Ruth Lawrence tenía 5 años cuando su padre comenzó a cultivarla para el estrellato académico. Es profesora de matemáticas, pero gran parte de su vida ha evolucionado de forma inesperada
SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Ruth Lawrence sólo tenía 10 años cuando se convirtió en la persona más joven admitida en la Universidad de Oxford en 1981. Educada en casa por su padre dominante en el campo de las matemáticas desde los cinco años, completó su grado en dos años y fue aclamada en los medios de comunicación británicos como una niña prodigio sin precedentes.
Treinta y cinco años más tarde, en una notable reorientación de su vida, Lawrence vive en Israel como mujer judía ortodoxa, reveló el viernes el Daily Mail en un artículo titulado, “¿Qué fue de más famoso prodigio de Gran Bretaña?” A los 44 años es madre de cuatro hijos, enseña en el campo de los nudos matemáticos en la Universidad Hebrea de Jerusalem, y lleva una vida tranquila y ordinaria.
No es el futuro que su padre Harry tenía en mente. Ex profesor de matemáticas y ciencia que pasó a trabajar en la informática, Harry dejó todo atrás en 1976 para centrarse en la educación de su hija.
No era su primer intento de mentor de un niño prodigio, según el Mail. Harry era padre de otros tres hijos de un matrimonio anterior, y había intentado un experimento similar con una de las chicas. Su esposa finalmente lo dejó y se llevó a los niños con ella, cada vez más ansiosa por su enfoque educativo.
Sin embargo, la segunda esposa de Harry Sylvia (Greybourne) era más complaciente. Le permitió verter sus ambiciones en la tutoría de Ruth, aunque su hija menor Rebecca estaba en segundo plano.
Ruth se graduó de Oxford a los 13 años, y completó un grado de Doctora en Filosofía (DPhil) en matemáticas allí en junio de 1989, a los 17 años de edad.
Más tarde Ruth se trasladó a los EE.UU. después de recibir ofertas de trabajo en Harvard – donde se convirtió en ayudante de investigación a los 19 años – y más tarde en la Universidad de Michigan. Su padre la siguió hasta allí.
Los dos eran inseparables, pasando gran parte de su tiempo juntos mientras él continuaba preparándola para sobresalir. Su madre (ahora también separada de Harry) y su hermana Rebecca se quedaron atrás.
Pero en 1997 Ruth finalmente se separó de su padre. Después de haberse enamorado del matemático israelí Ariyeh Neimark, lo siguió a Israel, aprendió hebreo y se convirtió en judaicamente observante. Se convirtió en profesora de la Universidad Hebrea de Jerusalem en 1999. “La pareja se trasladó a un piso en un barrio monótono y Ruth se volvió judía observante”, informó el Mail. La única mención del artículo de su formación religiosa es que “su padre tiene ascendencia judía, pero no es practicante”.
Si la ruptura con Harry fue amistosa sigue siendo un asunto de cierta ambigüedad. En los años siguientes, sus métodos de tutoría intensiva han sido objeto de muchas críticas, a menudo citadas como ejemplo de la naturaleza problemática de “hothousing” niños (exponerlos a un exceso de formación).
Ruth ha declarado que nunca haría pasar a sus hijos por las mismas experiencias, que incluían la prohibición de tener amigos de su edad de niña – puesto que su padre temía que “conversaciones triviales y juegos sin sentido” la obstaculizaran. Ella quiere que sus hijos crezcan con “normalidad y naturalidad”, informó el diario británico.
En declaraciones al Daily Mail recientemente, el experimentado Lawrence, que aún vive en Michigan, insistió en que padre e hija quedaron en buenos términos. Dijo que estaba “muy orgulloso” de ella, y se apresuró a subrayar que el hecho de que nunca se hubiera convertido en un genio de renombre mundial no era un “fracaso” en su mente.
“Ella está influyendo en la vida de cientos de personas que se convertirán en matemáticos y físicos que harán una enorme contribución al mundo. ¿Quién puede decir que eso no es más valioso que un fuego artificial que produce algo asombroso? “
Harry dijo que hablan por teléfono con regularidad, y se reúnen cuando visita los EE.UU. por trabajo una o dos veces al año. “Nunca hubo ninguna ruptura, no había razón para ello. Las niñas crecen y se convierten en mujeres”, dijo. También afirmó que Ruth originalmente le había pedido que se trasladara con ella a Israel.
Cuando le preguntaron si la echaba de menos, Lawrence puso reparos. “No lo sé. Obviamente … sí y no. Es tan difícil – quiero decir, ¿alguien echa de menos a sus hijos cuando se van?”
Fuente: The Jerusalem Post – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico
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