La palabra hebrea Janucá significa “inauguración”. En el siglo 2 AEC, la época del Segundo Templo Sagrado, el régimen sirio-griego de Antíoco pretendió alejar a los judíos del judaísmo, con la esperanza de asimilarlos a la cultura griega.
Antíoco declaró ilegal la observancia del judaísmo – incluyendo la circuncisión, el Shabat y el estudio de Torá – castigando al trasgresor con pena de muerte. Muchos judíos – llamados helenistas – comenzaron a asimilarse a la cultura griega, tomando nombres griegos y casándose con no judíos. Esto comenzó a deteriorar la base de la vida judía y la práctica del judaísmo.
Cuando los griegos desafiaron a los judíos y les ordenaron sacrificar un cerdo a un dios griego, unos pocos judíos valientes tomaron las colinas de Judea en una flagrante revuelta en contra de esta amenaza a la vida judía. Liderados por Matityahu, y luego por su hijo Yehuda el Macabeo, esta pequeña banda de judíos devotos desató un conflicto armado en contra del ejército sirio-griego.
Antíoco envió miles de tropas bien armadas para aplastar la rebelión, pero después de tres años, los Macabeos tuvieron un éxito milagroso en contra de todos los pronósticos, y echaron de su tierra a los extranjeros. La victoria es equiparable a una victoria israelí en contra de todas las potencias del mundo de hoy en día, juntas.
Los guerreros judíos entraron a Jerusalem y encontraron el Templo Sagrado en ruinas y profanado con ídolos. Los Macabeos lo limpiaron, y lo reinauguraron el 25 de Kislev. Pero cuando llegó el momento de re-encender la Menorá, revisaron todo el Templo, y sólo encontraron una vasija de aceite puro que llevaba el sello del Sumo Sacerdote. De todas formas encendieron la Menorá, y fueron recompensados con un milagro: Esa pequeña vasija de aceite ardió por ocho días, el tiempo necesario para producir un nuevo suministro de aceite.x
A partir de entonces, los judíos han observado una festividad durante ocho días, en honor a esta victoria histórica y al milagro del aceite. Para publicar el milagro de Januca, durante los ocho días se añaden al rezo de Shajarit las alabanzas especiales de Halel, y en las noches se enciende la janukiá.
Instrucciones para encender las velas de Januca
De acuerdo a la tradición ashkenazí, cada persona enciende su propia janukiá. En la tradición sefaradí se enciende una sola janukiá por familia.
¿Cómo se debe encender la janukiá?
La primera noche, coloca una vela en el extremo derecho, mirando de frente a la janukiá. Esto se aplica ya sea que la janukiá esté al lado de una puerta o frente a una ventana.
Otra vela es colocada como shamash (vela auxiliar más alta) que es utilizada para encender las otras. El shamash no cuenta como una de las velas.
Primero enciende el shamash, luego recita las bendiciones, y luego utiliza el shamash para encender la vela de Januca.
En la segunda noche, coloca dos velas en el extremo derecho – y utiliza el shamash para encender primero la que está más a la izquierda.
En la tercera noche, coloca tres velas en el extremo derecho – y utiliza el shamash para encender en orden, siempre de izquierda a derecha.
Sigue este mismo procedimiento cada noche de Januca… ¡hasta que todas las velas estén encendidas y resplandeciendo brillantemente!
¡Jag janucá Sameaj!
Fuente: Chabad
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