El rey Salman posee dos propiedades lujosas en el país y desde hace dos años, ha cambiado Marbella por Tánger.
ISAAC J. MARTÍN
El rey Salman de Arabia Saudí llegó hace unos días a la perla del estrecho de Gibraltar para celebrar la boda de uno de sus hijos, blindando completamente la ciudad con fuerzas de seguridad tras la llegada de las miles de personas invitadas que han acudido a la celebración, prevista para esta semana.
El secretismo de esta lujosa fiesta alimenta las habladurías entre las personas que pasean por la primera línea de la playa de la villa costera. Según la agencia italiana Agenzia Nova, el rey de Marruecos, Mohamed VI, estará presente en la celebración junto a otros representantes de las monarquías extranjeras.
Tal y como ha podido saber la misma agencia, los hoteles del barrio Boughaz -donde se encuentran todos los hoteles lujosos y el puerto- estarían reservados desde el pasado 12 de julio hasta el 12 de agosto. Y a su vez, alrededor de 650 coches habrían sido alquilados para los asistentes durante este periodo de tiempo y que se encuentran aparcados en el barrio de Malabata.
Numerosas personas con la vestimenta saudí se ven salir y entrar por estos hoteles lujosos, tal y como ha podido constatar LOC. Igualmente, Abdou, un taxista oriundo de la ciudad, comenta que “cuando acuden los saudíes a Tánger es una locura. Vienen y reservan todo. Al menos, hay mucho trabajo”.
Y es que esta celebración ha coincidido con el Foro Mediterráneo contra el cambio climático (MedCOP), que ha tenido lugar también en Tánger. La organización -según han señalado algunos representantes de este foro- ha sido “caótica”, ya que todos los hoteles del centro estaban ya reservados.
El rey Salman llega desde Francia y, como hizo el año pasado, terminará su periodo de vacaciones en Tánger, donde tiene dos lujosas propiedades con playa privada y cerca del hotel Le Mirage. Desde hace unos años, el rey Salman ha cambiado Marbella por Tánger, una ciudad que se encuentra en permanente construcción y llama al turismo gracias a la apertura de nuevos hoteles, como los de la cadena Hilton.
La visita del monarca saudí y su séquito ya se ha convertido en rutina estival en el reino alauí y pese a blindar y bloquear la ciudad, sus actos no tienen repercusión como en Francia, que hace dos años decidió cerrar una playa cercana a la ciudad de Cannes y generó una gran polémica entre los turistas y residentes, provocando que el monarca adelantase su llegada a Marruecos para descansar.
Fuente:elmundo.es
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