La Sinagoga Histórica Justo Sierra 71 se une a la celebración de la “Noche de Museos” en la Ciudad de México, con actividades diferentes y especiales cada último miércoles del mes. Aún cuando en el judaísmo no existe la celebración conocida como “Día de Muertos” en México, el pasado 26 de octubre, alrededor de la fecha de esta celebración, Claudia Nierman expuso una serie fotográfica sobre los diferentes cementerios judíos que hay en la República Mexicana.
ELENA BIALOSTOCKY PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO — Cuando una comunidad judía se instala en una nueva población lo primero que hacer es comprar un terreno para enterrar a sus muertos según la tradición judía. Para rezar, lo que se necesita son diez hombres mayores de trece años, los libros de oraciones y un cuarto.
El primer panteón judío que se abrió en México fue el de la Calzada México Tacuba en 1914. Posteriormente, en 1923, se abrió el Cementerio de la Kehilá Ashkenazi, que se encuentra en Constituyentes. Aparte de la Ciudad de México hay cementerios en Guadalajara, Monterrey, Tampico y diferentes ciudades a las que llegaron los judíos, que cuando quisieron que sus hijos tuvieran una educación judía, emigraban a la Ciudad de México.
Después de la inauguración de la exposición el Rabino Simantob Negri, de la Sinagoga Bet Itzjak explicó a los presentes La Muerte en la Tradición Judía.
Antes de hablar de la muerte tenemos que hablar de la vida. La religión judía a lo primero que se aboca es a la vida, hay que luchar por ella hasta el último momento. Desde muchos años atrás a los gentiles se les enterraba con sus mejores ropas y comúnmente sus joyas.
El cuerpo se considera la cubierta del alma, por esto se le considera sagrado. Al morir una persona, lo primero que se debe hacer es cubrir su cuerpo y bajarlo al piso. Nunca dejarlo solo, generalmente hay una o más personas leyendo salmos, para acompañarlo.
A los judíos se les entierra sólo cubiertos con una tela blanca delgada que se deshace con el contacto de la tierra. Esto es en señal de que lo único que te puedes llevar al morir es tu buen nombre.
En países donde está permitido se les entierra sin caja, directamente en la tierra. El entierro tiene que ser lo más rápido posible, no se debe esperar. Está prohibida en nuestra tradición la cremación.
Después del entierro vienen los siete días de luto en los que los familiares cercanos, hijos, hermanos, esposo/a o padres se sientan casi en el suelo, sólo con un cojín bajo ellos, deben dormir también en un colchón en el piso. Los hombres no se pueden rasurar hasta el día treinta.
Desde el entierro hasta que se cumplen once meses los deudos masculinos deben rezar dos veces al día el kadish (rezo de duelo). Después cada año se reúnen los familiares en el templo para rezar nuevamente el kadish.
La exposición fotográfica de Claudia Nierman fue elaborada durante 3 años en cementerios judíos de México. La doctora Mónica Unikel, explica, “eran los albores de un movimiento migratorio de múltiples orígenes y necesidades, que lógicamente hacía necesaria una organización que los apoyara y atendiera”.
“Una comunidad puede rezar en cualquier sitio”, agrega Unikel. “No necesariamente en una sinagoga. Por lo tanto, la primera propiedad que se adquiere al establecerse es el panteón, al igual que la primera heredad que adquirió el primer judío de la historia: Abraham, quien fue a la cueva de Majpelá para enterrar a su esposa Sara”.
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