RONEN BERGMAN
El Rey Hassan II de Marruecos, que no confiaba en sus huéspedes de la Liga Árabe, grabó en secreto las conversaciones en una cumbre en 1965.
SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Fue la información extraída de estas grabaciones, que el rey dio al Mossad israelí, lo que ayudó a las Fuerzas de Defensa de Israel a prepararse para la guerra que tendría lugar unos dos años más tarde.
El Mossad pudo tener acceso a las grabaciones secretas de una conferencia que las naciones árabes habían celebrado para prepararse para un posible conflicto con Israel, ayudando significativamente a las FDI a prepararse para lo que pasó a convertirse en la Guerra de los Seis Días, ha revelado el ex jefe de inteligencia militar General de División Shlomo Gazit a la publicación impresa de Ynet Yedioth Ahronoth.
Los líderes del mundo árabe de entonces, además de sus mandos militares y los jefes de los servicios de inteligencia, se reunieron en un hotel de lujo en Casablanca, Marruecos en septiembre de 1965 para discutir una cuestión principal: si estaban preparados para la guerra contra Israel.
Bajo un gran secretismo y fuertes medidas de seguridad, los líderes árabes estaban debatiendo la posibilidad de establecer un comando árabe conjunto para una posible guerra de estas características. Sus comandantes militares presentaron gran cantidad de información sobre el orden de batalla, hablando abiertamente y con relativa franqueza sobre las capacidades de las fuerzas armadas bajo su mando.
Junto con el acuerdo de que deben prepararse para la próxima guerra con Israel y que esa guerra tendría serias consecuencias para el mundo árabe, también hubo muchos desacuerdos entre los participantes. El rey Hussein de Jordania y el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser se metieron en acaloradas discusiones sobre las diferencias de opinión.
Fue el rey Hassan II de Marruecos, que en realidad no confiaba en sus huéspedes, quien permitió que el Mossad siguiera de cerca la conferencia.
Un equipo de la Unidad de los “pájaros” (tziporim en hebreo) -un equipo conjunto dirigido por Peter Zvi Malkin y Rafi Eitan que consistía en el Shin Bet, servicio de seguridad interna de Israel, y el Mossad-llegaron a Casablanca, donde los marroquíes bloquearon toda una planta del hotel para ellos.
Un día antes de que comenzara la conferencia, sin embargo, el rey Hassan ordenó a los agentes del Mossad que dejaran el hotel porque le preocupaba que los huéspedes árabes los reconocieran.
“Pero inmediatamente después del final de la conferencia, (los marroquíes) nos dieron toda la información necesaria, y no nos negaron nada”, contó Rafi Eitan.
Las grabaciones de todas las discusiones-grabadas sin el conocimiento de los participantes de la conferencia- fueron entregadas al Departamento de Investigación de la Dirección de Inteligencia Militar, donde fueron descifradas, transcritas y traducidas al hebreo. Ellas proporcionaron una visión sin precedentes en el funcionamiento detrás de las escenas y la mentalidad del liderazgo enemigo.
En un memorándum al entonces primer ministro Levi Eshkol, el jefe del Mossad entonces, Meir Amit, describe la operación como “una de las glorias de coronación de la inteligencia israelí”.
Israel se preparó para la Guerra de los Seis Días basado en la gran cantidad de Inteligencia recogida de estas grabaciones, y los comandantes de las FDI estaban seguros de poder ganar.
“Estas grabaciones, que fueron verdaderamente un logro extraordinario de inteligencia, nos mostraron, además, que, por una parte, los estados árabes se dirigían hacia un conflicto para el que hay nos debíamos preparar. Por otro lado, su laberíntica unidad árabe y el hecho de tener un frente unido contra Israel no reflejaba la unanimidad real entre sí”, dijo el General de División Gazit, que era entonces el jefe del Departamento de Investigación de Inteligencia Militar.
Gracias a las grabaciones, junto con otras fuentes, “sabíamos su grado de preparación para la guerra”, continuó Gazit. “Llegamos a la conclusión de que el cuerpo armado de Egipto estaba en un estado lamentable y no en condiciones para la batalla”.
Con referencia al Teniente General Israel Tal, comandante del cuerpo armado de la FDI, Gazit continuó diciendo, “Talik desestimó nuestra opinión con desprecio, diciendo que su situación no podría ser tan grave. Después vimos quién tenía razón”.
La información contenida en esas grabaciones, dijo Gazit, estableció “nuestra sensación, entre los altos mandos de las FDI, de que ganaríamos una guerra contra Egipto. Profecías de fatalidad y la sensación de derrota inminente eran frecuentes entre la mayoría en Israel y los funcionarios fuera del sistema de defensa, pero nosotros estábamos seguros de nuestra fuerza”.
La Guerra de los Seis Días estalló a las 7:45 de la mañana del 5 de junio de 1967, con todo el bombardeo israelí de la fuerza aérea y sobre decenas de aeródromos enemigos. Gracias a la inteligencia detallada y precisa acumulada en los años previos a la guerra, incluidas las grabaciones de la conferencia (el Mossad incluso había conseguido que un piloto iraquí desertara con el último MIG-21 dos años antes), la Fuerza Aérea de Israel fue capaz de destruir, en cuestión de horas, casi todos los aviones de combate que Egipto, Siria y Jordania tenían. Cuando acabó la guerra seis días más tarde, Israel estaba ocupando territorios que aumentaron su tamaño en un 300 por ciento. Sus conquistas incluyeron la península del Sinaí, así como Cisjordania y la Franja de Gaza, con su millón de habitantes.
Gazit, que fue designado jefe de inteligencia militar tras el fracaso de la comunidad de inteligencia israelí en prever el ataque por sorpresa de Siria y de Egipto contra Israel en octubre de 1973, es considerado uno de los más prominentes y equilibrados funcionarios de inteligencia en Israel. Sus comentarios todavía atraen mucha atención, incluso años después de su retiro.
Mirando hacia atrás en la Guerra de los Seis Días, Gazit cree que en realidad fue esta aplastante victoria la que escondió en su interior la semilla de la destrucción causada por el desplazamiento de la opinión pública israelí hacia la extrema derecha desde entonces.
También emitió una severa advertencia:. “Han pasado casi 50 años desde la Guerra de los Seis Días y todavía estamos en el proceso de buscar una solución y una salida de los resultados de esa guerra. Mirando hacia atrás, esta es, probablemente, la segunda guerra más importante que Israel libró, después de la guerra de la Independencia en 1948. La victoria en la guerra de la Independencia nos permitió fundar el estado; la victoria en la Guerra de los Seis Días podría poner fin al Israel judío y democrático”.
Fuente: Ynetnews – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico
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