“Al menos dos F-16 acosaron el avión de Erdogan mientras estaba en el aire camino a Estambul. Bloquearon los radares en su avión y en otros dos F-16 que lo protegían”.
SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – En un momento crucial del intento de derrocar al presidente turco, Tayyip Erdogan, los pilotos rebeldes de dos aviones de combate F-16 tuvieron al avión de Erdogan en su punto de mira. Y sin embargo, dejaron que continuara su vuelo.
El líder turco regresaba a Estambul de unas vacaciones cerca de la localidad costera de Marmaris después que una facción del ejército pusiera en marcha el intento de golpe la noche del viernes, sellando un puente sobre el Bósforo, tratando de capturar el principal aeropuerto de Estambul y enviando tanques al Parlamento en Ankara.
“Al menos dos F-16 acosaron al avión de Erdogan mientras estaba en el aire camino a Estambul. Cerraron los radares de su avión y de los otros dos F-16 que lo protegían”, dijo a Reuters un ex militar con conocimiento de los hechos.
“Por qué no dispararon es un misterio”, dijo.
Si hubiese tenido éxito el derrocamiento de Erdogan, que ha gobernado el país de unos 80 millones de personas desde 2003, Turquía podría haber acabado en una espiral de conflictos y marcar otro cambio radical en Oriente Medio, cinco años después de la erupción de los levantamientos árabes que sumieron a su vecino del sur Siria en una guerra civil.
Un funcionario turco de alto nivel confirmó a Reuters que el jet comercial de Erdogan había sido acosado durante el vuelo desde el aeropuerto de Marmaris por dos F-16 requisados por los golpistas, pero que había logrado llegar a Estambul a salvo.
Un segundo alto funcionario también dijo que el avión presidencial había tenido “problemas en el aire”, pero no dio más detalles.
Erdogan dijo durante el golpe de estado los conspiradores habían intentado atacarlo en el centro turístico de Marmaris, y bombardeado lugares donde había estado poco antes. “Evitó la muerte por minutos”, dijo el segundo funcionario.
Unos 25 soldados en helicópteros descendieron en un hotel en Marmaris con cuerdas, mientras disparaban, justo después que Erdogan saliera en un aparente intento de capturarlo, dijo la cadena CNN Turk.
El primer ministro Binali Yildirim también habría sido objeto de ataques directos en Estambul durante el intento de golpe y había escapado por poco, dijo el funcionario, sin dar más detalles.
Los sitios web de rastreo de vuelos mostraron un avión Gulfstream IV, un tipo de reactor de la empresa propiedad del gobierno turco, despegando del aeropuerto de Dalaman, aproximadamente a una hora y cuarto de Marmaris, en torno a las 2240 GMT del viernes.
Luego giró en círculo en lo que parecía ser un patrón de espera, al sur de Estambul, cuando un testigo de Reuters en el aeropuerto todavía oía ráfagas de disparos, antes de finalmente tocar tierra.
Disparos y explosiones sacudieron tanto Estambul como Ankara el viernes por la noche, ya que la facción armada que intentó tomar el poder bombardeó el cuartel general de la inteligencia turca y el parlamento en la capital. En un momento dado se ordenó a la televisión estatal dar lectura a una declaración de toque de queda en todo el país.
Pero el intento se desmoronó cuando las fuerzas leales a Erdogan desplazaron a los rebeldes y el líder turco apareció en la cadena CNN Turk en una videollamada desde un teléfono móvil, llamando a la población a salir a las calles para apoyarlo.
Más de 290 personas murieron en medio de la violencia, 104 partidarios del golpe, el resto en gran parte civiles y policías.
El aspecto aéreo de la trama parece haberse centrado en la base aérea de Akinci a unos 50 kilómetros (30 millas) al noroeste de Ankara, con al menos 15 pilotos bajo las órdenes de un comandante rebelde, según el ex militar.
El jefe de las fuerzas armadas, Hulusi Akar, fue tomado como rehén en la base durante el intento de golpe, pero fue rescatado. Jets de Akinci pilotados por rebeldes rugieron bajo sobre Estambul y Ankara en varias ocasiones durante el caos de la noche del viernes, rompiendo ventanas y aterrorizando a los civiles con los estampidos sónicos.
Los aviones de combate que despegaban de otra base aérea en Eskisehir, al oeste de Ankara, fueron enviados a bombardear Akinci y trataron de detener a los rebeldes. Sin embargo, la aeronave pudo mantenerse en vuelo durante la noche repostando en el aire después de requisar un avión cisterna, dijo el primer funcionario de alto nivel.
El avión cisterna fue tomado de la base aérea de Incirlik, en el sur de Turquía, utilizada por la coalición liderada por EE.UU. para bombardear al Estado islámico en Siria e Irak. El comandante de Incirlik fue detenido el domingo por complicidad, dijo el funcionario.
Los cerebros del golpe
Tres altos funcionarios en Ankara dijeron que Akin Ozturk, jefe de la fuerza aérea hasta 2015 y miembro del Consejo Superior Militar (YAS), organismo que supervisa a las fuerzas armadas, fue uno de los cerebros de la trama. Fue uno de los miles de soldados detenidos, en la foto del domingo con las manos esposadas y una camisa polo a rayas en la sede de la policía de Ankara.
Ozturk iba a retirarse este mes de agosto en una reunión de la YAS, que se reúne dos veces al año. Según su biografía, todavía en el sitio web del ejército, nació en 1952.
Se cree que el segundo cerebro es Muharrem Kose, ex asesor legal del jefe de personal militar, dijeron los mismos tres funcionarios de Ankara. Describieron a Kose como seguidor de Fethullah Gülen, un clérigo con sede en EE.UU., a cuya red Erdogan ha acusado de organizar el intento de golpe.
Kose fue removido de su cargo en marzo por mala conducta, pero no fue retirado de las fuerzas armadas, dijo uno de los funcionarios. Su paradero actual es desconocido.
“Hubo serios preparativos en curso desde hace mucho tiempo. Las dos personas en cuestión parecen haber sido el cerebro detrás del intento de golpe”, dijo el funcionario, que pidió no ser identificado porque la investigación aún continúa.
Erdogan y el gobierno han acusado a los seguidores de Gülen de tratar de crear una “estructura paralela” dentro de los tribunales, la policía, las fuerzas armadas y los medios de comunicación con el objetivo de tomar el poder, una acusación que el clérigo ha negado en repetidas ocasiones.
“No del todo preparados”
Erdogan, con raíces en la política islamista, siempre ha tenido una relación difícil con los militares, que se consideran los guardianes del laicismo en Turquía, llevando a cabo tres golpes de Estado y forzando a un cuarto gobierno dirigido por los islamistas del poder en la segunda mitad del siglo 20.
Varios intentos de golpe vieron a cientos de agentes encarcelados mientras Erdogan era primer ministro, ya que el gobierno utiliza a los tribunales para cortar las alas de las fuerzas armadas. Las acusaciones fueron posteriormente desacreditadas y las condenas revocadas, pero las acciones dañan la moral y alimentaron el resentimiento.
Sin embargo, los golpistas parecen haber sobreestimado el apoyo que encontrarían dentro de las filas militares.
“El mayor obstáculo para los golpistas estuvo fuera de la cadena de mando”, dijo Sinan Ulgen, profesor visitante en el Carnegie Europa y ex diplomático turco.
“Tenían recursos insuficientes. Estaban muy mal equipados para alcanzar sus objetivos estratégicos … Definitivamente hubo un buen grado de incompetencia en comparación con cómo se hicieron aquí los golpes de Estado en el pasado”.
En un momento trataron de silenciar a la CNN Turk, obligando a evacuar el estudio. Cuando de nuevo estuvieron en el aire, la presentadora Nevsin Mengu describió a los soldados tan jóvenes y con “solo miedo en sus ojos y ninguna señal de devoción o determinación”.
El ex militar dijo que los golpistas parecían haber lanzado su intento prematuramente porque se dieron cuenta de que estaban bajo vigilancia, algo corroborado por otros funcionarios en Ankara.
“No estaban totalmente preparados. Los planes se filtraron, se enteraron de que estaban siendo monitoreados y al parecer se vieron obligados a actuar más rápido de lo previsto”, dijo el ex oficial.
También subestimaron la capacidad de Erdogan para reunir a las multitudes, su poder para sacar a sus partidarios a las calles en Estambul, Ankara y otros lugares, incluso cuando los tanques salieron a las calles y los aviones chirriaban por encima.
Sertac Koc, asesora de prensa del alcalde del distrito de Kazán, donde se encuentra la base Akinci, dijo que los residentes locales notaron el elevado número de aviones que despegaban cuando se desarrollaron los acontecimientos.
“Cuando vieron los jets atacando el parlamento en Ankara y a la gente en Estambul, se organizaron y se dirigieron a la base para tratar de detenerlos”, dijo a Reuters por teléfono.
“Intentaron bloquear el tráfico a la base estacionando sus vehículos, encendiendo fogatas para bloquear la visión de los jets, y al final intentaron cortar el suministro eléctrico de la base”, dijo.
Siete personas murieron cuando los soldados rebeldes abrieron fuego, dijo Koc, entre las docenas de civiles muertos en todo el país en una de las peores noches de derramamiento de sangre de Turquía.
Fuente: The Jerusalem Post – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico
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