidadosamente curada. Para perforar esa mística, tenemos que contar las historias previas de sus alabados combatientes extranjeros.
Debemos publicitar, en inglés, francés, árabe y otros idiomas, que los “héroes” occidentales del ISIS eran delincuentes de poca monta en sus países de origen y fueron a Siria e Irak a buscar emociones fuertes para su propio beneficio.
Aquellos como Omar Mateen, que matan a inocentes en su país natal, deben ser descritos como extraños perturbados alimentados por un credo distorsionado. La publicación de selfies por parte de Mateen, o su revisión para ver si su alboroto estaba siendo tendencia en Facebook, revelan el “viaje” del recluta del ISIS como lo que fue: una búsqueda narcisista y demencial. En tanto el ISIS pueda convencer a los reclutas que sus muertes llevarán a la gloria individual, otros recorrerán el mismo camino.
Robert Pape es profesor de ciencia política en la Universidad de Chicago y el director fundador del Proyecto Chicago sobre Seguridad y Terrorismo, donde Walker Gunning es el director ejecutivo.
Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México
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