La ONU destina millones a empresas y asociaciones de caridad del régimen de Asad

El organismo internacional firma contratos por más de 8,5 millones con la ONG de Asma Asad y 700.000 dólares con el primo del dictador.

FRANCISCO CARRIÓN

Desde el inicio de la guerra civil siria, la ONU ha destinado decenas de millones de dólares a contratos con organismos públicos, empresas y organizaciones de caridad vinculadas al régimen de Bashar Asad. Así lo ha denunciado este lunes el rotativo británico The Guardian, que ha revisado decenas de adjudicaciones en las que figuran compañías sirias sometidas a sanciones por Estados Unidos y la Unión Europea y asociaciones benéficas dirigidas por su esposa Asma Asad y su primo, el empresario Rami Majluf.

Entre los contratos figuran acuerdos de colaboración de dos agencias de la ONU por valor de 8,5 millones de dólares (7,6 millones de euros) con la organización de caridad Syria Trust, fundada y presidida por Asma Asad. Unicef, por su parte, ha destinado 267.933 dólares (239.818 euros) a la asociación Al Bustan, propiedad del magnate Rami Majluf, dueño de la compañía telefónica Syriatel a la que el organismo internacional ha transferido hasta 700.000 dólares (626.547 euros) en los últimos años. Tanto Asma como Rami, dos rostros del régimen baazista, están incluidos en el listado de responsables sirios sujetos a sanciones en EE.UU y la UE.

En declaraciones al diario británico, un portavoz de la ONU ha explicado que la organización sólo puede trabajar en Siria con un número limitado de socios aprobados por Asad. “Lo que es de suma importancia es llegar al mayor número de civiles que se hallen en una situación vulnerable”, ha indicado el citado portavoz. “Nuestras elecciones en Siria -ha agregado- están limitadas por un contexto de alta inseguridad donde hallar compañías y socios que operen en zonas sitiadas y de difícil acceso resulta extremadamente complicado“.

La ONU insiste en que hace todo lo posible para garantizar que el dinero se gasta correctamente. A juicio del The Guardian, sin embargo, los documentos revisados “plantean nuevos interrogantes sobre el papel de la ONU en Siria y su imparcialidad“. Los datos publicados por el diario forman parte de la investigación que realiza Reinoud Leenders, profesor de Relaciones Internacionales y Oriente Próximo del King’s College de Londres. Según su análisis, el año pasado 900 de los 1,100 millones de dólares ( 800 de 984 millones de euros) del programa de la ONU para Siria fueron invertidos en ayuda canalizada a través de Damasco. El plan de 2016 fue diseñado por la ONU y el Gobierno sirio sin participación de las ONG que distribuyen la ayuda en zonas a las que no accede el organismo internacional.

Otros contratos firmados en los últimos cinco años de conflicto revelan, por ejemplo, que la Organización Mundial de la Salud desembolsó más de cinco millones de dólares para apoyar un banco nacional de sangre controlado por el ejército sirio. La agencia no oculta sus “temores concretos” a que el suministro de sangre -en algunos casos, llegado directamente de países como Reino Unido- fuera destinado en primer lugar a los militares.

El organismo que dirige Ban Ki-moon también ha gastado 13 millones de dólares (11,6 millones de euros) en un programa gubernamental para impulsar la agricultura en un país arrasado por la guerra, con unos 400.000 muertos; 600.000 personas obligadas a habitar zonas asediadas y millones de refugiados. Asimismo, otros cuatro millones de dólares han ido a parar a un proveedor de combustible de propiedad estatal que también aparece en la lista de sanciones de la UE. Y entre 2014 y 2015 9,2 millones de dólares (8,2 millones de euros) fueron empleados en gastos de alojamiento de su personal en el lujoso Four Seasons de Damasco. El ministerio de Turismo sirio controla un tercio del establecimiento hotelero. En total, la ONU ha hecho negocios con 258 empresas sirias, con transacciones que oscilan entre los 54 millones y los 30.000 dólares (los 48 millones y los 27.000 euros).

Fuente:elmundo.es