JUDITH BERGMAN
Sobre el papel, el sufrimiento de los biafreños –cuyo Estado, que se encuentra en lo que hoy es el sudeste de Nigeria, duró solo tres años (1967-1970), hasta que las autoridades acabaron con él llevando a cabo un genocidio contra ellos– debería resultar para la comunidad internacional claro como el agua.
Los periodistas, activistas pro derechos humanos y guerreros de la justicia social de los campus de todo Occidente, y organizaciones como Naciones Unidas y la Unión Europea, pueden presumiblemente afirmar su profunda preocupación por los derechos humanos, especialmente de quienes han sido alguna vez colonizados por los europeos.
Biafra constituye un caso de libro sobre la colonización británica. La breve existencia del país se vio interrumpida por el genocidio cometido por el Gobierno nigeriano, que aplastó todas las esperanzas de independencia y autodeterminación. Hoy, a los biafreños se les niegan los derechos fundamentales de reunión y libertad de expresión, derechos garantizados por la Constitución nigeriana. El Gobierno nigeriano sigue oprimiendo sanguinariamente a los biafreños y su movimiento por la libertad de soberanía.
La comunidad internacional, con la ONU a la cabeza, que predica el evangelio de los derechos humanos y la autodeterminación, ignora sistemáticamente sus aspiraciones nacionales.
Los territorios que conforman la Nigeria actual se convirtieron con la ocupación colonial en protectorados británicos en torno a 1903. Nigeria es básicamente un constructo artificial, creado como colonia por Gran Bretaña en 1914, cuando fusionó los protectorados. El país se compone de diferentes pueblos nativos africanos, entre ellos el biafreño, donde predomina la etnia igbo.
Después de que se declarara la independencia de Nigeria de Gran Bretaña en 1960, Biafra se secesionó de Nigeria, y en 1967 proclamó su propio Estado. El Gobierno nigeriano se negó a aceptar la secesión y respondió declarándole la guerra a Biafra. El ataque incluyó un bloqueo del naciente Estado, y dio lugar al asesinato de más de dos millones de biafreños, de los cuales muchos eran niños que murieron de hambre a causa del bloqueo.
Los biafreños, que veían cómo se disolvía su joven Estado, se rindieron a Nigeria en enero de 1970. Tal vez se dieron cuenta de que al haber sido abandonados por el mundo su causa no tenía ningún futuro.
A diferencia de otros en aquel entonces, como la Organización por la Liberación de Palestina (OLP), los biafreños no secuestraron o bombardearon aviones, ni tomaron rehenes ni llevaron a cabo otras formas de ataques terroristas contra civiles inocentes para promover su causa. La comunidad internacional responde sumisamente al terrorismo. Mientras que la OLP se ha convertido ahora en la Autoridad Palestina (AP) y está entre los mayores receptores per cápita de ayuda extranjera, con una plétora de “activistas pro derechos humanos” que defienden su causa (así como un organismo de la ONU, UNRWA, exclusivamente para los palestinos), sería difícil encontrar a un diplomático en la ONU que sepa siquiera pronunciar “Biafra”.
La pregunta que viene inevitablemente a la cabeza es por qué la comunidad de creadores de opinión y defensores de los derechos humanos, aparentemente antirracistas y favorables a la autodeterminación, no tienen ni voluntad política ni fondos para gastar en los biafreños.
Aunque el genocidio terminó efectivamente con la independencia biafreña, una nueva generación de biafreños está ahora presionando pacíficamente para volver a una Biafra independiente. En un ejemplo de hipocresía extrema, Mohamed Buhari, el presidente musulmán de Nigeria, ha declarado su total compromiso para lograr un Estado palestino, mientras que su Ejército lucha con una fuerza brutal contra el movimiento biafreño por la autodeterminación.
El 30 de mayo, los biafreños conmemoraron el Día en Recuerdo de los Héroes Biafreños. Según Amnistía Internacional, la única gran organización de defensa de los derechos humanos que se ha interesado por Biafra:
Una investigación sobre el terreno […] ha confirmado que el Ejército nigeriano disparó contra personas desarmadas el mes pasado, antes de los eventos conmemorativos previstos en Onitsha, en el estado de Anambra. […]
Las pruebas recogidas a partir de testigos presenciales, morgues y hospitales, confirman que entre el 29 y el 30 de mayo de 2016 el Ejército nigeriano abrió fuego contra miembros y seguidores de la asociación Pueblo Nativo de Biafra (PNB) y otros transeúntes en tres lugares de la ciudad.
“Abrir fuego contra seguidores pacíficos del PNB y transeúntes que claramente no representaban ninguna amenaza para nadie supone un terrible uso de fuerza innecesaria y excesiva que provocó múltiples muertos y heridos. En uno de los incidentes, una persona murió disparada después de que las autoridades les asaltaran mientras dormían”, dijo M. K. Ibrahim, director nacional de Amnistía Internacional Nigeria. Proseguía: “Esta no es la primera vez que los seguidores del PNB mueren a manos del Ejército. Se está convirtiendo en un patrón alarmante y se deberían investigar inmediatamente este y otros incidentes”.
Además, según Amnistía, algunos seguidores muertos y heridos del PNB fueron ejecutados por la espalda, lo que indica que estaban huyendo del lugar cuando fueron les dispararon. Además, los soldados irrumpieron en la iglesia católica de St. Edmunds, donde cientos de personas, que habían venido desde otros lugares para participar en los eventos de conmemoración de Biafra, se encontraban durmiendo. Según un testigo:
Al filo de la medianoche, oímos que alguien golpeaba la puerta. No quisimos abrirla, pero la forzaron y empezaron a lanzar gas lacrimógeno. También empezaron a disparar en el interior del recinto. La gente corría para escapar. Vi que habían disparado a una persona en el estómago. Se vino abajo, pero el gas lacrimógeno impedía que la gente lo ayudara. No sé qué pasó con él, porque escapé corriendo.
Otro testigo le dijo a Amnistía que la mañana del 30 de mayo vio a soldados abrir fuego contra un grupo de unos 20 hombres y niños de edades comprendidas entre los 15 y los 45 años. Dijo que cinco de ellos habían sido asesinados. “Vi que un chico trataba de preguntar. Levantó inmediatamente las manos, pero los soldados abrieron fuego […] Cayó muerto. Lo vi con mis propios ojos”. El testigo explicó cómo los oficiales del Ejército cargaron a los hombres heridos por disparos en una furgoneta, y lo que parecían ser cadáveres en otra. Más tarde esa mañana, otro testigo describió cómo la Policía disparó contra un niño que pasaba por allí mientras un grupo de jóvenes protestaba por los disparos.
Según Amnistía:
A continuación de los disparos, el Ejército dijo a los medios de comunicación que los soldados sólo abrieron fuego después de haber sido atacados primero, pero la investigación de Amnistía Internacional no ha encontrado pruebas que respalden esa afirmación. Todas las personas entrevistadas por la organización han dicho que los manifestantes iban desarmados; un joven dijo que le tiró piedras a la Policía y al Ejército mientras ellos lanzaban gas lacrimógeno a los miembros del PNB. Dijo que, entonces, el Ejército respondió disparando munición de guerra. La información recopilada por Amnistía Internacional indica que las muertes de seguidores y miembros del PNB se produjeron como consecuencia del excesivo e innecesario uso de la fuerza. Las leyes internacionales exigen que el Gobierno investigue sin demora las ejecuciones extrajudiciales con el propósito de llevar a sus autores ante la justicia. Amnistía Internacional también pide que los seguidores del PNB que permanecen detenidos sin cargos sean juzgados o puestos en libertad de inmediato.
Amnistía Internacional empezó a investigar la violencia y los asesinatos contra los miembros y seguidores del PNB en el sudeste de Nigeria en enero de este año, y se espera que publiquen un exhaustivo informe sobre el asunto en un futuro próximo.
Amnistía dice que, hasta ahora, su investigación ha demostrado que:
Desde agosto de 2015, se han producido al menos cinco incidentes similares sólo en Onitsha, donde la Policía y el Ejército dispararon contra miembros y seguidores del PNB desarmados. Amnistía ha documentado casos de presuntas ejecuciones extrajudiciales llevadas a cabo por el Ejército nigeriano entre agosto de 2015 y mayo de 2016. En agosto de 2015, oficiales del Ejército abrieron fuego contra manifestantes pacíficos del PNB que pedían un Estado independiente biafreño. Los asesinatos y detenciones masivas de miembros y seguidores del PNB llevadas a cabo conjuntamente por la Policía y el Ejército continuaron (…) El 17 de diciembre de 2015, por ejemplo, el Ejército mató a cinco personas al abrir fuego contra los miembros del PNB que se estaban manifestando en Onitsha para celebrar una orden judicial de liberación de su significado líder, Namdi Kanu. En febrero de 2016, el Ejército empleó una fuerza excesiva para dispersar una reunión pacífica en un recinto escolar en Aba. Al menos nueve personas fueron asesinadas y muchas más heridas…
En cuanto al líder del PNB, Nnamdi Kanu, director de Radio Biafra, ubicada en Londres, fue detenido en octubre de 2015 y permanece retenido ilegalmente desde entonces, a pesar de cumplir los requisitos de fianza.
En cambio, mientras que el presidente Buhari utiliza la fuerza militar contra el pacífico movimiento biafreño, también en eventos tan inofensivos como las ceremonias conmemorativas biafreñas, su Gobierno ha declarado que no utilizará fuerza militar contra los pastores fulani. Se trata de un grupo seminómada conformado sobre todo por musulmanes, que ahora se considera como la cuarto grupo terrorista más mortífero del mundo, según el Global Terrorism Index (GTI). Entre 2010 y 2013, mataron a 80 personas en Nigeria, pero a finales de 2014, la cifra se había elevado a al menos 1.229 personas, según el GTI, que clasifica al país africano como el tercero más aterrorizado del mundo.
Sin embargo, según el ministro de Interior de Buhari, el general Abdulrahman Dambazau:
Éste es un problema no militar que bordea la ley y el orden. No para todos los problemas de seguridad se llama al Ejército. Es responsabilidad de los policías mantener la paz. Creo que si ponemos a la Policía en la posición adecuada en términos de descargar sus funciones, no habría necesidad de optar por el Ejército. La Policía cumple igualmente esa labor (…) En cualquier caso, ni siquiera tengo el poder de desplegar al Ejército para cualquier cosa. Sólo cuando la situación se va de las manos llamas al Ejército.
Es llamativo que una situación pacífica, como la del movimiento pro Biafra, requiera al parecer una “opción militar”, y no un grupo terrorista letal, como los pastores musulmanes fulani, que asesinan a civiles inocentes. Esta táctica hace cuestionarnos aún más si los esfuerzos de Buhari de frenar a Boko Haram en el país son genuinos o simplemente una farsa que en la que el presidente nigeriano se aplica sólo a medias para beneficio de la comunidad internacional.
La situación debería al menos haber dado motivos a países serios como Alemania para reconsiderar su implicación en la región. Alemania ha dicho que empezará a suministrar equipamiento militar al Gobierno nigeriano para abordar “los graves desafíos en las regiones del Noreste y del Delta del Níger” antes de que acabe 2016. Una se pregunta si Alemania, un país que ha invitado a los migrantes a su país a fin de demostrar lo tolerante que es, ha considerado que se arriesga a suministrar equipamiento militar a un Gobierno nigeriano que bien podría utilizarse para matar a biafreños.
Entre otros países que están en el proceso de vender, o prevén vender, armas a Nigeria, se encuentra Estados Unidos, que se negó –extrañamente, por “causas de derechos humanos”– a proveer armas al expresidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, cristiano, para combatir a Boko Haram; sin embargo no parece sentir recelos para ayudar a Buhari, musulmán, cuyos asesinatos de personas indefensas en el sudeste de Nigeria obviamente no se consideran problemáticos.
En resumen: la comunidad internacional tiene muchas explicaciones que dar.
Fuente:es.gatestoneinstitute.org
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