NOAH KLIEGER
Eva Umlauf sólo tenía dos años cuando fue liberada del campo de concentración nazi. A pesar de su corta edad, recibió la “marca registrada” de Auschwitz: el número A-26959, tatuado en su brazo izquierdo.
SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Hoy, a sus 73 años, es una pediatra de éxito en Munich que ha dedicado su vida a tratar niños pequeños.
Tras oír la historia de Eva Umlauf por primera vez, cuesta creerla. Sólo un escritor con una imaginación totalmente salvaje podría haber producido una historia así. Pero ocurrió. Umlauf es la sobreviviente más joven del campo de exterminio de Auschwitz. Tenía sólo dos años cuando el ejército soviético llegó al campo el 27 de enero de 1945, sin embargo, salió con vida.
Escuché su historia hace mucho tiempo, pero sólo recientemente la conocí y descubrí que esta mujer, de carne y hueso, que aún es joven y trabaja como pediatra en Munich, es la niña de esa increíble historia que oí por primera vez hace años.
Las SS antes del final de la guerra eran un completo caos y desorden, una mano no sabía lo que hacía la otra. En los primeros días de noviembre de 1945, después que los alemanes, que se disponían a retirarse de la Alta Silesia, ya habían destruido las cámaras de gas y los crematorios, de repente llegó a Auschwitz un transporte de jóvenes, la mayoría procedentes de Eslovaquia.
¿Quién había decidido este movimiento extraño, por qué y con qué fin? Después de todo, los campos de Auschwitz, de hecho, ya no estaban funcionando, y si los alemanes querían matar a estos judíos también, por qué los enviaron a Auschwitz en lugar de asesinarlos en Eslovaquia?
En cualquier caso, la expedición llegó y los alemanes no los tocaron. Pusieron a los jóvenes en los cuarteles donde permanecieron hasta que los sobrevivientes abandonaron el campamento en la noche entre el 17 y 18 de enero. Ya no había cámaras de gas, pero la joven Eva, que llegó allí con su madre, recibió la “marca” de Auschwitz de todos modos: el número tatuado en su brazo izquierdo A-26959.
Yo había oído hablar de esta historia, pero a ella no la conocía. Hasta hace poco, cuando di una conferencia en un seminario en Dachau, el primer campo de concentración de los alemanes construido cerca de Munich en 1933 con el fin de mantener a los “enemigos del régimen” – comunistas y socialistas – allí. Sólo más tarde llevaron judíos allí también.
Me presentó a Eva el veterano del Mossad Abba Naor, quien hace 15 años inició una ceremonia anual internacional sobre el Holocausto en la “casa de huéspedes” cerca del campo de Dachau, el seminario en el que yo impartí clases. Durante los últimos 12 años, gracias a Naor, ha habido una presencia regular de una delegación de más de 10 estudiantes de secundaria del Kibutz Guivat Brenner en el seminario.
Naor, sobreviviente de los campos, que a menudo da conferencias sobre el tema, principalmente en Baviera, pasa varios meses al año en la zona y regresa a su casa en Rehovot, Israel, durante un mes. Cuando me presentó a Eva, en un principio me negaba a creerlo, y sólo después de hacer algunas preguntas me di cuenta que era la niña real de la historia de la que tanto había oído hablar.
Eva, que hoy tiene 73 años, es una mujer de buen aspecto, meticulosamente vestida. En nuestra emotiva reunión, me dijo que había intentado durante años obtener detalles de cómo fue que salvó su vida de bebé pero no encontró ninguna pista. Por su historia de vida especial, decidió a temprana edad que haría cualquier cosa para vivir una vida significativa y contribuir a la sociedad tanto como pudiera.
Hoy mira hacia atrás con satisfacción. Durante años ha sido considerada uno de las pediatras más exitosas y respetadas en Munich. Su devoción a tratar miles de niños pequeños la percibe como el cierre de un círculo – la chica que sobrevivió al horror de Auschwitz a una edad tan joven.
El alcalde de Dachau, Florian Hartmann, de 29 años, me pidió que volviera a Dachau – que cuenta con unos 40.000 residentes hoy – tan pronto como sea posible “con el fin de permitir que miles conozcan la verdad sobre Auschwitz y el resto de los campos de exterminio”.
Unos 40.000 presos – en su mayoría – judíos fueron asesinados solo en Dachau, mientras que más de 11.000 fueron asesinados en los sub-campos, los “campos buenos”, como los definíamos entonces. Como Dachau se encuentra a sólo 15 kilómetros de Munich, que atrae a muchos turistas, casi un millón de personas visitan el campo y el museo cada año.
El seminario concluyó con una velada de canto y baile, con un cuarteto de folclore bávaro de la presentación de la danza antigua Schuhplattler, después de pedir a los participantes que compren el uniforme tradicional que incluye, por supuesto, los pantalones de cuero cortos. Incluso con el uniforme, los chicos de Guivat Brenner no tenían aspecto bávaro en absoluto.
Fuente: The Jerusalem Post – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico
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