DESIREE JAIMOVICH
Son aplicaciones que responden y hacen comentarios imitando la forma de expresarse de la persona fallecida. Están basados en inteligencia artificial.
Vivir para siempre. Trascender las limitaciones del cuerpo. Vencer a la muerte. ¿Será posible? Todo indica que la respuesta reside en la inteligencia artificial. Este avance permitirá recrear la forma de pensar y actuar de los muertos. Y, de alguna manera, los traerá a la vida. Al menos esa es la idea detrás de algunos desarrollos que ya están vigentes.
Eugenia Kuyda, CEO de la empresa de IT Luka, creó un bot que le permite hablar con Roman Mazurenko, un amigo de 35 años que falleció el 28 de noviembre de 2015, tras ser atropellado por un automóvil.
A Kuyda, que hacía dos años estaba trabajando con inteligencia artificial, se le ocurrió emplear los avances en las redes neuronales artificiales para elaborar un programa que le permitiera hablar, una y mil veces más, con su amigo.
Así, recopiló todos los mensajes de texto que había recibido durante años y los usó para alimentar a esas redes que buscan emular la forma de aprender que tiene el cerebro humano.
El reconocimiento -cada vez más preciso- de patrones en imágenes, audio y texto, sumados a las mejoras en los algoritmos, la ayudarían a generar un bot que responda tal como lo haría Roman. Incluyendo las ironías, los comentarios graciosos y esos toques especiales que hacían a la humanidad de ese joven.
Así fue que el 24 de mayo de este año, Kuyda presentó su desarrollo.
“Es tan sólo la sombra de una persona, y eso no era posible apenas un año atrás, y en un futuro muy cercano podremos hacer mucho más”, escribió Kuyda en su Facebook.
Ahora, cualquiera puede bajar la aplicación Luka y hablar con el amigo de la desarrolladora rusa ingresando @Roman antes de cualquier pregunta o comentario.
“Ella hizo un chatbot que simula algunas respuesta prefijadas. Esto se puede hacer con aprendizaje supervisado, con entrenamiento, pero esto es distinto a recuperar la conciencia de una persona muerta”, explicó Maximiliano Contieri, cofundador de la startup Conversa Lab, en diálogo con Infobae.
Este no es el primer caso de un programa que rescata digitalmente los recuerdos. En 2014, la emprendedora Marius Ursache fundó Eterni.me, un sitio que tiene la misma lógica que la de Luka.
Josh Bocanegra, fundador de Persona Technology, también está desarrollando un bot que eventualmente le permitirá hablar con su madre cuando ella muera.
“Responde preguntas del tipo ¿cómo estás? y ofrece una respuesta diferente si le pregunto lo mismo más de una vez, así que no es repetitivo. También usa algoritmos de machine learning para comprender la gran cantidad de formas en que se puede hacer una pregunta”, explicó Bocanegra en Chatbots Magazine.
“La parte más tediosa es que mi madre tenga que grabar todos esos audios de antemano. Pero con una buena interfaz para hacer las grabaciones y un poco de paciencia se puede hacer así, al menos hasta que encontremos una mejor manera”, concluyó.
Estos son los primeros pasos en un camino que todavía falta andar. Por ahora se comenzó a archivar y digitalizar satisfactoriamente algunos aspectos de la persona, pero faltan muchas otras cuestiones que hacen al individuo.
“El cerebro está compuesto por la forma en que están conectadas las neuronas en un determinado instante. Al hablar, las neuronas se reconfiguran. Con cada conversación se reconfiguran las neuronas. Todavía falta aprender mucho más sobre cómo funciona todo ese sistema. La persona es una máquina de sentido. Habría que replicar exactamente cómo llega la información al cerebro”, detalla Contieri.
Una vez hecho esto, se tendría que dar vida al avatar. Algo que se vio en cientos de películas de Hollywood como El hombre bicentenario, Blade Runner o A.I. Inteligencia artificial.
En Transcendence también se aborda el tema de la singularidad tecnológica, que justamente trata sobre máquinas con una inteligencia muy superior a la de los humanos, que serán capaces de desarrollar computadoras cada vez más potentes.
El primero en usar el término “singularidad” fue el físico húngaro John von Neumann cuando, en 1958, escribió sobre “el cada vez más rápido progreso tecnológico y los cambios en el modo de la vida humana, lo que da la apariencia de que se acerca alguna singularidad esencial en la historia de la raza humana más allá de sus propios asuntos tales como los conocemos, no puede seguir”.
El concepto fue luego popularizado por el matemático Vernor Vinge. Por su parte, Ray Kurzweil, renombrado científico especializado en Inteligencia Artificial y director de ingeniería en Google desde 2012, predijo que la singularidad ocurrirá en 2045.
“Nuestra tecnología, nuestras máquinas son parte de nuestra humanidad. Las creamos para extendernos más allá, y eso es lo que nos hace únicos como seres humanos”, dijo Kurzweil hablando sobre el alcance de la inteligencia artificial.
No queda claro si los robots con conciencia serán una realidad en los próximos años, lo que sí es cierto es que en el último tiempo los avances crecieron a un ritmo vertiginoso. Y se vencieron todas las barreras imaginadas.
Fuente:infobae.com
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