ABDULRAHMAN AL-RASHED
Desde su inicio hace noventa años, los Hermanos Musulmanes nunca fueron tan influyentes y peligrosos como después de la revolución egipcia del 25 de enero. Ahora, sin embargo, están perdiendo terreno y su última fortaleza está cayendo
SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Turquía ha comenzado de hecho a expulsar a la organización como parte de su política de conciliación con el gobierno egipcio, que estipula que el gobierno de Ankara pone fin a su apoyo y relación con la organización que tenía como objetivo explícito derrocar al régimen del presidente Abdel Fattah El-Sisi.
Para Ankara, detener su apoyo a los Hermanos Musulmanes egipcios significó terminar con eficacia su proyecto de alcanzar el poder. Puede que no logre su objetivo durante otros años noventa, salvo en circunstancias excepcionales. En un raro momento histórico, la Hermandad llegó al poder en el más grande país árabe en junio de 2012. Su gobierno duró un año, pero no logró hacer frente a la delicada y volátil situación en Egipto y la región.
En lugar de cooperar con las partes que participaron en la revolución y tranquilizar a los poderes influyentes, como el ejército y los gobiernos de la región que desconfiaban de ellos, la Hermandad luchó con sus amigos antes que sus enemigos y perdió su única oportunidad en su larga historia llena de intentos fallidos.
En realidad, el proyecto político de la Hermandad terminó el día en que su presidente Mohamed Morsi y otros líderes fueron detenidos, y se formó un gobierno de transición. La Hermandad no comprendió la dura lección y se engañó a sí misma en el pensamiento de que la intervención extranjera restauraría el poder. Apostó por las diferencias regionales y se fió de las declaraciones de las potencias extranjeras sin aprender de la historia. La violencia y el terrorismo que practicaron en el Sinaí no lograron agitar el régimen en El Cairo y sus campañas de provocación en los medios no movilizaron a la gente.
Las sanciones estadounidenses contra el gobierno no duraron mucho tiempo ya que la ayuda y el comercio se reanudaron. Después que el gobierno de Qatar tomó distancia de los líderes de la Hermandad, Turquía finalmente está comenzando el proceso de divorcio.
La Hermandad Musulmana se impone en los países sin tener en cuenta sus circunstancias. No estaban satisfechos con el gran apoyo que recibieron para crear canales de televisión y sitios web, celebrar conferencias y otras actividades. Por lo tanto, establecieron una enorme presencia en los medios locales de países amigos y de repente los vemos profusamente en los canales de televisión y agencias de noticias de los países anfitriones.
Esto refleja la reputación ideológica de la organización que ha causado la aterradora imagen de que busca dominar la educación y los medios de comunicación social en los países que toleran su presencia, tales como los estados del Golfo.
Algunos pueden pensar que estamos anunciando prematuramente la muerte de la Hermandad porque los turcos aún tienen que dar cuenta de ello. Sin embargo, hay suficientes declaraciones oficiales y no oficiales que confirman que Turquía ha comenzado a restringir a los líderes de la organización y sus actividades en el interior del país.
Las autoridades turcas, como el Sr. Mohamed Zahid Gul que es un especialista en grupos islámicos, reconocieron esta tendencia, pero trataron de diluir su gravedad al decir que el gobierno no piensa entregar los miembros de la Hermandad al gobierno egipcio.
Por supuesto, nadie espera que El Cairo insista en que los miembros de la Hermandad sean detenidos o deportados por su actividad hostil hacia ellos. El acuerdo muy probablemente pondrá fin a su presencia política y mediática, y es probable que algunos sean deportados de Turquía, como fueron deportados de Qatar. La organización habrá perdido entonces su última estación clave.
A continuación, sólo podrá recurrir a Europa, donde se reducirá. El refugio más adecuado para ello es Irán, dado que han sido aliados desde que Jomeini llegó al poder, y que su rama en Gaza (Hamas) todavía está en buenas relaciones con Teherán. Sin embargo, si la Hermandad hiciera eso, sería el final de la misma.
Abdulrahman Al-Rashed es el director general de la cadena de televisión Al-Arabiya. También es ex editor en jefe de Asharq Al-Awsat, y de la principal revista semanal árabe Al-Majalla. Es también columnista de alto nivel en los diarios Al-Madina y Al-Bilad. Tiene un título de postgrado de Estados Unidos en comunicación de masas, y ha sido invitado en muchos programas de actualidad en televisión. Tiene su base en Dubai.
Fuente: Asharq Al-Awsat – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico
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