Investigadores israelíes ofrecen solución para el jet lag




Un nuevo estudio del Instituto Weizmann de Ciencia muestra que la disminución de los niveles de oxígeno podría reducir los síntomas del jet lag.

ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Mucha gente se siente cansada durante el día, tiene dificultades para conciliar el sueño en la noche, sufre mareos e incluso se confunde al viajar a otra zona horaria. Síntomas similares son causados por el cambio de horarios de sueño debido al horario de verano o cambios en los hábitos de trabajo.

Un nuevo estudio publicado ayer en la revista Cell Metabolism revela que el oxígeno podría desempeñar un papel fundamental en el reajuste del reloj biológico.

El Dr. Gad Asher del Departamento de Ciencias Biomoleculares del Instituto Weizmann explica que el reajuste fisiológico es “una situación en cual los procesos biológicos del cuerpo, y de cada célula, se adaptan a los horarios del medio ambiente.”

Los relojes circadianos en las células permiten a los organismos sensibles a la luz coordinar su biología y comportamiento con los cambios en los ciclos de luz yoscuridad. “Este reloj interno avanzado fue descrito por primera vez en el siglo 18, pero sólo en los últimos años hemos comenzado a comprender su importancia, especialmente en lo relativo al metabolismo y su efecto sobre la calidad de vida”, dice Asher.

Recientes investigaciones relacionan la obesidad, la diabetes y otras enfermedades metabólicas con perturbaciones del ritmo circadiano, además de los estudios de trastornos del sueño que encuentran una mayor morbilidad entre trabajadores en turnos nocturnos. Otros estudios han encontrado que la contaminación lumínica contribuye a la prevalencia de ciertas enfermedades.

El jet lag no es más que una manifestación común de un trastorno cronológico-biológico, cuya frecuencia aumenta conforme nuestro mundo se hace más pequeño y más saturado por la luz artificial.

Asher dice que actualmente, la investigación del reloj circadiano incluye cronoterapia (cuándo tomar ciertos medicamentos) y la crononutrición (cuándo y qué comer según el reloj circadiano).

El equipo de investigación incluye a Yaarit Adamovich, Benjamín Ladeuix y Marina Golik, todos colegas del Dr. Asher en el Instituto Weizmann.

“El reloj circadiano consiste en millones de relojes que se encuentran en cada miembro y célula”, dice Adamovich. “Queríamos entender cómo se da la coordinación entre ellos, qué los hace funcionar en armonía.”

Se sabe que la temperatura y los horarios de alimentación también afectan al reloj circadiano. Puesto que ambos procesos implican un cambio en el consumo de oxígeno, los investigadores estudiaron si éste sirve como una señal para coordinar el reloj biológico.

“Tal señal debe ser conocida por las células del cuerpo y debe tener un ritmo circadiano. También debe afectar a todas las células al mismo tiempo,” dice Asher.

El oxígeno es identificado por la mayor parte de las células del cuerpo y cumple el primer requisito. Los científicos crearon una situación de jet lag mediante la alteración de las horas de luz y oscuridad en el laboratorio. “Esto hizo que los ratones adelanten su horario seis horas, como en el caso de un vuelo de Israel a un país del Lejano Oriente.”

Un grupo de ratones fue expuesto a bajos niveles de oxígeno durante varias horas, mientras que el grupo de control fue expuesto a un nivel de oxígeno constante. Los ratones del primer grupo sufrieron un desajuste de horario más corto.

“Hemos reducido el nivel de oxígeno en el aire del 21 al 14 por ciento, y por ende, su tiempo de ajuste disminuyó de ocho a cinco días. Demostramos que el oxígeno puede afectar la coordinación de los relojes biológicos,” indica Asher.

La comprensión de cómo el oxígeno regula el reloj circadiano es relevante no sólo para recuperarse del jet lag, sino para personas con enfermedades cardíacas, vasculares y pulmonares crónicas, trastornos del sueño y más.

“Demostramos que el oxígeno beneficia a mamíferos, especialmente roedores, pero sería interesante investigar su función en el ritmo circadiano de bacterias, plantas, moscas y otros organismos”, dice Asher.

“Actualmente estamos investigando si el aire rico en oxígeno también puede reducir el tiempo de recuperación del jet lag. Si el método es eficaz, se podría pensar en soluciones sencillas como el uso de máscaras de oxígeno en los aviones.”

Fuente: Haaretz / Ido Efrati

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