EL FINANCIERO
Cofix Group, cafetería de origen israelí, ya tiene su primera sucursal en Rusia bajo el modelo de negocio de cafés por una fracción de los precios de un Starbucks. Te contamos la historia de la firma y sus planes de expansión.
Cerca de la Plaza Roja de Moscú, Irina Kushnir esperaba el café que había ordenado. En cuanto supo que una nueva cafetería estaba vendiendo todos sus productos por 50 rublos (0.82 dólares), la graduada de 28 años decidió olvidarse del Starbucks cercano y unirse a la fila que había afuera de un pequeño puesto tipo teleférico.
“No he visto ninguna otra cafetería en Moscú que ofrezca capuchinos a este precio”, dijo, arrastrando los pies al avanzar en la fila de seis personas.
Ésta es la primera sucursal rusa de Cofix Group. No será la última. Su fundador Avi Katz, quien inició la cadena en Israel en 2013 y ahora es el mayor operador de puestos de café del país, tiene grandes planes.
Además de Rusia, Katz pretende expandirse a otros dos importantes mercados de cafeterías de marca en Europa: Reino Unido y Turquía. También está a punto de abrir oficinas en Nueva York y Madrid de Hagshama Fund, su firma de inversión inmobiliaria de 650 millones de dólares.
Pero en el competitivo negocio del café, una cosa es triunfar en el propio país de origen y otra, probar suerte en el extranjero, especialmente en tres países que están experimentando agitación política o económica.
Y compitiendo todo el tiempo contra gigantes del café como Starbucks y Costa Coffee. Aunque no está presente en Israel, Starbucks posee la mayor cantidad de locales en Europa, seguido por Costa Coffee.
Katz, de 54 años, confía en el modelo de Cofix: de deshacerse de sillas y meseros, sacrificar espacio y precio por volumen, y lo más importante, encontrar lugares donde la diferencia entre lo que la gente paga y lo que cuesta hacer café en casa es enorme.
Luego vender muchísimo más barato que la competencia. Eso se refleja en que no puede reunirse con un periodista en una de sus propias tiendas: son demasiado pequeñas.
“Se está abriendo un nuevo mercado para aquellos que no podrían darse el lujo de salir a tomar un café”, dijo Katz, quien viste jeans, una camisa azul informal y una pequeña kipá tejida sobre su calva cabeza. “Y quienes pueden, ahorran dinero. Esta es mi revolución”.
Todo a un dólar.
Katz se volvió rico en 2008, luego de vender su cadena israelí de tiendas de todo a un dólar por 180 millones de shekels (47 millones de dólares).
Al año siguiente, fundó Hagshama, cuya sede se encuentra en Petach Tikva -al este de Tel Aviv- y que permite a pequeños inversores destinar inversiones a proyectos globales de bienes raíces.
El fondo ahora tiene cerca de 23 mil inversores y opera una segunda oficina en Londres. Su fondo ha tenido un retorno promedio anual en torno al 15 por ciento, según informes de la prensa local.
Abrió su primera sucursal de Cofix en Tel Aviv dos años después de que se realizaron las mayores protestas en la historia de Israel por el aumento de los precios de bienes básicos como queso cottage y leche.
En ese entonces, los israelíes estaban pagando nueve veces el costo de un cappuccino hecho en casa, dijo Katz. Cofix ahora tiene 161 tiendas en todo el país.
Katz ha inspirado a imitadores y enojado a sus rivales. Incluso rechazó un soborno para cerrar su cadena; “cuando lideras una revolución, siempre estás bajo amenaza”, dijo
En octubre, Cofix abrió en Moscú la primera sucursal de hasta mil previstas en Rusia, con una inversión en torno a los 2 millones de dólares.
Los socios casi en partes iguales en la empresa son Melson’s Group, la distribuidora rusa de alimentos, a cargo de las compras, y ADG Group, que se comprometió a invertir cerca de 930 millones de dólares para convertir 39 teatros de la era de Stalin en centros comerciales por toda la capital. Ellos tendrán tiendas de Cofix. El desembolso inicial de Katz fueron varios cientos de miles de dólares, dijo.
A 50 rublos, los precios equivalen a casi un quinto del costo de un capuchino de Starbucks. Eso podría ser un respiro para los rusos, cuyos salarios han caído debido a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, y que enfrentan un segundo año de contracción económica.
Aun así, Katz dice que los altos costos de los alquileres en una de las ciudades más caras del mundo obligarán a Cofix a vender mil 700 productos por día para alcanzar el punto de equilibrio, lo que se compara con los mil en Israel.
Fuente:elfinanciero.com.mx
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