GUY MILLIÈRE
Hace unos días, Binyamin Netanyahu acusó a la Autoridad Palestina de desear la limpieza étnica de Judea y Samaria, ya que Mahmoud Abbas y los compañeros que lo rodean quieren un territorio vacío de toda presencia judía.
SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Es obvio, Binyamin Netanyahu tiene razón, la Autoridad Palestina desea la limpieza étnica de Cisjordania. Sin embargo, Binyamin Netanyahu se equivoca al pretender que un acuerdo de paz es posible y que la creación de un estado “palestino” es posible. Pero no dudo que él lo sepa, y se contenta con jugar al ajedrez con los líderes de Europa, los EE.UU. y otros países.
La Autoridad Palestina todavía quiere aun más que la limpieza étnica, también exige el regreso de los “refugiados”, que no lo son, porque prácticamente todos ellos no han salido de territorio israelí por la razón de que nacieron en otro lugar. La AP entiende que, al continuar exigiendo el retorno de los “refugiados”, perpetúa la infame mentira que consiste en invocar la Nakba; la palabra que significa “catástrofe” con la intención de hacer creer a los que pasan su propaganda que se ha perpetrado un genocidio contra el “pueblo palestino”, que sería el equivalente del genocidio sufrido por los judíos en el sistema de Auschwitz.
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Ramallah quiere anclar en las mentes que existe un “pueblo palestino”, haciendo olvidar que el término “pueblo palestino” fue inventado después de la Guerra de los Seis Días en 1967 por las oficinas de propaganda de la KGB, como lo explica, en apoyo de la evidencia, Ion Mihai Pacepa, ex oficial rumano que trabajaba para la KGB en ese momento.
La Autoridad Palestina cuenta con abrumar a Israel con una población árabe fanática y alentada durante años para odiar a los judíos y trabajar por su aniquilación. Espera un segundo genocidio contra los judíos que borraría a Israel del mapa, destruiría al pueblo judío israelí, y a partir de ahí, al propio pueblo judío. Porque si Israel y el pueblo judío israelí desaparecieran, el pueblo judío se vería afectado de muerte.
La AP no tiene ninguna intención de reconocer la existencia de Israel como país de los judíos, y no aceptará ningún estado “Palestino”, viviendo junto a un estado judío llamado Israel, que por otra parte no hace de ello ningún misterio. En los mapas geográficos utilizados por la Autoridad Palestina, Israel no existe.
La única paz que la Autoridad Palestina podría aceptar sería la paz de los cementerios, la pizarra limpia, preludio de un mundo sin Israel, y la de un baño de sangre sin precedentes desde el Holocausto.
La Autoridad Palestina todavía a veces se presenta como secular: cosa que no es y nunca ha sido. Tiene sus raíces en el Mufti Amin al Husseini, el tío nazi e islamista de Yasser Arafat, que fue el mismo de los Hermanos Musulmanes y tuvo por nombre de la yihad Abu Amar.
La AP es tan poco secular, que la organización principal que la constituye, Fatah, tiene un nombre coránico de la azora 48 llamada Al Fatah, la “brillante victoria”. Y su rama terrorista yihadista, creada después de los acuerdos de Oslo, tiene el elocuente nombre de “al-Aqsa”.
La organización de Mahmud Abbas si bien ha renunciado al terrorismo yihadista, sigue pidiendo el asesinato y los ataques contra los judíos. Trata a los yihadistas terroristas muertos por matar judíos como mártires del Islam y le da su nombre a calles y lugares públicos en los territorios de Judea y Samaria que gobierna. Perpetúa el terrorismo yihadista hasta la fecha, y todos los judíos israelíes muertos desde septiembre el año 2015 han sido porque Mahmoud Abbas, el sucesor de la obra de Yasser Arafat, antisemita musulmán y negador del Holocausto, ha hecho un llamamiento al asesinato de judíos.
La nakba que nunca existió
La única paz concebible para Israel pasaría por la eliminación de la Autoridad Palestina. Esta eliminación no es posible hoy en día porque los líderes de Europa, EE.UU. y otros países apoyan a la Autoridad Palestina, la financian, exigen a Israel concesiones que resultarían, en cuanto son aceptadas, en otras reclamaciones de concesiones. Estos líderes parecen cada vez más a menudo llamar a sus deseos lo que Yasser Arafat soñó y quieren Mahmoud Abbas y la Autoridad Palestina, a saber, un mundo sin Israel.
La eliminación de la Autoridad Palestina, sin embargo, podría suceder más rápido de lo esperado:
Pronto tendrán lugar las elecciones municipales en las ciudades y pueblos situados en los territorios de Judea y Samaria administrados por la Autoridad Palestina. Después de considerar el boicot a las elecciones, Hamas y la Jihad Islámica “palestina” decidieron participar; y si no pueden hacerlo bajo su verdadera identidad, utilizarán candidatos sin etiquetas que serán sus candidatos soterrados. Todo indica que los candidatos de Hamas y la Jihad Islámica “palestina” ganarán las elecciones. Se borrará entonces la diferencia entre Hamástán en Gaza y la Autoridad Palestina.
A algunos en Israel les preocupa esta eliminación si se produce; por mi parte considero que antes bien, si ocurre, será un momento de clarificación.
Una vez escribí que la diferencia entre la Autoridad Palestina y Hamas (y la Yihad Islámica) reflejaba la disimilitud entre la yihad hipócrita y lenta y la yihad rápida y definida. Ambas matan. La yihad rápida y definida tiene el mérito de la claridad.
Los líderes de Europa, EE.UU. y otros lugares difícilmente podrán, en caso de victoria de Hamas y la Jihad Islámica, exigir a Israel negociar con los seguidores de la yihad rápida y definida.
Si eso sucede, apenas podrán seguir pidiendo la creación de un estado “palestino” que, sin ningún subterfugio pueda entonces ser utilizado para ocultar la realidad, un Estado delincuente totalmente dedicado al terrorismo yihadista y nada más.
Binyamin Netanyahu no tendrá más opción, si se da el caso, que tener que fingir que pensar que un acuerdo de paz es posible y que crear un estado “palestino” es posible.
En esas circunstancias, podrá no sólo afirmar con razón que la AP quiere la limpieza étnica de Judea y Samaria, sino también añadir que la paz pasa por la eliminación de la Autoridad Palestina.
Fuente: Harissa.com – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico
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