MATTHEW WILLIAMS
Un largo e ilustre capítulo de la historia galesa es a la vez la quintaesencia de Gales y esencialmente judío
SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – País de Gales y el pueblo judío, una asociación que rara vez viene a la mente.
Y esto apenas sorprende ya que las nociones estereotipadas de Gales (una tierra rural pintoresca y homogénea recuperada de los estragos de la lluvia radiactiva industrial) y el pueblo judío (un pueblo disperso que lucha contra la persecución en todo el mundo) tienen escasas similitudes en apariencia.
Estos estereotipos y nociones, sin embargo, desmienten la realidad: las profundas semejanzas entre el pueblo judío y el de Gales y la larga e ilustre historia del pueblo y la comunidad judía de Gales, un capítulo histórico que consigue sacar adelante la ardua tarea de ser a la vez quintaesencia de Gales y esencialmente judíos.
Aunque el desarrollo de la comunidad judía de Gales se construyó en torno a la industrialización y la inmigración masiva del siglo 19, los judíos han estado en Gales desde la Edad Media. Esta presencia, sin embargo, fue esencialmente un goteo minúsculo de anglo-judíos después de 1066. A pesar de que sabemos de judíos como el patriarca comerciante Josce de Carlión, parece que de hecho no se desarrolló ninguna comunidad judía tangible en el Gales medieval.
Eduardo I, libelo de sangre y el Edicto de Expulsión
La mayor parte de la “evidencia” de judíos galeses medievales es de hecho una conjetura, como la noción de judíos en el norte de Gales de Cecil Roth debido a su financiación del ‘anillo de hierro” de Eduardo I, o comerciantes de Gales en Irlanda con nombres judíos comunes.
A pesar de la minúscula presencia judía, todavía existía la persecución como extensión de la política inglesa (como la exclusión de los condados) y el antisemitismo estaba presente, en embustes como los libelos de sangre y poemas despectivos. El libelo de sangre citaba a judíos sacrificando niños cristianos como parte de los rituales religiosos (sus orígenes se encuentran en el asesinato de un niño en Norwich), y los poemas, por ejemplo, utilizaban la palabra galesa para judío (Iddew) de manera despectiva.
Los pocos judíos de Gales fueron expulsados oficialmente junto a sus homólogos ingleses como parte del Edicto de Expulsión de Eduardo I en 1290, por el que el rey expulsó a los judíos de Inglaterra y las tierras de la corona, incluido Gales.
Aunque existen escasos ejemplos de actividad judía después de 1290 (un judío no identificado en un tribunal de Gales casi un siglo después del Edicto de Expulsión) toda la actividad oficial cesó hasta 1656 con la readmisión de los judíos bajo Oliver Cromwell después de la Guerra Civil inglesa (aunque el edicto de expulsión no fue derogado oficialmente como parte de este reasentamiento).
El siglo 18 y las primeras comunidades judías de Gales
En la mitad del siglo 18, la primera comunidad judeo-galesa tangible se desarrolló en torno a la industria del cobre en Swansea, en gran parte debido a los esfuerzos del inmigrante judío-alemán David Michael. En 1768 había un cementerio judío y la Congregación Hebrea de Swansea construyó dos sinagogas construidas especialmente a principios-mediados de siglo 19, ambas con capacidad para más de 100 fieles.
Las comunidades judías de Cardiff, Newport, Neath, Tredegar, Pontypridd, y Merthyr Tydfil siguieron un proceso más o menos similar de desarrollo en el siglo 19 con el auge de la industria de Gales. La Sinagoga de Merthyr, en particular, es única entre todas las sinagogas por tener un adorno con un dragón, Y Ddraig Goch.
En 1881 había siete congregaciones judías concentradas alrededor de los asentamientos industriales del sur y la comunidad se contaba por centenares – era sólo el comienzo, ya que la inmigración masiva de judíos orientales demográficamente revolucionaría la comunidad judía de Gales.
La inmigración masiva y la persecución en el Imperio Ruso
La inmigración masiva de judíos de Europa del Este (huyendo de la persecución y las injusticias del Imperio Ruso) empequeñeció toda la inmigración judía previa y futura en Gran Bretaña y causó la explosión demográfica de los judíos británicos; Gales no fue una excepción, la comunidad judía contaba con más de 5.000 en 19 congregaciones en 1918. Las nuevas congregaciones volvieron a construirse alrededor de la industria (como la construcción naval en Bangor) y el pueblo judío en Gales prosperó culturalmente, con docenas de sociedades literarias judías diversas, organizaciones de caridad, clases de hebreo, y centros sociales que brotaban en el norte y sur de Gales.
Los inmigrantes judíos, aunque manteniendo en gran medida la identidad judía, se integraron bien durante este periodo, activos tanto en la vida social como política de Gales. De hecho, las relaciones entre los judíos galeses (antiguos y nuevos) y los galeses autóctonos han sido ampliamente positivas; los galeses proporcionaron siempre un enorme apoyo a sus compatriotas judíos cuando los pogromos (disturbios y masacres antisemitas) tenían lugar en el Imperio Ruso, como la ayuda organizada en Swansea para las familias afectadas por el pogromo de Odessa en 1905.
Esto es en gran medida un testimonio de Gales (y de la sociedad británica más amplia) teniendo en cuenta que fue una época en la que los judíos continentales experimentaban formas terribles de persecución, desde los pogromos de los ghettos a la privación de los derechos más básicos.
Los disturbios anti-judíos en Tredegar
Sin embargo, esto no significa que el antisemitismo estuviera ausente. De hecho, el aspecto más conocido de la historia judío-galesa se refiere a los hechos ocurridos en Tredegar alrededor de 1911. Tredegar, una ciudad otrora metalúrgica floreciente, fue sofocante bajo la depresión económica. La mayoría de los residentes judíos, sin embargo, tenían tiendas y otros negocios, por lo que se vieron relativamente poco afectados por la depresión. Con actitudes hacia las minorías a menudo más acuciantes en tiempos de dificultad (los disturbios contra los irlandeses tuvieron lugar en Tredegar en la década de 1880) y provistos de una cabeza de turco útil, los disturbios contra los judíos entraron en erupción el 19 de agosto, con más de veinte negocios judíos saqueados antes de llegar la policía. Casos similares se extendieron a Caerphilly y Ebbw Vale, cuando Winston Churchill, entonces Ministro del Interior, envió al ejército para sofocar los disturbios una semana después de comenzar, aunque ya se habían desvanecido cuando llegaron los soldados. Ningún judío murió durante los disturbios.
Aunque dócil en relación con algunas de las masacres rusas, Churchill clasificó estos eventos de pogromo. La mayoría de los judíos regresaron a los distritos del “pogrom” en su momento, pero no olvidaron; la mayoría se mudó de forma permanente a Cardiff después de la Primera Guerra Mundial. Aunque la persecución no es un aspecto central de la historia judío-galesa y la naturaleza antisemita de lo sucedido en Tredegar ha sido objeto de debate, los disturbios expusieron los elementos de base de la naturaleza humana; la rapidez con que la gente “aparentemente respetuosa” cae en la barbarie cuando atraviesa dificultades.
La Segunda Guerra Mundial y Kindertransport
Los años 1920 y 30 produjeron un descenso en los judíos de Gales marcados por la decadencia de la industria galesa una vez floreciente; los judíos eran una parte destacada de las 500.000 personas que emigraron durante estas décadas. Los judíos de Gales, sin embargo, experimentan un auge desde el ascenso de la Alemania nazi en 1933 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945. En gran parte debido al gran número de refugiados judíos y los evacuados que inundaron Gales (una zonaconsiderada segura). En algunas zonas como Aberystwyth se formaron varias nuevas congregaciones en tiempos de guerra y en otras menguantes como Rhyl estas revivieron con los recién llegados.
Los judíos de Gales (y los cristianos) atendieron a los refugiados y evacuados (en particular, dando acogida a los niños cuando Gales estuvo muy involucrado en el esfuerzo del Kindertransport), apoyaron el esfuerzo de guerra a escala industrial a través de la Treforest Industrial Estate, y se alistaron en las fuerzas armadas en masa, para ser enviados a la Fuerza Aérea Real a prestar servicios religiosos a las tropas en primera línea. El Rev Leslie Hardman de Glynneath fue uno de los primeros en entrar en la liberación de Bergen-Belsen en 1945. Leyó el servicio en los enterramientos en masa de miles de víctimas del Holocausto junto al sacerdote irlandés Michael Morrison. Había judíos de Gales entre los dos mil hombres y mujeres británicos y judíos asesinados entre 1939 y 1945.
La disminución de la vida judía en Gales
El resurgimiento en tiempos de guerra fue, sin embargo, temporal, con la historia de la Gales-judía atravesando un conmovedor declive después de 1945 (destacando la extraña situación en la que los judíos de Gales florecieron durante la guerra, pero se desvanecieron en tiempos de paz y tolerancia). A pesar de que Cardiff experimentó un período de prosperidad (simbolizada principalmente por la apertura y consagración de una nueva sinagoga en Penylan en 1955), toda la vida judía en Gales decayó, algunas de las siete congregaciones originales (Neath y Merthyr Tydfil) se disolvieron y sus sinagogas o fueron abandonadas o vendidas.
En la década de 1950 había sólo once congregaciones y más de 4.000 judíos en Gales, luego, sólo cinco congregaciones y algo más de 2.500 por la década de 1990. En muchas áreas sólo los comentarios de la decadencia de los judíos actúan como recordatorio de los judíos de Gales que una vez existieron y florecieron. Así como Cardiff, Swansea y Newport una vez se reflejaban una a otra en la forma en que se levantaron y prosperaron ahora se reflejan por la forma en que declinan. La emotiva disminución (provocada por refugiados de emigración y evacuados al fin de la guerra y otros judíos de Gales por factores socioeconómicos complejos) sin embargo, ha sido templada por la resistencia inquebrantable de los judíos de Gales, con las congregaciones más antiguas en Cardiff y Swansea afianzadas, con proyectos llevados a cabo en el norte de Gales para revivir la vida judía.
Aunque casos como el de Tredegar y la decadencia moderna son trágicos, la historia judío-galesa no se define por el dolor y la decadencia, sino, más bien, por el éxito, la comunidad, la fuerza y la inspiración; los judíos de Gales, a pesar de ser sólo un 0,2% de Gales en su apogeo de 1918, han contribuido enormemente a la literatura, el arte, la vida política, la sociedad y la cultura galesas. Desde la Edad Media pasando por la industrialización y la guerra y hasta el día de hoy, la historia judía-galesa es una historia larga e ilustre definida por el éxito, la inspiración, y la intensidad, y continuará su historia en el futuro previsible.
Matthew Williams nacido y criado en Oxfordshire, es galés de ascendencia judía. Ha creado el proyecto Historia judía-galesa, dedicada a la promoción y exploración de la historia de la gente y la comunidad judeo-galesa.
Fuente: Wales Online – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico
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