DÉBORAH FRIEDMANN
“¡Lluvia, lluvia!”. La exclamación de felicidad de Gael (5) contrasta con los rostros no tan contentos de las decenas de turistas que ese martes, un par de semanas atrás, eligieron llegar hasta el Muro de los Lamentos. Son las primeras gotas que caen luego del verano más caluroso que muchos recuerden en Israel y, por eso, motivo de alegría. Quizás, justamente por el anuncio de mal tiempo para ese día, el Kotel —como se conoce al sitio más sagrado para el judaísmo— esté menos repleto que de costumbre. Así que Gael y su madre pueden sentarse sin prisas en blancas sillas de plástico a escribir sus peticiones. Lo mismo hacen una amiga suya con su pequeño hijo, que vinieron del exterior. Minutos después, los cuatro ya doblaron el papel lo más chiquito posible y están listos para esperar que alguien deje un hueco y poder tener su íntimo momento frente al Muro.
Así comienzan un día que seguirá para los viajeros con una estadía muy entretenida para los más chicos. Es que, aunque no esté muy difundido, Israel ofrece una interesante variedad de opciones —más allá de las playas, disfrutables la mayor parte del año, de las plazas, abundantes en cantidad y juegos, y de los kibutz— que hacen al país muy atractivo para el disfrute de los niños.
Jerusalem y alrededores.
Para pasar un rato bien distendido, el Zoológico Bíblico (www.jerusalemzoo.org) , en el barrio Malha de Jerusalem, es uno de los paseos estrella. Fue, de hecho, la atracción turística más popular entre 2005 y 2007 y llegó a casi 800.000 visitantes en 2009.
En 25 hectáreas el zoológico ofrece especies mencionadas en la Biblia, como el león asiático o el oso marrón sirio, y otras en peligro de extinción en todo el mundo, además de atracciones clásicas como leones, elefantes, cebras, monos, cocodrilos y gran variedad de aves.
Su diseño es amigable y permite acercarse lo más posible a los animales. Uno de sus puntos fuertes es el centro de visitantes, construido en madera con forma de Arca de Noé, que alberga un teatro en 3D, un jardín escultórico, exposiciones y talleres didácticos. “La idea del Arca de Noé ha sido adoptada por muchos zoos en el mundo, porque consideramos el zoológico moderno como un lugar donde salvamos a los animales de desastres ecológicos, del mismo modo que Noé salvó a los animales del primero de ellos: el diluvio”, explicó tiempo atrás la portavoz del zoo, Sigalit Hertz. Abre de domingo a jueves de 9 a 17 horas, viernes de 9 a 16 y 30, sábados y vacaciones de 10 a 17. Entre los 3 y 18 años vale 42 shekels y para los adultos 55 shekels (1 dólar= 3.7 shekels)
Comer
Si llegó la hora de comer, se puede ir caminando hasta el Malcha Mall, donde hay una variada oferta gastronómica y suelen tener actividades especiales para niños (se puede chequear el calendario en la web). El Café Greg, por ejemplo, propone un menú variado y porciones generosas, tiene un muy buen servicio, aunque en ocasiones la comida puede tardar un poco más de lo deseable en llegar. También dentro del mall pero en un espacio abierto está Oshi-Oshi, restaurante de comida japonesa.
Mini Israel
En la tarde, para hacerse una idea global del país en el que se está, Mini Israel (www.minisrael.co.il/en), un parque situado a 20 minutos de Jerusalén y la misma distancia de Tel Aviv —al costado de la autopista que une ambas ciudades— es una excelente opción. Cuenta con 385 pequeños modelos de los más importantes sitios arquitectónicos, históricos, arqueológicos, religiosos y sociales del país (ver foto principal), con un entorno real, conformado por 70.000 plantas enanas. A eso se le suman unas 25.000 personas de siete centímetros de altura, que muestran la diversidad de sus habitantes.
Es un paseo dinámico: hay efectos de sonidos todo el tiempo. Por ejemplo, se puede escuchar al comandante de la guardia de la Knesset (el Parlamento) dando órdenes, una multitud que alienta a su equipo de fútbol en el estadio Teddy mientras hace una “ola” e incluso a Isaac Stern en medio de un concierto magistral de violín. Por estos días anuncian como novedad una película 3D con vistas aéreas impactantes. Abre de sábados a jueves de 10 a 17 horas, viernes de 10 a 14. Adultos y niños pagan 69 shekels.
Yaffo y puerto de Tel Aviv.
Uno de los sitios más exquisitos para caminar por Israel es Yaffo, el segundo lugar más visitado en el país después de Jerusalén, con cerca de 10.000 turistas al día. Conocido en la antigüedad como la puerta de acceso a la Tierra de Israel, hoy es considerado el puerto más antiguo del mundo. Sus calles empedradas, con subidas, bajadas y muchos recovecos van a estar lejos de aburrir a los más chicos —pueden aprovechar para explicarles que, según la tradición judía, fue fundada por Yefet, el hijo de Noé, después del diluvio— y van a hacer el deleite de los más grandes. A una restauración exquisita de la zona se le suman tiendas de diseño, pintorescos cafés y estudios de artistas.
Yaffo es el inicio de una rambla que atraviesa Tel Aviv desde el viejo puerto, conocida como la Tayelet. Son 14 kilómetros que pueden hacerse a pie, aunque con niños una opción mucho más tentadora son las bicicletas que se pueden alquilar en varios puntos de la ciudad. Si se llega sobre el mediodía, se puede almorzar en el Namal (puerto) de Tel Aviv. Entre la diversa oferta Café Nimrod (www.cafenimrod.com/) ofrece una muy buena relación precio calidad. Una sugerencia: se puede pedir un desayuno para dos (cuesta unos 120 shekels) para almorzar; es abundante, variado y permite probar varios de los platos típicos.
Ya con más fuerzas para seguir, a 15 minutos a pie se accede al Park Hayaron, el espacio verde más grande y más visitado de Tel Aviv. Además de una amplia variedad de plantas y flores, senderos para caminar, canchas de todo tipo de deportes, zona de picnic y juegos para niños, hay un lago donde alquilan lanchas a pedal (del estilo de las del Parque Rodó) con forma de auto. La media hora cuesta 50 shekels y tiene capacidad para cuatro adultos y un niño.
Safari
Otra opción puede ser ir a Ramat Gan (unos 20 minutos en auto), ciudad que aloja al Safari (www.safari.co.il/). Con una superficie de 100 hectáreas, si se ingresa en vehículo propio —la entrada cuesta 69 shekels para los mayores de 2 años— se pueden observar a los lados cebras, rinocerontes y varias especies de aves.
El camino termina en un estacionamiento, desde el que se ingresa a la zona de reserva. Allí, elefantes, jirafas, pingüinos, monos de diversas especies, camellos y canguros son de los animales más visitados. Hay varias zonas con sombra donde descansar, quioscos donde comprar algo básico de comer y helados, y algunos juegos como troncos de árboles huecos para trepar o pasar por dentro.
Irse del parque suele ser mucho más sencillo que de otros paseos con los niños. Es que uno de los atractivos principales, los leones, se encuentran al final, en la otra zona que es safari. Hay que, entonces, subirse de nuevo al auto, pasar por una doble puerta de seguridad y ahí sí andar bien despacio para ver si los leones se acercan. Ese día hay suerte. Tres descansan cerca de unos árboles, a pocos metros del camino, mientras uno camina de un lado para otro. Los niños, felices.
Fuente: elpais.com.uy
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