MURIEL BALBI
La doctora Friedmann-Morvinski –quien junto a su equipo, encontró un factor clave para el tratamiento del cáncer cerebral mortal- estuvo en Uruguay invitada por los Amigos de la Universidad de Tel Aviv a una nueva celebración de la jornada dedicada a pensar en innovación llamada Innovation Day.
Desde su laboratorio en Tel Aviv, Dinorah investiga el cáncer e intenta aportar un granito de arena a esa tarea titánica que es poder encontrar lo que todos buscan: la cura a esa enfermedad. El trabajo es arduo y no siempre se llega a resultados alentadores. Pero ella es muy optimista. No mira lo que falta, sino todo el camino que ya se ha recorrido y lo que se ha avanzado en la ciencia en la posibilidad de tratar y de curar muchos tipos de cáncer. Pero quedan más desafíos y obstáculos por delantes y es por eso que le dedica su vida y su pasión.
-¿Cuáles fueron los momentos de mayor satisfacción que tuviste junto a tu equipo de investigación?
Cuando estamos trabajando y hacemos un experimento, la mayor parte del tiempo no funciona. Pero, de repente, uno empieza a ver cosas positivas, encuentra algo nuevo. Nuestra búsqueda es el Talón de Aquiles, son las células cancerosas. Cuando uno ve que empiezan a morir en cultivo, o que cuando las implantamos en roedores ellos se empiezan a curar, es muy gratificante. Encontrar algo te incentiva a buscar más, porque ves que evoluciona, que ya no es lo mismo que pasaba la semana anterior.
“Vamos a poder ver los defectos en cada tipo de cáncer y así, los médicos definirán la mejor estrategia para ese paciente”
-¿Cuáles son los tratamientos para el cáncer que veremos en el futuro? Aquellos que se encuentran aún en fase de investigación pero que en unos años pasarán a la clínica.
El futuro estará marcado por todo lo que tenga que ver con la medicina personalizada. Ya tenemos lo que se llama la “secuenciación”: podemos ver cuáles son los errores en nuestro material genético. Hoy la tecnología existe. Pronto va a llegar a los hospitales y vamos a poder ver cuáles son los defectos en nuestro tipo de cáncer y de ahí en más los médicos van a poder definir cuál es la mejor estrategia que corresponde para ese paciente en particular. Tenemos un montón de cosas nuevas que están llegando a la clínica y que, hace tan sólo diez años, estaba en los laboratorios.
-¿Tendremos la posibilidad de contar con tratamientos menos invasivos y cruentos para los pacientes?
Sí, seguro. Te doy un ejemplo: nosotros tenemos un sistema inmune – que cumple la función de defendernos contra lo extraño a nuestro cuerpo – y la célula cancerosa lo es. Por lo tanto, tendría que “verla” y atacarla, pero no lo hace porque no la reconoce. Entonces, una de las nuevas modalidades que ha entrado ya en la clínica –y yo tuve el placer de estar con uno de los pioneros que investigaron, encontraron y crearon esta gran solución- es obtener sangre del paciente, aislar el sistema inmune (los glóbulos blancos) modificarlos genéticamente para que ahora sí puedan reconocer el cáncer y que vuelvan al organismo por sangre para atacar al tumor. Como vez, no es tan invasivo porque sólo se extrae sangre y luego se realiza una transfusión. Ese tratamiento se está comenzando a dar ahora en pacientes con Leucemia, y para paciente con melanomas. Tenemos la gran alegría de saber que está funcionando.
-¿Y qué pasa con la posibilidad de usar nanotecnología? Me refiero a estas nanocápsulas que lleven la medicación hasta el tumor
También es una posibilidad. En el caso anterior, hablamos de la utilización de tus propias células del sistema inmune, de poder modificarlas por ingeniería genética e introducirlas de vuelta al organismo. A esa modalidad también es posible combinarla con otra a la que nosotros llamamos “nanomedicina”. Se trata de esas minicápsulas, o nanocápsulas, a las que les podemos incorporar medicamentos que hoy se encuentran (como la quimioterapia) pero que, cuando uno necesita más concentración, subir las dosis, se vuelven muy tóxicas para el organismo. La nanotecnología nos brinda la posibilidad de concentrar el medicamento en esas nanopartículas y dirigirlas especialmente al tumor, es una gran solución. Eso está avanzado y está llegando también a la clínica.
-¿Cuán optimista es en lo que hace a la incorporación de la Nanotecnología a la Medicina?
Yo siempre soy optimista. Hay que mirar para adelante. En distintas enfermedades ya se está utilizando y va a llegar pronto a todos. Luego está el tema de la regulación que demora los procesos, pero está perfecto que sea así. Desde que nosotros vemos que algo funciona bien en el laboratorio y en nuestros modelos hasta que eso llega al paciente, deben pasar tiempo, toda una serie de ensayos y una regulación. Pero estamos en eso, trabajando para seguir todos los pasos que se necesitan para llegar rápido al paciente y seguro que será muy pronto.
Fuente:cciu.org.uy
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